Agustín Mora Valle / Artículos de opinión.- Otro año más, las mujeres tienen que salir a las calles y a los medios de comunicación para refrescarnos la débil memoria: 8 de Marzo; Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y lo hacen en pésimas y restrictivas condiciones impuestas por ¡los hombres!
¡Silencio, mujeres!... Se vota el día 9 de marzo y ustedes no pueden celebrar su día, el 8 de marzo, porque tenemos que “reflexionar” y sus reivindicaciones, exigiendo igualdad de derechos con los hombres, podrían dejar a los políticos con el culo al aire, podrían ser una certera denuncia contra estos candidatos que nunca las tuvieron en cuenta, pero para los que su voto de mujer ¡sí que cuenta!
“¡Compañeras, en reconocimiento a la lucha de las mujeres por sus derechos y el amor a la paz, propongo celebrar cada año el Día Internacional de la Mujer!”
Las delegadas a la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague aprobaron con entusiasmo la propuesta de Clara Zetkin. Era el año 1910 y vientos de guerra soplaban por Europa.*
Han transcurrido 98 años y la situación de las mujeres no ha mejorado sustancialmente tanto en el ámbito político, social, laboral y, más tristemente, en el doméstico.
En lo político, siguen siendo desplazadas de los cargos de responsabilidad y decisión (excepto en contadas ocasiones) y tratadas como floreros. Para paliar esta discriminación se crea, y de cumplimiento obligatorio, una ridícula Ley de Paridad que no nace, precisamente, de una cultura de igualdad asumida por los hombres.
En lo social, las mujeres deben seguir demostrando capacidades intelectuales más allá de lo inimaginable y pelear en condiciones de inferioridad por razón de género, con los hombres.
En lo laboral… bueno, el grito desgarrador de las mujeres trabajadoras lleva surcando el espacio desde que, dicen, Dios creo a Eva: trabajos discriminatorios o considerados “indignos” para ser realizados por lo hombres, trabajos asociados directamente al hecho de ser mujer, trabajos peor remunerados con respecto al hombre, trabajos donde se obstaculiza la promoción y ascenso de las mujeres, trabajos donde se castiga la condición femenina de poder quedar embarazadas, tener hijos y/o tener la menstruación so pena de ser despedidas, trabajos donde sufren el acoso sexual por parte de los patrones o compañeros masculinos, etc.
En lo doméstico, es posible que esa Eva de la que hablábamos antes tuviese más suerte que las mujeres de nuestros días.
Eva no fue maltratada por su Adán caído en suerte; Eva no fue insultada, violada, vejada o asesinada; Eva no fue despreciada ni relegada a parir en silencio, no se le negó el derecho a participar en la manera de gestionar “su paraíso” y no estuvo carente para poder opinar; Eva no fue reducida al estrecho marco de una cocina, entre pucheros; Eva no fue objeto de tráfico sexual; Eva no fue obligada a quedarse con la pata quebrada y en casa; Eva no tuvo que cubrirse “pudorosamente” ante su Dios, ni ante ningún hombre; Eva no tuvo que prostituirse contra su voluntad; Eva pudo decir y decidir qué hacer con su vida; Eva no tuvo que soportar juicios y jueces machistas; Eva… de haber existido, creo que fue una mujer feliz y realizada.
“¿Y por qué esta fecha, compañeras?
Porque nos recuerda la lucha de aquellas costureras de Nueva York que en 1857 exigieron igualdad de salarios y jornadas de 10 horas. Ellas murieron quemadas por los dueños de la fábrica...”
Clara Zetkin nació en Wiederau, Sajonia, en 1857, el mismo año de la rebelión de las obreras textiles norteamericanas.
Fue encarcelada varias veces. Junto con Rosa Luxemburgo, colaboró en la fundación del Partido Comunista Alemán y fue elegida al Parlamento en 1920.
En 1932, con 75 años y siendo la diputada de más edad, Clara Zetkin pronunció el discurso inaugural en el Congreso alemán. Enferma, medio ciega y frente a decenas de soldados nazis, sentenció:
“La exigencia del momento es hacer un frente único de los trabajadores y de las trabajadoras para rechazar... el fascismo”.
Tenía 76 años cuando se apagó la vida de esta incansable mujer.*
Y el fascismo sigue latente para las mujeres; la opresión sigue latente para las mujeres; la discriminación y la injusticia siguen latentes para las mujeres. Tanto el fascismo ejercido por aquellos misóginos que se dicen representantes de aquel Dios que creo a Eva, como por el inaceptable de los hombres en general, comenzando por la génesis de esa cosa que llaman familia.
El reto de las mujeres no está en celebrar, año tras año, esta ¿fiesta? de su Día Internacional. El reto está en iniciar su lucha, nuestra lucha reivindicativa, desde el propio seno familiar y romper con los moldes de sumisión a los que siempre se resignaron. El reto está en enfrentarse a la educación machista que reciben desde niñas e imponer, cuando forman familia propia, los principios de igualdad y libertad en la educación de sus hijos/as. El reto está en concienciar y educar desde esa célula chiquitita que es el hogar a padres, hermanos, esposos e hijos. Esa es la revolución pendiente de mujeres y hombres conscientes y libres.
Educar para la igualdad, crecer para la igualdad.
Pregunta idiota que se me ocurre esta semana: La muñeca de Famosa, perdón… de Rajoy ¿también se manifestará en este día 8 de Marzo por los derechos e igualdad de las mujeres?
* Radialistas apasionados y apasionadas.
http://www.radialistas.net/clip.php?id=1600038
Agustín Mora
06-03-08
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