Agapito de Cruz Franco / Artículos de opinión.- La Ley 8/2005, de 21 de diciembre, de modificación de la Ley 11/1997, de 2 de diciembre, de regulación del Sector Eléctrico Canario, deja claro, que los Ayuntamientos nada pueden hacer, si una obra es declarada de interés público en su municipio. Es el caso de la Regasificadora y el Gas Natural Licuado en Granadilla.
Antes de ella, Ayuntamientos como Vilaflor, Arona, San Miguel y Granadilla, argumentaron la falta de licencia municipal para rechazar el Tendido de Alta Tensión del Sur por sus montes o medianías. Incluso Granadilla llegó a precintarlo.
El Gobierno decidió entonces eliminar toda rendija democrática municipalista en las grandes decisiones, y de aquellos polvos devino el lodo de esta Ley.
Cuando esta Ley de Barro se aprobó en el Parlamento, sólo el PSOE votó en contra. Fue obra de CC y PP exclusivamente. Los Verdes hicieron gestiones contra ella. En La Orotava, El Rosario o Aguimes, se presentaron mociones por considerarla un ataque a los municipios. La FECAM quiso recurrirla por vía constitucional, por vulnerar presuntamente el círculo de competencia municipal. Pero al final desistió.
Pasó el tiempo y llegó, en el proceso de implantación del GNL en Canarias, el proyecto de sus Plantas de Regasificación. En Granadilla, con el PSOE en el gobierno y Jaime González Cejas como alcalde, se apostó por las mismas. Al acceder a la alcaldía Carmen Nieves Gaspar (CC) confirmó la apuesta, pero optó por el mar como ubicación para la Planta, enfrentándose al Ejecutivo que lidera su propio partido y, conocedora de esta legislación, empezó a hablar de consenso en medio del lodazal. El PSOE se abstuvo, y el grupo de gobierno –CC, PP y SSP- esgrimió el respeto que se debe a las decisiones de los municipios. Rechazaban así una Ley aprobada por ellos mismos, probando su propia medicina, que, por otro lado ya habían bebido, al ampararse en ella para expresar su oportunista incapacidad para parar el Puerto Industrial.
El problema no es la ubicación de la Planta, sino la Planta, y, en concreto, el GNL, un combustible para nada de transición, que completaría en Canarias un modelo energético obsoleto. Contamina casi lo mismo que el fuel. Se emplearían los dos, y al cerrar el paso a las energías limpias, Canarias se habrá alejado definitivamente del Protocolo de Kioto, que encima, no es gran cosa. Es de alto contenido en metano cuya molécula es 20 veces más potente como gas invernadero que la de CO2. Es responsable de la tercera parte del calentamiento global según estimaciones de la NASA. Y el peligro, de alto riesgo, como prueban múltiples accidentes con cientos de muertos y derrames marítimos. Además, ineficiente e innecesario.
La postura del Ayuntamiento de Granadilla es hipócrita. Ha apostado por los fósiles, lo que supone dar portazo a las energías limpias, el ahorro y la eficiencia energética, modelo que se ha reivindicado siempre desde el Ecologismo y el Movimiento Verde. Lo disimula oponiéndose a la construcción de la regasificadora en tierra, una bomba eso sí, para las poblaciones cercanas, pero proponiendo que se ponga en el mar. Una decisión despreciable hacia éste, sus comunidades marinas y toda la vida que representa, además de seguir siendo una peligrosa bomba para las poblaciones y fábrica de cambio climático. El origen de este cambalache hay que buscarlo en 1990 con la construcción de la Central de Gas-fuel. Todos los partidos del Ayuntamiento la terminaron aceptando –incluido el representante de SSP, entonces ICAN- y por tanto, no les queda más remedio que dar el VºBº ahora al combustible. Eso sí, enmascarando su apuesta por las Centrales Térmicas con una falsa defensa del medio. El argumento de que sin regasificadora en tierra no hay Puerto de Granadilla es falso. Basta ver el de Arinaga. El TEA dejó claro que sin GNL no habría Puerto Industrial. Algo muy lejos de la postura de los 4 partidos del Ayuntamiento de Granadilla que con su decisión se convierten en agentes de cambio climático. Una verdad incómoda imposible de disimular. La naturaleza y la sociedad tienen que ponerlos en su sitio.
* Artículo de Opinión de Agapito de Cruz Franco publicado hoy 13 de diciembre de 2007 en "La Gaceta de Canarias".
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