Documentales / El caracazo.- El 27 de febrero del 1989 una gran protesta popular en contra de las medidas neoliberales del Gobierno de Carlos Andrés Pérez terminó salvajemente reprimida. Miles de muertos, miles de venezolanos fueron asesinados por la represión policial y militar. Miles de hombres, de mujeres, de niños, murieron simplemente por asomarse a la ventana para ver que estaba pasando en la calle. La policia disparaba a las ventanas, sin piedad.
Nunca se supo exactamente cuántos fueron los muertos. Miles de personas, hombres, mujeres y niños que simplemente reclamaban su derecho a tener un trozo de pan, una arepa, un plato de pasta.
Entre los responsable de esta matanza, que todavía reclama justicia, está un indigno italo-venezolano, el Ministro de la Defensa para entonces, Italo del Valle Alliegro.
Ninguno de los responsable de esta matanza ha sido condenado, ni Carlos Andrés Pérez, el entonces Presidente de la República ni el Ministro de la Defensa, el italo-venezolano Italo del Valle Alliegro, tan sólo siete militares fueron incriminados y ninguno cumplió condena.
Sabemos, que es muy probable que estos miserables, estos cobardes capaces de ordenar la matanza de hombres y mujeres que simplemente le reclamaban al gobierno la imposición de un paquete de medidas sociales, nunca serán condenados. Es posible que igual que Pinochet mueran placidamente de vejez.
Recordamos también el papel criminal de los medios de entonces: las televisiones, las radios, los diarios, que son los mismos responsable del golpe de abril, del golpe petrolero, de las mentiras de hoy... aquel 27 de febrero enmudecieron, no informaron, fueron cómplices de los asesinatos. Los venezolanos se informaban de los sucesos por los medios de comunicación internacionales.
La policía entraba casa a casa en los barrios más pobres de Caracas, sin pronunciar palabra, sin preguntar, simplemente disparaban y mataban. Miles de cadáveres se acumularon en los barrios de El Valle, en Petare; que luego eran recogidos por los militares y enterrados en fosas comunes. Miles de desaparecidos siguen siendo reclamados. Años después, en una de las fosas, en la denominada La Peste, se encontraron centenares de cuerpos.
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