Memoria colectiva / Juventud Rebelde.- Cien años después, los rostros ajados de los obreros de las minas salitreras de Chile podrán ser contemplados por quienes visiten la Casa Memorial Salvador Allende, en la capital.
Una exposición fotográfica y una conferencia, inauguró el pasado martes la Jornada por el centenario de la horrenda masacre que convirtió en parte de la historia a la escuela Santa María de Iquique: improvisado paredón de fusilamiento donde el ejército diezmó a la enorme masa compuesta por unos tres mil mineros, y por muchos de sus familiares.
Era apenas el año 1907, pero cundió el miedo de que aquella huelga espontánea, que fue prendiendo y extendiéndose de una pequeña mina salitrera a otra, llevara la semilla de la rebelión al resto de los trabajadores del país, y se generalizara el mal ejemplo. Sin embargo, ellos solo reclamaban su derecho a una vida mejor, comenta Alex Sosa Orellana, coordinador en Cuba del Partido Comunista de Chile.
«Uno se pregunta: por qué los mataron? Los mataron por temor...», afirma luego de evocar el descenso de los huelguistas de las minas, bajo el implacable sol del desierto de Atacama, hasta el puerto de Iquique, y su pacífica congregación en la Intendencia, desde donde fueron trasladados y concentrados en la escuela. «Ocurrieron cosas que todavía siguen pasando en Chile y en América Latina —apunta Sosa, al informar a JR sobre la Jornada. Aquellos hechos fueron una muestra de las contradicciones que genera el capitalismo como, por ejemplo, la desigualdad social, que persiste y debe motivarnos más a la lucha de hoy».
Interrogado acerca del Chile que conmemora este aniversario, Sosa explicó que muchos sindicatos no son legales; y el movimiento patronal está interesado en evitar que tomen fuerza.
«Hay muchos problemas con el empleo, los contratos... existen el subempleo y el subcontrato. Ya puede verse lo ocurrido con la huelga reciente de los subcontratados por CODELCO: les pagan salarios que no son los que deberían tener; los trabajadores ganan la huelga y los dueños se comprometen a cumplir ciertas exigencias... pero hasta ahora nada se ha resuelto.
En Iquique el ejército chileno asesinó a obreros del salitre y a sus familiares. «Nosotros pensamos que los trabajadores serán quienes lleven adelante las acciones para ir ganando espacios y lograr una verdadera democracia; como partido, entendemos que en Chile no hay una democracia verdadera. Existe la exclusión y no solo política, sino de educación, de salud, de vivienda...»
Una caravana cultural que partió de Santiago el día diez y recorrió los dos mil kilómetros que separan a la capital y a Iquique —casi en el extremo norte del país— centra las conmemoraciones en Chile con la participación de los grupos Quilapayún e Inti Illimani, entre otros artistas e intelectuales que se han sumado.
«Se hicieron actividades en Santiago y en las poblaciones de La Serena y Copiapó. En Iquique se realizaron actividades hasta el día 21.
Mientras, en el Memorial Allende de La Habana, se proyectó el pasado miércoles el filme Actas de Marusia, de Miguel Littin, y el viernes se exhibió la Cantata a Santa María de Iquique, un video de Quilapayún, siempre a las seis de la tarde.
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