Entrevistas / Orestes Martí.-El 31 de octubre la Asamblea General de la ONU aprobó por 184 votos a favor, cuatro en contra y una abstención una resolución que exige por decimosexto año consecutivo poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba. El gobierno cubano destacó que la aplastante votación en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se produjo pocos días después de que el presidente norteamericano George W. Bush anunciara nuevas medidas para reforzarlo.
En efecto, la votación se produjo una semana después de que Bush anunciara nuevas medidas para apoyar la "transición democrática en la era post Castro" y reafirmara la vigencia de la ya internacionalmente desprestigiada política mantenida por el país más poderoso de la tierra -en términos militares- por más de cuatro décadas sobre el pequeño aunque poderoso -en términos morales- país caribeño.
En tal ocasión, Bush señaló que Estados Unidos mantendría el bloqueo (embargo le llamaba eufemísticamente) mientras no hubiese un cambio de régimen en la nación antillana y dijo que la palabra clave en Cuba no era estabilidad, sino libertad; a lo que el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque respondió -como se recordará- que la palabra de orden en Cuba es ¡Coraje! (conociendo como conozco a los cubanos, estoy seguro que utilizó tal expresión por no emplear otra un poco más fuertecita).
He querido conocer algunas reacciones sobre estos dos eventos (palabras del Sr. Presidente USA y votación en la ONU) así que comienzo por preguntar a D Teresita Capote, embajadora de Cuba en Kazajstán.
OM: ¿Que piensa usted de los resultados de la votación en la ONU sobre el tema "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba" ?
TC: La votación que, recientemente, tuviera lugar en la ONU, en favor del cese definitivo e incondicional del bloqueo norteamericano , ha servido para demostrar, una vez más, el rechazo universal al genocidio más largo y cruel de la historia de la humanidad.
Cabría preguntarse, no obstante: ¿Cómo se explica que el poderoso imperio, a pesar de ese reiterado y creciente rechazo, ignorando ese voto casi unánime, trace hoy nuevos planes para endurecer su multifacética guerra contra el pueblo cubano, una guerra que perjudica, además, los propios intereses del pueblo norteamericano y del resto de los miembros de la ONU?
Y nos preguntamos, también: ¿Qué habría podido suceder si el bloqueo no hubiera tenido también ese carácter extra-territorial que, de hecho, consigue afectar a terceros países que comercian y mantienen vínculos con Cuba? ¿Qué habríamos podido esperar si los únicos agredidos hubiéramos sido los cubanos? ¿Qué habrían hecho, en ese caso, los principales actores de la política internacional?
¿No es acaso suficiente, para tomar decisiones más efectivas, que durante casi medio siglo, todo un pueblo haya sido sometido a una criminal política que viola, abiertamente, los tan proclamados derechos humanos a través, precisamente, del sacrificio humano?
Realmente indigna que, aquellos que se muestran como supuestos defensores a ultranza de determinados valores, deban esperar a que el país agredido sea el que, año tras año, presente una Resolución, reclamando el cese de un crimen de lesa humanidad y no se reaccione de manera más rotunda y efectiva contra esa monstruosidad que, de hecho, pasará a la historia como una de las páginas más bochornosas de todos los tiempos. Una Resolución que, a pesar de ser votada, de manera reiterada, prácticamente por unanimidad, es ignorada y violada, sin consecuencias efectivas, para el violador principal.
OM: ¿Que valoración hace usted de las palabras de George W. Bush sobre Cuba anteriores a la votación en la ONU?
TC: Resulta realmente penoso que un país, que pretende erigirse como uno de los grandes defensores de la libertad y la democracia, no haya podido comprender el desprestigio que representa una política, declaradamente destinada a aplastar un legítimo proceso socio-político, que ha puesto en alto valores esenciales como dignidad, patriotismo, solidaridad, por lo que sus planes quedan siempre frustrados, pero dejando tras de si pérdidas enormes, sacrificio, muerte y dolor.
Bush ha demostrado, una vez más, su aberración con relación a Cuba, pero ante todo, el desconocimiento de una realidad que se convierte hoy en ejemplo de lo que se puede lograr a pesar de agresiones, violaciones y amenazas, cuando se defienden valores tan sagrados como son la soberanía y la autodeterminación.
Cabría recordarle al Presidente norteamericano que lo único logrado, en casi 50 años de hostilidad contra un pueblo pacífico y trabajador, ha sido unirnos y fortalecernos, para convertir a Cuba en un ejemplo excepcional de resistencia, en un ejemplo de lo que es posible cuando se cree en lo que se construye, cuando los intereses de la Patria se colocan por encima de todo, cuando ese sentimiento nos convierte en ciudadanos incomprables e indoblegables.
Me permito afirmar que, para los que conocimos el pasado capitalista de Cuba, con todas sus terribles connotaciones para la vida del ciudadano simple; para los que hemos vivido los últimos 49 años bajo los efectos de las agresiones, las amenazas y el bloqueo; para los que nacieron con la Revolución y no han conocido otra cosa que las consecuencias de esa mantenida hostilidad; para los que han demostrado, en la práctica, que prefieren dejar de ser, antes que renunciar al derecho a ser libres y soberanos, el último mensaje de Bush irá a parar, una vez más, al lugar de donde mismo proviene: al Basurero de la Historia!
Me permito repetir con nuestros Mambises y con Fidel: ¡VIVA CUBA LIBRE!
OM: Le agradezco su tiempo y sus reflexiones sobre mis preguntas
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