Censura / Fuerteventura Limpia.- "La búsqueda de la verdad crítica sobre el espectáculo debe ser también una crítica verdadera. Tiene que combatir, en la práctica, a los amigos del espectáculo, y admitir estar ausente allí donde lo están ellos." [La sociedad del espectáculo]
Nuestra crítica va, además, dirigida, por su cercanía, a los periódicos Canarias 7 y La Provincia, que cada vez albergan más publicidad entre sus páginas (por algo será), y menos información implicada en lo que algún día fue la ética periodística.
Como empresas que son, los grupos de comunicación necesitan financiarse para llevar a cabo su actividad económica. Casi la mitad de esa financiación proviene de los anuncios publicitarios, que se llevan el 46%, mientras que las subvenciones se llevan una cuarta parte. Es decir, casi tres cuartas partes de la financiación de las empresas de comunicación pueden suponer algún tipo de presión sobre los contenidos informativos.
Resulta triste comprobar como ambos medios de comunicación han reducido su información con respecto a la isla de Fuerteventura, sin que los responsables institucionales hayan hecho la menor crítica, tal vez para así verse menos controlados...
El modelo económico vigente, arroja a los profesionales de la comunicación a un futuro laboral que suele ser en medios donde no existe participación colectiva en la toma de decisiones, donde los contenidos están condicionados a presiones de grupos empresariales, anunciantes que no permiten contenidos críticos hacia sus firmas y con agendas informativas pautadas por resultados de rentabilidad económica a costa de empobrecer la investigación periodística o el trabajo riguroso.
Desde Fuerteventura Limpia, somos conscientes de que los estudiantes aspiran a licenciarse en periodismo, trabajar de periodistas y vivir de ello. A esos profesionales les queremos siempre recordar que tienen una obligación moral de informar al mundo sobre tantas y tantas luchas de hombres y mujeres que combaten por su supervivencia y su dignidad.
Las personas sin voz también tienen derecho a ser oídas, su voz también debe ser llevada a nuestras páginas, nuestras ondas o nuestras imágenes, sin manipulaciones que le resten importancia, o los convierta en un show más (algo muy extendido, por cierto) que está convirtiendo males tan propios de este mundo como la guerra, el hambre o la muerte, en un imaginario y una sensibilidad de andar por casa, a una estructura cultural y de dominio invisible.
No será periodismo, como no es medicina curar sólo a quienes tienen dinero para pagarla. La decencia es lo que diferencia al militar que dispara contra el pueblo refugiándose en órdenes de superiores o el que combate al lado de la gente. Ninguno de ellos puede ser neutral, ni imparcial, ni objetivo.
Por otra parte, resulta decepcionante observar como en Fuerteventura no existe un solo medio de comunicación escrito independiente, o que el número de páginas digitales sea mínimo. Todo distinto a lo que sucede con nuestra vecina isla de Lanzarote, donde abundan.
En lo que sí destacamos, es en el número de medios audiovisuales, donde cada partido cuenta con el suyo propio, desde la Tele del marqués ( P.P.), pasando por la del sombrerito (A.M.) financiada por los Marichales y algunos empresarios más, hasta la Localia del PSOE financiada casualmente por una familia perteneciente al P.P. como, Santiago Mederos. “Maldigo la poesía de quien no toma partido”, dijo Gabriel Celaya. Nosotros maldecimos al periodista que no toma partido en cambiar las cosas, y que en su lugar sólo las relata partidistamente.
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