Ataques a la libertad de expresión / Cuentos y Noticias desde Canarias.- De confirmarse esta noticia que se adjunta, sería otro duro golpe contra las personas, grupos, colectivos sociales, partidos, etc. que se empeñan en limpiar esta fétida realidad política y social canaria.
Se le condena al pago de las costas del juicio, tal y como se hizo en su día con Ben Magec en el caso Tindaya, por preocuparse por el interés general y pareciendo que fue el quien ocasionó los daños sobre las torretas deterioradas.
Esta vez el ataque iría dirigido contra el amigo Juan Jesús González Afonso del Foro Contra la Incineración de Tenerife.
Juan Jesús se ha destacado por una intensa labor de denuncia desde una modesta pero intensa y comprometida página, pionera en la red Canaria, estando allá donde los medios de comunicación no llegan o más bien no quieren llegar.
Son muchas las cuestiones que ha destapado y quizás por ello, haya sido objeto de esta denuncia. Viendo las imágenes que aportó, de las cuales se hicieron eco en su momento la mayoría de los medios y hasta el propio Zerolo, y que tuvieron una amplia repercusión, se nos hace difícil de comprender esta supuesta sentencia. No obstante, nos vamos acostumbrando a alguna de ellas, tal es el caso del derruido Teatro Atlante, en cuyo caso, afortunadamente las instancias superiores dieron un duro varapalo tanto al Ayuntamiento de La Orotava, como al Cabildo y al propio juez.
Desde Cuentos y Noticias desde Canarias queremos mostrar nuestra solidaridad con el amigo y compañero Juan Jesús, así como brindarle nuestro apoyo económico, moral y cualquier otro que necesitase y pudiésemos darle.
Lo entendemos como un ataque más desde los poderes que se mueven en la sombra en estas islas y que se dirigen contra derechos fundamentales, como son el de la libertad de expresión y comunicación, a los que tan acostumbrados estamos por estos lares.
Ejemplos de ello los tenemos a diario contra todo aquel que osa denunciar la situación que vivimos en Canarias. El último en la figura del vacío y poco avergonzado Llanos, quien pretende, basándose cínicamente en el derecho que pretende conculcar y en su inexistente “conciencia ecológica” (inexistente por ambos términos según nuestra opinión) , restringir la difusión de periódicos gratuitos.
Anteriormente asistimos a la regulación de las televisiones digitales terrestres, de cuyo concurso pudo deducirse una disminución del número de televisiones, muy al contrario de lo sucedido a nivel nacional, donde aumentó el número de canales que emiten sus señales. Todo esto acompañado de un casual castigo a medios que se habían mostrado ligeramente críticos.
Empiezan a quedar lejos ya casos como el conocido “caso Bango”, dónde los denunciantes fueron presentados como si fuesen los acusados, y que demostraron una valentía inusitada al denunciar los hechos en momentos en los que el control de la situación medi-ática era total, enfrentándose hasta a su propio partido que los abandonó, personas como Carlos Obón, José del Toro o el consecuente Francisco de la Barreda (nunca ha sido suficientemente explicado como una denuncia del PP hacia Coalición Canaria en un pequeño pueblo, destrozó al PP insular de ese entonces). Este abandono se debió a otra de las características que explicarían lo que desde entonces está sucediendo en Canarias, y que no es otra cosa que la extensión de la corrupción al resto de los grupos, abalanzándose desde los mismos a cualquier miembro que osase llevar a cabo una oposición que no fuese meramente retórica. Véase sino, el caso de Santiago Pérez y la campaña medi-ática de acoso y derribo a la que fue sometido y en la que le fueron colocados hasta rabo y cuernos. Y es que lo sucedido en esta tierra no puede explicarse ni entenderse, sin la ausencia de una oposición real, sustituida por otra colaboracionista y encantada de su posición y de las migajas que le eran ofrecidas.
Este amordazamiento de los que se han atrevido a levantar la voz se ha visto completado con el control de los medios de comunicación, bien compra literal o no de los mismos, bien tratando generosamente a determinadas plumas, o por el contario asfixiando a los medios que se posicionan moderadamente en la denuncia de lo que ha estado sucediendo, cuando no han despedido improcedentemente a periodistas dignos, como ha sucedido en el sangrante caso de Ramón Pérez Almodóvar.
Han ido contra los grupos políticos y sociales alternativos cuando han podido, multando a sus miembros por difundir actos reivindicativos e impidiendo la difusión de los mismos.
También contra técnicos valientes que realizaron informes acorde a su conciencia y profesionalidad.
Con todo ello, han silenciado o marginado noticias tan importantes como las diferentes y multitudinarias manifestaciones contra el puerto de Granadilla.
Pero la cuestión se fue haciendo tan evidente, que fue confluyendo en toda una revuelta social de considerable magnitud que dio origen al movimiento ciudadano más digno que ha dado esta isla, Asamblea por Tenerife, confluencia de muchos grupos y personas individuales, que alzó su digna voz ante tanta inmundicia.
Se les estaba yendo, y se les está yendo de las manos como pudo comenzar a comprobarse en las últimas elecciones, por lo que han decido reaccionar con el objeto de salvar los muebles, y de ahí, muchas de las cuestiones que nos están deparando, y que tendrán su continuación con las licencias que supuestamente “regularán” el espacio radioeléctrico.
Y es que Tenerife nunca les estará suficientemente agradecida a todas estas personas que en los momentos difíciles denunciaron estos hechos, y que como es el caso de nuestro amigo Juan Jesús, han sufrido duros ataques, y que comenzaron a recuperar para la sociedad el vilipendiado nombre de esta isla.
Por todo ello, estamos seguros de que esta sociedad no los abandonará, al igual que hizo mediante campañas solidarias con otros ciudadanos acosados como el valiente y comprometido profesor universitario Federico Aguilera.
Este movimiento resulta ya imparable, y con la ayuda de páginas como la del Foro Contra la Incineración de Tenerife , que cada día gozan de mayor credibilidad y difusión, no lograrán amedrentarnos, a pesar de que ya algunos grupos han iniciado un acoso a la libertad imperante en la red.
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