Stop Corrupción / Fuerteventura Limpia.- Aunque Fuerteventura no está reconocida como un destino de Golf, lo será próximamente con la apertura este año del tercer campo de Golf de la isla (en Jandía) y tres campos más. Algunos de ellos, están en construcción y otros en trámites de planificación. Incluso ya hay un monumento al golfista.
La calidad de los campos de golf, deporte practicado por una selecta pero adinerada minoría de personas, requiere de condiciones ambientales que permitan el crecimiento de amplias superficies de césped. Cuando ello no sucede, el acondicionamiento de superficies destinadas a la práctica del golf genera una transformación radical de los rasgos ambientales de los terrenos destinados a tal fin.
Los movimientos de tierra, la destrucción de nichos ecológicos, la desaparación de comunidades florísticos y faunísticas y la alteración del drenaje de las aguas de escorrentía, son algunas de las consecuencias generadas con la implantación de campos de golf por parte de los grandes empresarios a los que el poder político, como vemos, a penas puede poner freno. Esta clase de intervenciones sobre el territorio demanda la excavación de trincheras, la impermeabilización del suelo y la modificación de la estructura edáfica.
Los requerimientos hídricos para lograr el mantenimientos óptimo de los campos de golf se estiman en 2'5 l/m2 y día, y alrededor de 4 l/m2, si las condiciones climatológicas son adversas; un consumo elevado en una isla de las limitaciones hidrícas, como es Fuerteventura. En casi todos los casos se ha optado por instalar una depuradora junto al campo, que garantice el riego diario del césped.
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