José Luis Valdés / Artículos de opinión.- Fue en el año 1967 en que los suecos y alemanes comenzaron a descubrir Canarias como destino de sol y playas para el descanso del “guerrero urbano europeo” que, cansado del invierno crudo del norte, quería tener un descanso en zona no muy lejana y barata para la clase media industrial con un cierto poder adquisitivo.
Han pasado ya varias décadas desde entonces, España está en la Unión Europea y Canarias, a remolque, también, los precios de los viajes con la subida del precio del petróleo se ha encarecido y la cesta de la compra también, hoy día en Canarias no hay nada barato como en aquel entonces, esto hace que viajar a las Islas Canarias desde los países nórdicos salga casi tan costoso como viajar a Cuba o a cualquier otro lugar del Caribe, con la diferencia negativa hacia nosotros del coste de vida en el Caribe es mas barato.
Los gobernantes de Canarias y de España intentan a toda costa ocultar la realidad de la crisis del turismo en las Islas, ellos pretenden iniciar para el verano una compaña de publicidad y marketing dirigían a traer el turismo español, cosa que no va a solucionar la situación de crisis permanente del sector, ahora se lamentan de no haber aprovechado los años de bonanza en que los capitales entraban en las Islas a borbotones, y de no haber sabido utilizar dichos recursos para potenciar la pequeña industria, ganadería y agricultura local, en vez de importar todo de fuera con subvenciones a través del Régimen Especifico de Abastecimiento (REA) que ha hecho y hace que la producción autóctona se haya encarecido hasta tal punto que los agricultores y ganaderos han dejado de plantar la tierra y muchos han tenido que vender su ganado.
Entre otros males provocados por el sistema político dependiente y colonial existente en Canarias, está la pérdida de identidad, el paro, la pobreza, el consumismo, el individualismo, etc. Esta situación está forzada también por la propaganda consumista que incitan los medios de comunicación basura: Radio, TV, Prensa, etc.
En todo proceso de decadencia siempre hay culpables; unos más y otros menos. El principal culpable del grado de ruina sistemática de la economía canaria, está en primer lugar en los que mandan y gobiernan, ya que está en sus manos la administración de los recursos: Gobierno Canario, Gobierno Español, partidos políticos, y sindicatos, los cuales, sin escrúpulos, sus dirigentes se han dedicado a vegetar de la política sin importarles lo más mínimo el pueblo y su futuro. Han hecho la vista gorda a la corrupción, han permitido la implantación de capitales especulativos, han dado luz verde a las grandes multinacionales del comercio y grandes superficies, quienes, con su política agresiva de ventas y manipulación del mercado, destruyen al pequeño y mediano comerciante canario de la ciudad y del campo.
Los males que actualmente padece esta tierra no solo afecta a la economía, también afecta a la salud; se han incrementado de una manera asombrosa la delincuencia, la inseguridad ciudadana, la drogadicción, el alcoholismo, los suicidios…, afectando de una forma alarmante a la población más joven, y las enfermedades psíquicas de todo tipo.
Da lástima que en las próximas elecciones generales, del 9 de marzo, las organizaciones que se definen de izquierdas e independentistas, que de alguna forma parecen más sensibilizadas en la lucha por erradicar el germen del daño, pierdan el tiempo y el trabajo de sus militantes en presentarse a unas elecciones divididos como cangrejos, a sabiendas que sus voces no se oirán, sencillamente porque son pocos, sin medios y aun separados.
Desde mi punto de vista, esta división solo legitima el sistema y a los de siempre, por lo que considero que la única vía de protesta en el momento actual de la izquierda independentista canaria dividida es la abstención activa contra el Estado.
En estas elecciones sin unidad independentista de zquierdas, no voto.
¡Abstención activa!
¡Independencia y Socialismo!
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