Transporte público / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Melchior dice que va a meter más tranvías en las horas punta, bajando de 7,5 a 5 minutos las frecuencias, porque la gente comienza a cansarse de ir parado (como dicen los venezolanos) en unos vehículos que llevan 200 pasajeros y tienen 60 asientos. Al tiempo, asómbrense, le retira cuatro coches, dos paradas importantes y le reduce la frecuencias de 7 a 10 minutos a la línea estrella de TITSA, la depauperada 015. Una línea que hace un recorrido similar al tranvía sólo que en la mitad del tiempo si se tomaran unas medidas mínimas, como ellos mismos reconocen ya.
Antes de irse, como le pasara al Mardones en el Congreso que les votó a favor de los presupuestos de Zapatero que paulino considera ahora ruinosos, Lorenzo Dorta dijo que ya iba siendo hora de pensar en carriles de guagua, pero nadie que esté bajo la órdenes del Melchior se atreve a reconocer esta realidad impepinable. A la 015 le han quitado la parada del Hospital porque le puede hacer un poco de competencia al tranvía, pese a que para llegar a esa parada hay que jugarse la vida literalmente, y la sacan de un par de rotondas para meterla, asómbrense, en la rotonda del Padre Ancheta que sigue siendo una de las más complicadas en horas punta, para hacer una nueva parada a pocas decenas de metros de la estación de guaguas de San Benito.
Y en mi vida pensé, francamente, que estos personajes fueran capaces de llegar a tal extremo de desvergüenza asunto de su dichoso tranvía, del que seguimos firmando hipotecas a diestro y siniestro, acosando a la guagua de esta manera. Todo lo que prometieron se ha revelado como mentira, la 015 la han quitado de la Plaza de España en Santa Cruz -al igual que todas las demás líneas- y por el centro de La Laguna ya no se roza ninguna guagua, cuando en la Avenida de la Trinidad, por ejemplo, podrían compartir carriles las guaguas y los tranvías como se hace en todo el mundo civilizado donde el espacio no abunda. Paradas importantes, como las de Finca España, se encuentran sin una simple marquesina o un banquito para que un viejo, o nuevo, se siente a esperar a la guagua y no hay forma humana de que éstos hagan lo más mínimo, con un simple cacharro de pintura, para darle la más mínima ventaja a la guagua frente al coche. Al tranvía, que supuestamente se dedica a lo mismo, todas las del mundo.
Y lo raro, francamente, es que todavía alguien se suba a una guagua para ir a destino alguno. Una carrera de obstáculos, estaciones en ruinas o apestando a amoniaco, las prometidas facilidades para acceder a la guagua por todas las puertas que no llegan -ni llegarán- y una política de propaganda desmesurada, por razones electoralistas y crematísticas probablemente; es lo que caracteriza a este Cabildo desde que asumiera estas competencias. De las verdaderas soluciones razonables, asumibles económicamente y relativamente sencillas para el transporte público en Tenerife nada de nada. Un sencillo y lamentable caos.
La penúltima es que Melchior se ha puesto a repartir invitaciones a los periodistas, no sé si incluyen canapés, para que se suban en la 015 y comprueben cómo hace el trayecto en 20 minutos. A los que han aceptado la invitación, al parecer, se le han atascado los cronómetros y no han conseguido bajar de la media hora. Hombre, la cosa no es que tenga valor estadístico, pero la cachetada para la máquina de propaganda de Melchior ha sido importante. Y lo peor del caso es que es verdad, ese trayecto, incluso sin suprimir paradas sino con carriles exclusivos en determinados tramos conflictivos (que se podrían hacer con cuatro perras gordas), se podría hacer en 20 minutos e incluso en 15, menos de la mitad de lo que tarda el tranvía que nos ha costado más de 300 millones de euros y cuya hipoteca, con suerte, terminarán de pagar nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos. Pero así de fantásticos somos.
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