Miserias de la cultura local / Me apunto.- Iván Lemos. Tenía pensado que para no volver a mi casa, mejor me conecto a Internet en Icod Casco, termino todo y vuelvo de nuevo a la tienda. La pregunta fue ¿y dónde me conecto? Al final en un ciber. La gestión era fácil no tardé más de 5 minutos y el precio 0.60 €; bueno lo vi razonable. Yo que soy rápido tomando cafés y cortados, la verdad que tardo menos y me cobran más. Pero no fui directamente al ciber, primero pasé por la Biblioteca Municipal como consta en el registro del 13 de este mes y tras firmar en dos hojas me puse en el ordenador número 6. ¡Qué Calvario! -y no por la semana santa- animo a todos los que tengo un rato que lo hagan, un buen rato, sobretodo a quien tenga competencias sobre Biblioteca, Participación Ciudadana, Juventud y Cultura. Perfectamente te puedes pegar 10 minutos para leer el primer correo porque los 5 primeros son para abrir el explorador y que entre la página y los otros 5 para que te reconozca el usuario y contraseña. Es desesperante. Así no se puede hacer nada. Me dirijo a la recepcionista de la Biblioteca y le pregunto sobre si alguno de los ordenadores va más rápido y me mira y me dice que no; que todos más o menos van igual.
Ese día también me acordé de cabreos míos pasados. Cuando estudiaba en verano o el último cuatrimestre de Bioquímica lo hacía en la Biblioteca desde las 8.15 de la mañana hasta las 18.30 de la tarde. Yo no sé cuántas quejas habré escrito desde cuando el horario sólo era de tarde, desde cuando la Biblioteca estaba en Los Cáceres donde ahora está la exposición de la , iba a decir en peligro de extinción Banda Municipal, pero viendo ayer que el Himno Nacional a la entrada del “Burrita” ya no era ejecutado por la extinta Banda prefiero no comentar nada porque cada vez esto es más vergonzoso. Decía quejas… hasta el punto de darme el Ayuntamiento -- y de esto se acordarán algunos que por allá por el año 2000 -- las llaves de alguna sala plan para que me callara ya y organizar un grupo para ir a estudiar sin que diera tanto la lata. El caso es que cuando por fin inauguraron el Convento del Espíritu Santo (que no sé por qué siempre se le llama Ex-Convento en esto hay que darle un punto a favor de Jesús Rolo que siempre lo nombraba como era) uno creía que ya por fin iba a tener un sitio donde estudiar, pero la cosa no era así porque no todo el mundo pensaba igual. Al parecer el recinto donde se alojaría una Biblioteca Municipal también iba a servir para Pregonar Fiestas, para Charlas Informativas, para Comidas Eclesiásticas, Instruir a los miembros de las mesas electorales, para Recopilar 100 días de Gobierno a la Prensa, Poner a disposición de todo el mundo el PGOU… y todo ello en el Patio del Convento al lado de la Biblioteca donde gente pretende estudiar o peor aún en las salas de abajo que al ser de tablado filtran el sonido como la luz atraviesa los postigos que se recibe del patio o lo que era la cancha del instituto que ahora parece una jungla. ¿Nunca se han puesto a pensar que un acto no es sólo el acto en sí?¿Nunca han pensado que es necesario montar un escenario martillando, probar un sonido, colocar sillas y mesas?¿Nunca han ido a leer el periódico para comprobar lo insoportable que es que se te pongan a gritar a lo lejos, porque por otro lado es su trabajo y son unos mandados?
Lo último que han hecho son unas Jornadas sobre Igualdad y venga griterío, en suelos de tablados, pisadas, jóvenes corriendo y más griterío, charlas y da igual que la gente esté estudiando. En las notas de prensa éxito total pero ¿para quién? ¿para los adolescentes a los que se le ofreció un bocadillo o para los jóvenes y no tan jóvenes que estaban estudiando , o intentándolo, sus exámenes, pruebas u oposiciones? Recuerdo que en esas u otras charlas o reuniones o celebraciones anteriormente citadas, incluso si hablabas en la biblioteca en un tono normal, o directamente respondías una llamada al móvil dentro de la sala de estudios porque total… pues la empleada te miraba mal o incluso te decía “Aquí dentro no se puede” a lo que tu respondías con un solo gesto señalando el ruido de fuera y lo veías totalmente ilógico.
Ilógico como que la biblioteca abra sus puertas a las 8.15 y las señoras de la limpieza aparezcan a las 9 dando voces, hablando entre ellas en el caso de que sean más de una y pasando la mopa. Aunque al parecer aquella señora que le daba igual que estuvieras estudiando porque llegaba y te decía: “Mira márcame el número este aquí” ofreciéndome el móvil y luego pegándolo a su oreja para comenzar a hablar parece ser que ya no está en la actualidad, siempre está bien recordarla para que sirva como de experiencia para las futuras empleadas.
Ni los turistas, siempre los de fuera son más respetuosos, se atreven a hablar porque parecen que entienden el significado de SILENCIO. No sé si quejarme o quejarme pero el convento franciscano está cada vez peor, aquello parece más un edificio de usos múltiples que una biblioteca: los libros están desordenados y mal colocados en las estanterías, se siguen organizando actos dando igual si alguien está estudiando o no, total es un día, o dos, o tres… el patio que da al este es de vergüenza el estado en el que está, en fin supongo que servirá para que el cualificado concejal o sus técnicos de Patrimonio tomen nota del particular.
Gracias de nuevo, jajajaja me hace ilusión ver que la gente me lee
Gracias
Publicado por: Ivan Lemos | 18/03/2008 en 10:53 p.m.