José Luis Valdés / Artículos de opinión.- En las elecciones al Parlamento Español del año 1979 un sector amplio del independentismo canario, con los traspiés y trabas que la mayoría de los partidos políticos integrantes en UPC nos ponían, apostamos y apoyamos sin dogmatismo a esta organización política, gracias a esto la UPC pasó a convertirse en la tercera fuerza política en número de votantes de toda Canarias, consiguiendo la alcaldía tan importante como la de Las Palmas de G. Canaria.
En el momento actual, la atomización de los independentistas y de la izquierda, mas las condiciones de deterioro de los principios democráticos conseguido durante la transición, nos obliga a una gran parte de los independentistas canarios a replantearnos si realmente vale la pena participar en la farsa electoral o tomar por la vía de abstención.
En las próximas elecciones del 9 de marzo de 2008 no estamos en las mismas condiciones políticas que en el año 1979, al contrario, en ese año habían condiciones objetivas para el apoyo a la UPC, que estaba conformada por cinco organizaciones políticas, más los independentistas que participaban en las candidaturas como independientes, además de contar con un programa de mínimos en el que se reflejaban las peculiaridades específicas de Canarias como pueblo claramente diferenciado, tanto política, cultural, como geográficamente con el Estado Español.
El programa de UPC contemplaba:
1.- Reconocimiento de la nacionalidad canaria, con explícita afirmación de que la soberanía reside en nuestro pueblo.
2.- Exigencia de la neutralización del Archipiélago canario, con exclusión de cualquier alineamiento en bloques militares y oponiéndose a la super militarización de las Islas.
3.- Reconocimiento del derecho al autogobierno nacional-canario, con un Parlamento y Gobierno en genuinas y libres elecciones. Reconocimiento encuadrable en el proceso de afirmación de la identidad y del protagonismo popular internacionalmente reconocido a todos los pueblos: La Autodeterminación.
4.- Esto implica el control efectivo de nuestros recursos y competencias exclusivas en temas tales como:
- Política agraria, de racionalización, autoabastecimiento de bienes de consumo básicos y diversificación de cultivos y mercados.
- Socialización del agua y eliminación de los mecanismos de especulación y desarticulación del suelo.
- Potenciación del desarrollo industrial, generador de empleo.
- Control sobre el sector turístico y operadores.
- Política de ordenación territorial y de control de las acciones medio ambientales.
- Control de recursos financieros, en el contexto de un régimen fiscal especial canario, capaz de posibilitar nuestra alternativa al desarrollo.
- Capacidad para desarrollar una equilibrada y progresiva política social (cultura, educación, vivienda, sanidad, infancia, y juventud, marginados, etc.).
- Capacidad para establecer tratados internacionales en materia de interés específicos de Canarias, así como participación en la negociación de aquellos otros con incidencia para el Archipiélago.
Han pasado cerca de treinta años y Canarias se encuentran en la misma encrucijada, aún peor, creo que es momento de recapacitar y de construir nuevamente la verdadera alternativa, por lo que considero importante influir de alguna forma ante los colectivos y partidos minoritarios independentistas y de izquierda para que recapaciten y se planteen encuentros de unicidad con perspectivas de futuro, por lo que considero que en estas elecciones de debilidad transparente la mejor opción política es la abstención.
Esta es una postura clara y consciente mientras no se den las condiciones y la unidad democrática y plural del movimiento independentista y de izquierdas.
Independencia y Socialismo
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