Incineradoras / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Esta semana el Cabildo tiene previsto presentar públicamente lo que se ha dado en llamar "Estudio sobre el impacto ambiental, económico-social y territorial de la implantación de la planta de valorización energética en el Complejo Ambiental de la isla de Tenerife o en Polígono Industrial de Granadilla" elaborado mediante un convenio con las universidades de La Laguna, Las Palmas y Politécnica de Cataluña. Y todo ese nombrete lo único que quiere decir es que están estudiando dónde se pone la incineradora para quemar residuos en cantidades industriales, evidentemente porque se trata de una industria que cuesta 30.000 millones de pesetas y que tendremos que pagar religiosamente entre todos mediante la tasa de la basura.
El otro día lo ha dicho Wladimiro en Diario de Avisos, hace falta la incineradora porque los cambios en concienciación ciudadana precisan de una generación y no hay tiempo. Es decir, si separáramos la basura nos podríamos escapara sin el chisme pero el populacho no está por la labor. Acaso la pregunta que debía surgir a continuación es hacia dónde están enfocando los esfuerzos de concienciación desde ese cabildo desde hace un par de décadas o cuánto se han gastado en crear conciencia sobre el problema de los residuos, si los mil millones que se gastaron en propaganda para el tranvía o acaso lo que se gastan anualmente en el numerito de la Eólica, macrobotellón impresionante patrocinado por Melchior nada menos que en las instalaciones del ITER.
Y todo indica que la Politécnica de Barcelona ha concluido que esto de la incineración apenas si contamina, vamos, que ni se va a notar. Es más, para sorpresa de todos, consideran los catalanes, al parecer, que da exactamente igual ponerla en el vertedero de Arico que en el Polígono de Granadilla. Pero independientemente de que lo que hemos pedido, desde siempre, es una moratoria a la incineración hasta que se ponga en marcha el Plan de Residuos y se vea al cabo de unos años la implicación ciudadana en el mismo, a nosotros, en principio, nos resulta bastante chocante que alguien pueda defender que una incineradora en Arico apenas si va a afectar a los vecinos de la costa que desde hace 20 años se llevan tragando los olores del vertedero, por la noche principalmente.
Que no es que digamos que a nadie se le vaya a caer la piel a trozos por la implantación de la incineradora, lo que faltaba. Pero defender que esas emanaciones sobre las casas donde duerme gente apenas si tiene importancia pues, qué quieren que les diga, yo no me lo creo aunque estoy dispuesto a escuchar atenta y respetuosamente la explicación técnica del catalán, concretamente en la Facultad de Económicas este jueves a las 4 de la tarde.
Hoy en día en Tenerife existen tres industrias, con chimeneas, especialmente contaminantes, que son las centrales térmicas de Caletillas y Granadilla y la Refinería de Cepsa en Santa Cruz. La incineradora de Arico vendría a ser la cuarta. Pero la diferencia entre las tres primeras y la incineradora en Arico consiste en que no existen núcleos habitados entre esas chimeneas y el mar, lo que hace que la brisa nocturna dirija esas emanaciones hacia el océano durante la noche, fenómeno que conocen muy bien los pescadores que trabajan frente a esas industrias y que reaccionan hasta con vómitos por efecto de los gases contaminantes. Pero en el caso de Arico ocurre que varios barrios como Tajao, Las Arenas y otros se interponen en el camino de cualquier fuente contaminante que se pueda producir en el vertedero insular. Durante el día eso apenas se nota porque la dirección de los vientos dominantes y el calentamiento diurno hace que esos gases se dispersen en altura y en otras direcciones, pero cualquiera que transite la autopista del Sur, poco después de la caída del Sol hasta poco después del amanecer, sabe que eso habitualmente no ocurre por la noche donde cualquier emanación se dirige al mar a ras de suelo por efecto del enfriamiento y el contraste término entre la tierra y el mar.
Y de cómo ha resuelto esa realidad impepinable la Politécnica de Cataluña, qué quieren que les diga, yo no sé absolutamente nada, pero espero enterarme pronto para poderlo contar en el supuesto de que consiga entenderlo. Más difícil, lamentablemente, será saber cuál es la postura del Eladio Morales, alcalde de Arico, ante todo esto puesto que el hombre ha montado un numerito de por demás con un incinerador de animales y restos cárnicos (compuestos en el 90% por agua) y parece no aclararse lo más mínimo con la incineradora que primero defendió, después detestó y ahora, francamente, ni zorra idea de lo que piensa el Ayuntamiento sobre eso.
Pero es una pena, una verdadera pena, que un consenso social amplio al que se podía haber llegado con una sencilla moratoria de 5 o 6 años (hasta que se desarrollen en serio los contenidos del Plan porque está claro que si los ciudadanos no nos comprometemos no vamos a necesitar una incineradora, sino varias) se vea truncada por las prisas por instalar la incineradora que, esencialmente, significa contaminación, menos posibilidades de empleo, destrucción de recursos valiosos y tapón infranqueable para una verdadera política de reducción de residuos que, hoy por hoy, representa la única salida sostenible para este problema en un mundo en el que, entre otras cosas, se espera que el barril de petróleo se sitúe sobre los 150 dólares más pronto que tarde.
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