Barrancos de Güímar / Alternativa por Güimar.- Cada vez que leo un artículo o alguna entrevista que le hagan al Sr. Wladimiro, tengo la sensación de leer las declaraciones de un recién llegado a la política de la isla, que toma contacto con la realidad y se sorprende de cómo están las cosas.
Sr. Wladimiro, según usted reconoce, ha estado 40 años en la política, 20 en un partido y otros 20 años gobernando, codo con codo con sus compañeros del consorcio empresarial que ha regido los destinos de esta isla en este último casi cuarto de siglo.
De su escrito se desprende que padece usted de un trastorno de doble personalidad, puesto que lo que piensa como ciudadano civil no lo ejecuta o lo lleva a cabo en su vida política pública, o puede ser que yo me equivoque y en lugar de que usted padezca algún trastorno clínico, simplemente se trate de que usted sea un hipócrita de tomo y lomo.
No me queda más remedio que reconocer que coincido plenamente con el diagnóstico que hace de las extracciones de tierra en los barrancos de Güímar, son sin ningún género de dudas, “el mayor desastre ecológico de Canarias”. La mala suerte de Güímar estriba en haber tenido y tener al frente de las administraciones en estos años de democracia a unos políticos que solo han realizado en este territorio güimarero la postura del “egipcio”, es decir, mirar para otro lado, mientras cinco señores arrasaban una de las mejores zonas agrícolas de Tenerife.
Sr. Wladimiro, Güímar no tiene áridos, tiene una de las tierras más fértiles de Canarias. Como usted debería de saber, para poder utilizar esa tierra como árido, ésta es sometida a lavado, quitándole así la gran cantidad de arcilla y componentes orgánicos, que por cierto, el agua que se ha estado utilizando para el lavado de la tierra es salobre, y éste sí que es un motivo para preocuparse de la calidad de las infraestructuras realizadas con estos materiales.
Claro que Güímar ha tenido mala suerte, usted es uno de los que ha consentido que cinco desalmados hicieran enormes agujeros en los barrancos de mi pueblo, con empresas clandestinas, ilegales, arruinando cosechas, destruyendo pistas y acequias, incluso, apropiándose de terrenos ajenos y obligando a sus verdaderos dueños a malvender sus propiedades.
Sr. Wladimiro, su política de “pos ya que están ahí que sigan agrandando los agujeros”, no es de recibo. Nos habla de restaurar, y lo que pretende con su plan es vaciar todo el barranco; 75 millones de metros cúbicos, en cincuenta años, con una profundidad media de 50 metros… no se burle de los güímareros y no mienta al resto del pueblo tinerfeño.
Sr. Wladimiro, ¿Dónde ha estado en estos últimos años? Usted sabía de la ilegalidad de las extracciones de tierra en Güímar, del tremendo daño que se le ha causado a los causes de los barrancos, del enorme impacto medio-ambiental, del daño causado a la población güímarera por culpa del polvo, de los insoportables ruidos, del deterioro de las infraestructuras viarias y de los resquebrajamientos de las casas cercanas a la carretera, del creciente malestar de la población… Usted es consciente del delito que en Güímar se estaba cometiendo, ¿por qué nunca ha denunciado a estos malandros?
Sr. Wladimiro, está pensando en marcharse por una simple piedra, créame, una piedra en el camino no es motivo, sin embargo, su incompetencia sí que lo es, DIMITA, y si se siente perseguido y acosado, venga para Güímar que aquí tenemos grandes agujeros donde esconderlo, por un tiempo ó para siempre.
Francisco Javier Hernández Armas
Güímar a 18 de Abril de 2008
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