Agapito de Cruz Franco / Artículos de opinión.- El español, con 1007 años de existencia, oficial en 20 países y 450 millones de hispanohablantes, es la tercera lengua del Planeta tras el chino y el inglés. Digo español y no castellano, porque es como lo llaman en América. Sin connotaciones nacionalistas. Lleva en sí mismo la civilización de la mezcla y no pertenece a España. Esta, con el 9% de esos hispanohablantes es irrelevante. En Internet y según “National Geographic”, aparece primero el inglés, seguido del chino y el español. Tras ellos: japonés, alemán, francés, portugués, coreano, italiano árabe y ruso. En nuestros Centros educativos se necesita un cambio en la enseñanza de idiomas. Sobra esa inercia tradicional por inglés, francés y alemán. En un enfoque real y en consonancia con los objetivos educativos, habría que modificar dos constantes. Una, eliminar la obligatoriedad del inglés. No hay derecho que una parte del alumnado tenga problemas o no pueda pasar de curso porque no se le dan los sonidos sajones. Aparte que a veces, su enseñanza se ha convertido en injerencia de una cultura sobre otra: fiestas de Halloween, señalizaciones y explicación de asignaturas en inglés, formación en esa cultura etc. No podemos ser partícipes de los arcanos sueños imperiales de la era victoriana, donde se apostó porque todo el mundo hablara inglés. Cierto que tiene un interés práctico. Pero hay que delimitarlo a situaciones de tránsito y comunicación global donde no tiene mayor importancia que las señales de circulación o el lenguaje de símbolos. Y eso es un simple código.
Además, ofertar junto con el inglés, chino-mandarín y árabe. El chino por ser el más hablado y porque el futuro tiene ojos rasgados. El árabe, por las circunstancias civilizatorias y la cercanía a ese mundo lingüístico. En un segundo plano estarían portugués, alemán, francés, ruso e italiano. El portugués es el 6º idioma del mundo y muy relacionado con las Islas. Los otros importantes a nivel turístico y cultural. Se debiera tener en cuenta el tifinah –la lengua del pueblo amazigh- o las otras del Estado: gallego, valenciano-balear-catalán, euskera etc. Incluso las clásicas, como base para toda el área lingüística. Otro factor es la realidad multicultural canaria. Los 32.000 escolares procedentes de otros países pertenecen a 114 nacionalidades. Los más numerosos de Iberoamérica. Tras ellos UE, extracomunitarios y Asia. Al final, Africa y el Magreb. Sin embargo, la política bilingüe (PSOE-PP), parece estar de acuerdo en hacernos hablar desde la Etapa de Infantil en inglés cual súbditos de su Majestad la Reina Británica. El colmo es que en Valdelavilla (Soria) está prohibido hablar español. Ideado para mejorar el inglés, en la cuna del castellano rige la norma del “only english”. Imagino que en la campiña de Oxford o Cambridge ocurrirá lo propio en alguno de sus poblados para quienes en Gran Bretaña estudian español. O que parte de su enseñanza se imparta también en español… El turismo, la política, la TV, la pedante invasión de anglicismos inútiles, o la persecución lingüística que sufre en algunas autonomías, donde parece confundirse lo positivo del bilingüismo, con actitudes fascistas calcadas del franquismo para reprimir uno de ellos, son los males del español en el Estado. Al contrario, en EEUU, Rusia o Brasil el español está en auge. En Moscú es el primer idioma extranjero que se estudia. Rusia lanzará en 2008 un canal de TV que emitirá 24 horas en español. En USA se habla en el 12% de sus hogares -44 millones de personas- y está diagnosticado que 102 millones de estadounidenses lo hablarán en 2.050. Para dar ejemplo Bush saluda a Zapatero en la ONU en español. El futuro será trilingue: chino, inglés y español, frente a los 7.000 idiomas que se hablan en el mundo, la mitad de los cuales se hallan por desgracia en peligro de extinción. El modelo de inmersión lingüística empleado en Comunidades bilingües como Cataluña, Pais Valenciano, Euskadi o Galicia debe servir de ejemplo ante ese peligro, donde no va a estar ausente el cambio del clima.
Artículo de opinión de Agapito de Cruz Franco publicado en la página 4 en la 'La Gaceta de Canarias' el 4 de octubre de 2007.
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