Agustín Mora Valle / Artículos de opinión.- Y Canarias sigue ganando batallas. Las sigue ganando en cualquier circunstancia, contra viento y marea, contra imposiciones e indiferencias propias del poder de los serviles autóctonos y del olvido despectivo de la metrópoli y sus plumas a sueldo.
Y sigue ganando batallas porque Canarias, más que siete, ocho islas, es puro sentimiento nacido del grito silencioso de sus barrancos y del sufrimiento ancestral de sus pobladores. Gritos y sufrimiento que han dado lugar a un pueblo capaz de hablar con voz muy alta, sin afonías en el corazón ni telarañas en el pensamiento.
Tal es el caso de este pueblo duro y tierno, alegre y enojado, acogedor y guerrero encarnado en revolucionarios de la palabra como Pedro García Cabrera, José María Millares Sall, Pedro Lezcano, Pepa Aurora, Francisco Tarajano, Teodoro Santana , etc. entre otros.
Sí, son poetas todos ellos; son canarios, son pueblo canario todos ellos. Son traductores de ese sentimiento rebelde que tanto molesta a los que hacen de la dignidad un trueque indecente.
El pasado día 14 de mayo, en el Club de Prensa Canaria, tuvimos ocasión de comprobar cómo uno de los mejores poetas canarios en la actualidad, Teodoro Santana, nos desvelaba con rabia y emoción la grandeza de sentir, palpitar, amar y luchar en canario.
Teodoro Santana, autor de hermosas y profundas obras como “Noticias del Frente”, “Manual de la Alegría” o “Si me preguntas de donde vengo”, entre otras, nos presentó una mirada "fuera de los salones dorados y los círculos de poder” a través de su poemario “Exopiélago”, un libro “maldito”, según su autor, ya editado en el año 2000 con algunas reservas.
Estuvo arropado en la mesa por dos importantes figuras de la cultura canaria: el poeta Pedro Flores (recientemente ha publicado “Memorias del Herrero de Nod”) y la psicopedagoga Marga Estévez. Entre el público no faltó lo más exquisito de nuestro panorama cultural, como el pintor y poeta Paco Lezcano, la narradora Esperanza González-Grimón o nuestro entrañable Francisco Tarajano, entre otros.
“Exopiélago” fue definido por Marga Estévez como “una oda a la lucha, un canto a vivencias y acontecimientos que siguen vigentes y con futuro y que nos transmite la necesidad más fuerte que nunca de transformar el mundo”.
La lucha, la inquietud social y la necesidad de transformar la realidad en algo más justo está siempre presente en la poesía de Teodoro Santana: “Pon tu mirada en el camino que sube al horizonte/ joven guerrero, pues todo por delante es tuyo…” (“El amado de los dioses”), tanto como un deje de desesperanza o de cansancio que parece venir de antiguo: “Náufrago en estas islas, espero agonizando/ entre viejos camaradas vestidos de banderas transitorias…” (“Desembarco”).
Poeta urbano, comprometido con su tiempo y su pueblo, en “Exopiélago” el autor nos conduce por algunos de los vericuetos que lo han conformado desde que allá por los años setenta decidió que la palabra, la poesía en su caso, tendría que ser no solamente “un arma cargada de futuro” (Gabriel Celaya), sino herramienta de compromiso social, solidaridad y puesta al servicio del pueblo.
Sus versos son como afilados estiletes que diseccionan las conciencias por muy poca sensibilidad que se tenga. Le sobra a Teodoro Santana capacidad para golpear en nuestras entrañas con sus metáforas duras y certeras, al mismo tiempo que tan apegadas a la idiosincrasia canaria, maldiciendo como Gabriel Celaya: “Maldigo la poesía concebida como un lujo/cultural por los neutrales/ que, lavándose las manos, se desentienden y evaden./ Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”.
“Exopiélago, en fin, no sólo es un poemario de regresos y partidas, de caídas y resurgimientos. Es mucho más; es un llamado, a veces impotente, a la insurgencia, a la necesidad de salir de nosotros mismos (ese mirar "fuera de los salones dorados y los círculos de poder”) para seguir ganando batallas aunque sea de derrota en derrota: “La pústula de los tribunales y los sátrapas del aluminio/ serán barridos por la tormenta que domina tu espada/ el día que digas basta y hagas un gesto definitivo” (“De derrota en derrota hasta la victoria final”).
Si, Canarias continúa ganando batallas por mucho que duelan las heridas del olvido y la indiferencia pero, poetas como nuestro poeta, como Teodoro Santana, con sus “versos como puñales” (José Martí) nos enseña cómo restañarlas sin quedarnos en el camino
Pregunta NO idiota para Teodoro: Teo, ¿qué poema nos regalarás cuando consigamos la III?
Agustín Mora
16-05-08
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