Nuestra gente / Agapito de Cruz Franco.- El jueves 27 de marzo de 2008 y a las 13h. se celebrará en el Salón Noble del Excmo. Ayuntamiento de la Villa de La Orotava, la ceremonia de concesión a título póstumo del Título de Villero de Honor al siempre recordado Francisco González Casanova (ver galería fotográfica), quien falleciera el Día de Navidad del año 2006. En su nombre, será su familia la que recogerá tal distinción.
Este acto institucional es el primer resultado de la decisión del Pleno Municipal del 27 de febrero de 2007 que, por unanimidad, adoptó el siguiente acuerdo tras una moción a tal efecto de IpO y firmada por el Concejal Agapito de Cruz Franco. Evacuado el preceptivo dictamen de la Comisión Informativa de Educación, Cultura, Juventud y Deportes en su sesión del 14 del mismo mes de febrero, el Pleno adoptó el siguiente
PRIMERO.- Conceder el título de Villero de Honor a Don FRANCISCO GONZÁLEZ CASANOVA, en base a los sobrados méritos que concurren en su persona.
SEGUNDO.- Proponer a Don Francisco González Casanova para la concesión de los Premios Canarias 2008 en la modalidad que corresponda, a cuyo fin se nombra instructor del expediente al Sr. Concejal Don Agapito de Cruz Franco, quien deberá aportar como tal los documentos que sean precisos que fundamente y apoyen dicha propuesta”
La Moción que había motivado este acuerdo llevaba el siguiente texto:
“Conceder, a título póstumo, a Don Francisco González Casanova, el título de VILLERO DE HONOR por su contribución al intercambio cultural y social entre La Orotava y Cuba, así como entre Cuba y Canarias en general; por su labor como "embajador" natural entre nuestros países y sus gentes; por su aportación al restablecimiento de las relaciones tradicionales entre ellos, en el marco de esa historia común, de ese continuum viajero de intercambios migratorios que produjo en ambos lados dos pueblos hermanos en la cultura y en la sangre por encima de sistemas políticos e ideologías diversas; y proponer a Don Francisco González Casanova, a título póstumo, para la concesión de los "Premios Canarias" a la colaboración internacional.”
Todo ello había comenzado en realidad el 17 de enero anterior, con una primera moción más extensa y cuya “Exposición de motivos” transcribimos a continuación:
“Francisco González Casanova, fallecido el 25 de diciembre de 2006, era hijo del último alcalde democrático de La Orotava anterior a la Guerra Civil, Don Manuel González Pérez. La mayor parte de su vida transcurrió en el entorno de la calle León de la Villa. Con el fin de encontrar a su padre en el exilio durante la dictadura franquista, se embarcó de polizón a los 21 años hasta Liverpool reuniéndose padre e hijo en Andorra por primera vez, para posteriormente reagruparse la familia ya en Tenerife. Estudió para marino (piloto) aunque su dedicación principal fue la de Administrador de Fincas. Responsable de la platanera familiar de “Los Afligidos” terminó dedicándose a la representación de productos farmacéuticos.
Paco, como comúnmente era conocido, era ante todo un hombre bueno. Vinculado al Partido Comunista, desde muy joven se consideraba un internacionalista con constantes pruebas de solidaridad hacia pueblos oprimidos del mundo, carteándose con presidentes de países como Irak, Méjico o Francia. Durante la II Guerra Mundial era un asiduo de Consulados de países aliados como EEUU o Gran Bretaña, para recoger información que luego repartía por Santa Cruz de Tenerife. En su afán por el agro canario llegó a remitir telegramas a Franco con el fin de que no se potenciara la platanera en Guinea ante el perjuicio que podría ocasionar a las de las Islas, en la época en que España poseía este territorio, estudiando el caso en el Gobierno del Estado.
Creció amando Cuba de una forma intensa y apasionada, convirtiéndose en la persona más representativa de la solidaridad con este país en los últimos años, así como en pieza clave en los intercambios culturales, sociales y turísticos entre Canarias y Cuba. Su relación con la Isla le viene del año 48, a través de Venezuela y de personas relacionadas con la revolución subsiguiente, y junto a revistas como La Bohemia, además de las tertulias familiares y conversaciones con amigos. Tras el triunfo de la Revolución Francisco González Casanova se apasiona con Cuba, no sólo apoyando al nuevo status que adquiere la isla con el ascenso al poder de Fidel Castro, sino también dentro de ese marco de relaciones históricas entre Cuba y Canarias plenas de familias isleñas a uno y otro lado del Atlántico que han jalonado la historia de nuestros dos pueblos.
Poco a poco comienza una tarea de solidaridad con ese pueblo a base del envío de medicinas, la búsqueda de familiares en uno y otro lado, así como la mensajería a través de los barcos que recalaban en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Todo lo cual le causaría más de un problema con el régimen político español de aquel entonces.
A partir de 1977, ya en la transición democrática española, comienza a viajar a la mayor de las Antillas, en el momento en que se abre un nuevo período de relaciones entre Cuba y España, y mucho antes de que lo hiciera el por entonces Presidente del Gobierno Adolfo Suárez. Fruto de este y de otros viajes posteriores son el encuentro con la historia y las sucesivas migraciones habidas entre Cuba y las Islas, repletas de familias a uno y a otro lado. En ese contexto entabla relaciones con múltiples personajes relacionados con la vida política, cultural y social del país como Dulce Mª Loynaz, Nicolás Guillén, Vilma Espín, Haydee Santamaría, Mariano Rodríguez, Alicia Alonso, Celia Sánchez Manduley, René Rodríguez, entre otros, así como con los hermanos Raúl y Fidel Castro con los que mantiene encuentros esporádicos. De igual manera indaga en la historia común de Cuba y Canarias a través de pueblos como Cabaiguán, El Calvario, Matanzas, etc.
Producto de este intercambio cultural funda en Tenerife junto a otras personas la “Asociación de amistad canario-cubana José Martí” llevando a cabo diferentes actos culturales y de hermandad Cuba-Canarias, como festivales de música (Carlos Puebla), descubrimiento de placas-busto a Leonor Pérez (madre de José Martí) en Santa Cruz y La Orotava, etc. Así mismo organiza diferentes expediciones a Cuba desde Canarias con personas de diferentes ideologías, recorriendo la Isla y entrando en contacto con la población canaria allí existente. De estas expediciones merece la pena resaltar la acaecida en 1980, y sobre todo la llevada a cabo en agosto de 1986 y por la que gracias a sus gestiones y organización se llevó a cabo el hermanamiento entre el Ayuntamiento de la Villa de La Orotava y el Poder Popular de la ciudad cubana de Sancti-Spíritus. En ella, 184 orotavenses (con su Alcalde y Ayuntamiento a la cabeza) llevaron a cabo una serie de actos institucionales en Cuba que contribuyeron aún más a unir a nuestros pueblos, más allá de ideologías y sistemas políticos. Un poco antes, el 26 de marzo de 1984, el Consejo de Estado de la República de Cuba le concedía la “Medalla de la Amistad” en reconocimiento a “su contribución al estrechamiento de los lazos de amistad entre nuestros pueblos y a su solidaridad con la revolución cubana”. En 1986 la firma periodística Carmelo Martín –que aglutina el trabajo de Carmelo y Martín Rivero Ferrera–, junto con el historiador Julio Hernández García, publican un libro que –prologado por Fidel Castro– llevaba el título de “Cuba en Canarias: Casanova, el amigo isleño de Fidel Castro”, como homenaje a su labor.
Muchas personas de la vida pública canaria han reconocido esta labor de Paco Casanova. Entre muchas, basten estos testimonios:
“La Orotava tiene ya dos símbolos antillanos. El antiguo, el pétreo: la representación de la Isla en la fachada de La Concepción. Y otro, más nuevo, de cuerpo y alma, palpitante: Francisco González Casanova, el isleño que vela porque Cuba siga iluminando el alma de los canarios”. (Juan del Castillo)
“Paco González era la Cuba viva en Canarias, a pesar de las dificultades que creaba el régimen franquista; hacía un gran esfuerzo por recomponer unas relaciones tradicionales con las Islas Canarias.” (Alfredo Mederos)
“Paco es de esos hombres cuyos actos, aún transcurriendo en el más completo anonimato, para nosotros no dejaban de tener un gran valor. Actos, que, aunque muy silenciados en el contorno social, siempre estarán presentes en las más diversas conciencias humanas, porque significan lucha.” (Nicolás González Lemus)
“Paco no es sólo Cuba. Paco es algo más. Paco es un compromiso de corazón con las causas que cree justas, con las causas que un buen día su padre le enseñó a amar. Porque pienso que Paco ha querido ser toda su vida una proyección de su padre”. (Domingo Domínguez Luis)
“El ha contribuido de modo entusiasta y ejemplar a tender un puente permanente de comprensión y amistad en tiempos no precisamente propensos a entablar el diálogo y el contacto, máxime cuando los credos políticos radicalizan posiciones y comportamientos olvidando que la sangre y el sudor esforzado con que fecundaron los “isleños” canarios el suelo cubano constituye un vínculo superior y perenne entre nuestros pueblos y nuestras gentes… Con su trayectoria de acercamiento y entrañable compenetración nos ha mostrado un ejemplo a compartir y fomentar. Cuando hemos arribado recientemente a una aproximación más directa entre políticos y a un acercamiento más entrañable a través de más frecuentes contactos turísticos, la labor de Paco González Casanova se agiganta por todo lo que tuvo de adivinación y valentía, de propuesta y programa, de gesto y latido humano”. (Jesús Hernández Perera)
El paso siguiente será pues, proponer al querido Paco Casanova como candidato a los Premios Canarias en la modalidad que corresponda, tal y como consta en el expediente del acuerdo del Pleno Municipal de 27 de febrero de 2007 citado.
“La Orotava tiene ya dos símbolos antillanos. El antiguo, el pétreo: la representación de la Isla en la fachada de La Concepción. Y otro, más nuevo, de cuerpo y alma, palpitante: Francisco González Casanova, el isleño que vela porque Cuba siga iluminando el alma de los canarios” (Juan del Castillo)
Se fue como lo hacen los grandes. Completamente ignorado. Olvidado entre las plataneras de su casa. Se marchó en plena crisis de su ídolo Fidel Castro. Pensaba con el corazón. Apenas recibió reconocimientos en vida fuera de aquella “Medalla de la Amistad” del Consejo de Estado de la República de Cuba el 26 de marzo de 1984. Estuvo demasiado ocupado por unir ambas orillas separadas por océanos de ideas y dictaduras sin ideas.
Tras su fallecimiento el 25 de diciembre de 2006, quedó patente el olvido de las Instituciones para con él. Aunque soy un ateo institucional, escribí ese mismo día una Moción en nombre de IpO que, el Ayuntamiento de La Orotava acaba de aprobar en Pleno por unanimidad y por la que se le concede el título de “Villero de Honor” quedando propuesto además para los Premios Canarias a la colaboración internacional. Tarde y a título póstumo, pero algo necesario y merecido.
El último acto social en que participó Paco fue en 2001 con motivo de dar el nombre de su padre, el último alcalde democrático de La Orotava anterior a la Guerra Civil, Don Manuel González Pérez, al IES La Orotava, y a quien muchos años atrás, buscaría en el exilio embarcándose como polizón en un barco. Cerrar con este acto su vida social da la razón al malogrado Domingo Domínguez cuando dijo de él que “quiso ser toda su vida una proyección de su padre”.
Internacionalista por convicción, creció amando Cuba y la revolución socialista de una forma intensa y apasionada, que lo convirtieron en la persona más representativa de solidaridad con este país en los últimos años, y la clave en los intercambios culturales, sociales y turísticos entre Canarias y Cuba, donde tantas familias isleñas han jalonado la historia de nuestros dos pueblos.
A partir de 1977, ya en la transición democrática española, comienza a viajar a la mayor de las Antillas en el momento que se abre un nuevo período de relaciones entre Cuba y España, mucho antes de que lo hiciera Adolfo Suárez. En ese contexto entabla relaciones con múltiples personajes cubanos: Dulce Mª Loynaz, Nicolás Guillén, Vilma Espín, Haydee Santamaría, Mariano Rodríguez, Alicia Alonso, Celia Sánchez Manduley, René Rodríguez, entre otros, así como con Raúl y Fidel Castro. De igual manera indaga en la historia común de Cuba y Canarias a través de pueblos como Cabaiguán, El Calvario, Matanzas, etc. Producto de este intercambio cultural funda en Tenerife con otras personas, la “Asociación de amistad canario-cubana José Martí” llevando a cabo diferentes expediciones, así como actos culturales y de hermandad Cuba-Canarias. En agosto de 1986 fue el artífice del hermanamiento entre el Ayuntamiento de la Villa de La Orotava y el Poder Popular de Sancti-Spíritus, y por el que 184 orotavenses con su Alcalde y Ayuntamiento a la cabeza, llevamos a cabo una serie de actos en Cuba que contribuyeron a unir a nuestros pueblos más allá de ideologías y sistemas políticos.
En 1986 también, Carmelo Martín y Julio Hernández publican un libro prologado por el líder cubano: “Cuba en Canarias: Casanova, el amigo isleño de Fidel Castro”. Entre otros testimonios el ex-rector de la Universidad de La Laguna Jesús Hernández Perera dejó dicho de él: “Ha contribuido de modo entusiasta y ejemplar a tender un puente permanente de comprensión y amistad en tiempos no precisamente propensos a entablar el diálogo y el contacto, máxime cuando los credos políticos radicalizan posiciones y comportamientos olvidando que la sangre y el sudor esforzado con que fecundaron los “isleños” canarios el suelo cubano constituye un vínculo superior y perenne entre nuestros pueblos y nuestras gentes… Con su trayectoria de acercamiento y entrañable compenetración nos ha mostrado un ejemplo a compartir y fomentar.”
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