Cuba / Nuestra bandera.- Gustavo Espinoza M. * Los medios de comunicación al servicio de la clase dominante, se han solazado especulando en torno a “lo que ocurrirá en Cuba” tras la carta de Fidel publicada ayer por el diario “Gramma” de La Habana y a través de la cual el Comandante en Jefe de la Revolución anuncia su retiro definitivo de la actividad dirigente en su país.
“¿Comenzará la transición democrática en la isla?” se preguntan con voz meliflua, sin reparar -quizá- que la transición democrática en Cuba se inició el 31 de diciembre de 1958, cuando fue derribada la dictadura batistiana y se abrió un amplio camino democrático a través del cual el pueblo de Cuba inicio un difícil trayecto hacia su liberación.
Hoy, en Cuba la sociedad busca afirmar la democracia socialista que le ha permitido, como en ningún país de América Latina, contar con pleno empleo, educación gratuita y de alta calidad, salud a disposición de todos y, sobre todo dignidad y coraje para mostrar el mundo el valor de la esperanza y la capacidad de lucha de las multitudes.
Por esa democracia es que trabajan día a día millones de cubanos empeñados en el bienestar de su patria y enfrentados a la prepotencia imperial que busca ahogar a Cuba a través de la presión económica, la agresión militar y la amenaza de guerra.
También, naturalmente, en las tareas de la solidaridad con pueblos y naciones de todo el mundo, como ocurriera en todos los continentes allí donde se alzó la necesidad de combatir contra la miseria, el atraso, la injusticia, y el horror imperialista que destruye pueblos y naciones.
Expresión directa de ello la tenemos los peruanos en algo que oculta con vergüenza la prensa reaccionaria: La presencia en el Perú de la Brigada Médica Cubana que desde hace seis meses, desde Pisco, brinda asistencia calificada y gratuita a las poblaciones afectadas por el terreno pasado.
En Estados Unidos, el 4 de noviembre tendrán lugar las elecciones presidenciales correspondientes al próximo mandato. Culminará, entonces, la “gestión” del señor George Walter Bush.
No sin razón el mundo se pregunta: ¿Será ese cambio el inicio de una “apertura democrática” en los Estados Unidos?. ¿Comenzará en la patria de Abraham Lincoln un proceso de reconstrucción de la vida de sus ciudadanos asegurando que los monopolios no hagan de las suyas, los grandes comerciantes no se enriquezcan con la guerra, las camarillas no digiten tras las bambalinas la suerte de la humanidad, las transnacionales no succionen las riquezas de pueblos y naciones, se respeten verdaderamente los derechos de de las naciones, se acabe la guerra de Irak, se normalicen los vínculos del país con todos sus hermano0s del mundo, se libere a los 5 patriotas cubanos injustamente encarcelados en los Estados Unidos?
La Gran Prensa bien debiera ocuparse más bien en comentar qué sucederá en el país del norte cuando caiga Bush, y se abra la posibilidad de un tránsito democrático en los Estados Unidos.
A lo mejor, eso sería mucho más atractivo para sus recetores pero, sobre todo, más útil para nuestros pueblos.
En cuanto a Cuba se refiere, seguirá su marcha en la historia. Y en ella vive Fidel desde hace más de cincuenta años, desde que inició la epopeya de la Sierra Maestra.
Así ocurrió con Bolívar, que vivió en la historia desde el juramento en el Monte Sacro de Roma al lado de su maestro Simón Rodríguez; y como vivió también en la historia José de San Martín desde que cruzó los Andes para liberar a los pueblos del Pacífico del yugo extranjero.
Ciertos periodistas notables no debieran olvidar que la historia, no mata. Al contrario, eleva a la condición de vida permanente a los que ofrendan la suya para ayudar a su pueblo a alcanzar la justicia y la luz.
Lima, 20 de febrero del 2008
* Miembro del Colectivo de Nuestra Bandera
Comentarios