La Orotava / Cuentos y noticias desde Canarias.- Se quejaba un repuesto Juan Doniz, de lo cual nos alegramos (lo cortés no quita lo valiente) en ATIV (perdón, ATV queríamos decir, un lapsus), de la tardanza del establecimiento de La Universidad Privada en La Orotava, y culpaba de ello a los socios del Liceo de Taoro por no haber aceptado la cesión de sus instalaciones a la citada universidad. Felicitamos por ello a sus socios y a su actual Junta Directiva por no haber caído en esa operación y haber dinamizado algo su sociedad.
Señalaba al tiempo, que esa era una apuesta decidida de su gobierno municipal en pro de la diversificación económica del municipio orotavense.
Hablaba de las trabas burocráticas y legislativas que sólo le permitían a su grupo político de Coalición Canaria sacarle provecho únicamente a un 5% de la superficie de La Orotava. Eso sin contar actuaciones fuera de ese porcentaje.
Y, claro, esto va en contra de su concepto de finca particular hormigonada con el que creemos que sus ojos ven a este municipio.
Al hablar de diversificación de la economía, lo hacen usándolo como sinónimo de construcción, y eso no es diversificar, sino más de lo mismo, de lo que han practicado al menos los últimos 20 años, y que no deja de ser una política suicida que ya nos está abocando a una crisis turística y de las empresas de la construcción (sobre todo a sus trabajadores) que han construido en pocos años lo que podían construir en más de 60, trayendo para ello mano de obra foránea a la vez que fariseamente critican la llegada de inmigrantes negritos en pateras.
La única política económica que entienden a nuestro modo de ver es la de aumentar los ingresos municipales vía licencias urbanísticas. Y nosotros nos preguntamos como van a proceder al mantenimiento de las calles y de los servicios del Ayuntamiento de la Villa cuando hayan copado ese 5% al que se refiere y ya no puedan logar nuevos ingresos por esas vías. Quizás no les importe, pues probablemente ya no será su responsabilidad.
También, se lamentaba del poco provecho que se le sacaba a la zona del rincón y manifestaba no entender como sus propietarios no habían acudido aún a la justicia. En su manera de ver las cosas beneficio equivale nuevamente a hormigón, y es incapaz de encontrarle otro significado más sostenible al término que vaya más allá del meramente especulativo.
No dejó de mostrar su desconsuelo por el poco partido que le sacaban a su finca tragaperras particular de Las Cañadas, tal y como "casualmente" (palabra que no se cansa de utilizar Isaac Valencia y por cuyo reiterativo uso hasta la saciedad parece desprenderse que todo lo que sucede en La Orotava es pura casualidad) se han unido en denominar al Parque Nacional su ínclito alcalde y los ecologistas. (finca por parte del alcalde, se entiende, y máquinas tragaperras como han denominado los ecologistas a su forma de verla).
En fin, que dudamos que una universidad privada en la que los niños de papá que tengan dificultades para adquirir su título por otras vías que no sea la de pagar un alto precio, se decidan a hacerlo viniendo a La Orotava, alojándose en ella y levantando el comercio, pues universidades de 1ª, 2ª, 3ª o 4ª fila las tienen más cercanas y probablemente con mayor prestigio.
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