Foros ciudadanos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Yo no digo que COINTE, hoy por hoy, no pueda ser tan importante en muchos aspectos como lo que puedan representar la bandera de La Laguna, la de España, la de Canarias o la de Tenerife. Pero acaso, el golpe de Ambrosio Jiménez -que yo creo que es el dueño de todos esos Majuelos, Montaña Pacho y demás- de colocar la bandera de su constructora junto a las de La Laguna, la española, la canaria y chicharrera pareciera como algo excesivo. Máxime si las iza todas, a la misma altura, a la entrada de lo que es, o lo que debería ser, un colegio público.
Y a mí esto de que los constructores, ya lo dijimos, nos 'regalen' ahora colegios (aunque sea para meter a los chicos en una ratonera a fin de poder construir en el tremendo solar que ocupa el antiguo centro) me sigue produciendo una urticaria de lo más insoportable. Y no es nada contra el Ambrosio, ni nada de eso, pero yo preferiría que los empresarios pagasen sus impuestos como hacemos el resto de los mortales (sin esa RIC que ha disparado la especulación y la venta de coches y yates de lujo) y se mantuviese un cierto respetito con las cosas públicas importantes, como pudieran ser la Sanidad y la Educación.
Porque a los que nos hemos pateado buena parte de los colegios de Tenerife, por un motivo o por otro, y conocemos de las deficiencias de todo tipo nos produce unas revolturas impresionantes que nadie se venga a hacer publicidad con no sé qué del colegio mejor de Europa (o del mundo, que hay versiones) cuando la realidad del conjunto de las infraestructuras educativas en esta Isla es la que es. Muchos de nuestros hijos metidos en ese Sur en contenedores metálicos.
Y que Ambrosio levante su banderola junto a estos símbolos, que para unos representan una cosa y para otros otra, pareciera como pretender restregarnos por las narices algo que, aunque todos lo sabemos, representa -por parte del constructor- un alarde de insolencia acaso poco respetuoso con el contribuyente que le ha regalado el solar que ocupaba el colegio de Montaña Pacho, abandonado como casi todos, pero con unos espacios libres, canchas deportivas y arboledas de auténtico lujo.
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