Conspiraciones / Canarias Semanal.- A. Ramírez. La judicatura y los medios de comunicación aplican un cerco informativo al juicio contra Luis Mardones. Con sigilo casi unánime ha sido acogida por la prensa local la noticia del juicio celebrado en el juzgado número 5 de La Laguna contra Luis Mardones Sevilla, ex gobernador civil durante el franquismo y, posteriormente, diputado por Coalición Canaria en el Congreso. Mardones ocupaba la representación del Gobierno de la dictadura cuando el estudiante Javier Fernández Quesada era asesinado en las puertas de la ULL, al ser alcanzado por una de las más de 200 balas disparadas por la Guardia Civil. Ante los micrófonos de la Cadena Ser, Mardones aseguró que, "en relación con la muerte de Quesada, las responsabilidades del asesinato había que buscarlas en supuestos sicarios a sueldo de los sindicatos que habían convocado en esa fecha una jornada de lucha". Estas declaraciones provocaron que el abogado Miguel Ángel Díaz Paralea demandase al ex diputado de CC. A. Ramírez añade a la información sobre el juicio, un breve apéndice biográfico sobre la trayectoria política del personaje
El tal Mardones declaró ante los micrófonos de la Cadena Ser que, en relación con la muerte del estudiante Quesada, las responsabilidades del asesinato había que buscarlas
Por estimar calumniosas estas declaraciones de Mardones el sindicato nacionalista CCT (Confederación Canaria de Trabajadores) demandó al ex diputado, a través de su abogado Miguel Ángel Díaz Paralea. Díaz Paralea exige ante los tribunales que Luis Mardones reconozca que es falsa la afirmación de que CCT pagó a sicarios o que ellos se habían convertido en los sicarios del asesinato del estudiante de la Universidad de La Laguna.
Según declara el abogado Paralea, las dificultades que ha tenido que superar para sentar a Mardones en el banquillo han sido considerables. De acuerdo con lo que manifiesta el letrado, la jueza que lleva el caso elude aplicar la vigente ley de enjuiciamiento criminal que permitiría que se grabaran las secuencias del juicio. Para impedirlo, la titular del juzgado nº 5 de La Laguna se ampara en una obsoleta legislación del siglo XIX, que impedirá que el enjuiciamiento de Mardones se caracterice por una total transparencia. Asimismo, manifiesta el abogado que el Juzgado Militar le ha impedido el acceso a los datos sobre las circunstancias que rodearon el crimen de Javier Quesada, alegando que se trata de "un secreto de Estado" y por tanto afecta a la "seguridad nacional". Por otra parte, la misma Cadena Ser, que fue la emisora que entrevistó a Mardones, se negó en redondo a proporcionar las cintas originales de dicha entrevista.
Sobre este y otros insalvables obstáculos con los que ha visto dificultada su labor como letrado de una de las partes, Díaz Paralea ha interpuesto una denuncia ante el Consejo General del Poder Judicial.
El abogado Paralea terminó manifestando a SB-Noticias que "todo esto demuestra una vez más que los juzgados están al servicio de los políticos y no al servicio de la ciudadanía". "La actitud de la judicatura en este asunto -concluyó el letrado- ha sido totalmente parcial, beneficiando a una de las partes, en este caso, a la que acusa sin pruebas de un hecho tan grave como es participar en el asesinato de un joven estudiante que defendía a los trabajadores en la huelga".
Pero... ¿Quién es realmente el veterinario Mardones?
Luis Mardones Sevilla nació en Santa Cruz de Tenerife el 16 de febrero de 1938. Ha cumplido recientemente, por tanto, los setenta años. Está casado con María Dolores Morales Barberan, con la que ha tenido cuatro hijos (Ramón, María Dolores, Luis Federico y Fernando). Doctor en Veterinaria y Licenciado en Derecho, Mardones inició su carrera política bajo la dictadura.
Fue ponente en el I y II Plan de desarrollo, subdirector general de Sanidad Pecuaria e inspector de la Aduana del Puerto de Tenerife para el control de los alimentos del abasto público. Tras la muerte del dictador busco refugio en la Unión de Centro Democrático de Adolfo Suárez, y fue nombrado, entre otros cargos, gobernador de Lérida (1976-1977), de Tenerife (1976- 1979), Subsecretario de Agricultura, Subsecretario para el Consumo, presidente del Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario. Con la desaparición de la UCD, este prohombre del chicharrerismo insularista se integró en las Agrupaciones Independientes (AIC) de Manuel Hermoso.
En 1989, su voto posibilitaría la investidura por mayoría absoluta de Felipe González como presidente del Gobierno, consiguiendo a cambio que el Ejecutivo socialista apoyara su propuesta de Régimen Especial Fiscal para los propietarios de cultivos plataneros y tomateros. Como saldo del significativo intercambio, González consiguió la investidura por mayoría absoluta y Mardones reforzó su representatividad entre los terratenientes y cosecheros tinerfeños
La adscripción de Mardones Sevilla al color azul de Movimiento Nacional franquista no fue, en absoluto, ni tibia ni superficial. La revista de historia Canarii relata, en su penúltimo número, una anécdota que retrata la trayectoria biográfica de este destacado político de la derecha tinerfeña.
"Cuenta el psiquíatra Carlos Castilla del Pino en su 'Autobiografía' que, a principios de los sesenta, probablemente en 1962 o 1963 - escribe en la revista Canarii, Sergio Millares - José Aumente participaba en un ciclo de conferencias en Córdoba organizado por los jesuitas. Mientras ésta se desarrollaba, con los circunloquios, metáforas, analogías y demás habilidades retóricas para sortear la dura censura franquista, se levantó de entre el público "un tal Mardones, estudiante de Veterinaria, jefe del SEU [la organización estudiantil de Falange] en Córdoba, que, a voz en grito, declaró no estar dispuesto a seguir oyendo tales cosas, y que en aquel mismo instante quedaba suspendida la conferencia. Se hizo un silencio absoluto. Aumente recogió sus folios, los introdujo en su cartera, se levantó y se dispuso a salir. En medio de la sala sobresalía Mardones, de pie, con aire amenazador, desafiante y chulesco".
En realidad, no era la actitud de Mardones una excepción en la época. Ese tipo de comportamiento público caracterizaba a casi toda la derecha de aquellos días a la hora de dejar claro ante sus conciudadanos cual debía ser el proceder de un "buen español", frente a lo que ellos consideraban como una "proclama subversiva"
Hasta la última legislatura, en la que se retiró de la actividad política, Mardones ha aguantado el tipo en Madrid , tratando de amparar los intereses, no del pueblo tinerfeño como a él le gusta proclamar, sino de la clase social a la que con tanta eficacia ha representado durante largos años en el Congreso de los Diputados.
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