Enseñanza / Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias-Intersindical Canaria (STEC-IC).- Manuel Marrero Morales (*). "No se puede admitir el hablar de conceptos sin antes hablar de cantidades”. Recientemente se ha reunido la Consejera de Educación con el Comité de Huelga del Profesorado. Y en esencia ha venido a decir que está por dignificar la enseñanza pública, que no quiere hablar de homologación sino de retribuciones del profesorado, y que hará una oferta relacionando el sistema retributivo a los avances en ir eliminando el fracaso escolar, a la par que nombra como responsable por parte de la Consejería al Viceconsejero D. Gonzalo Marrero, experto en técnicas de dinámicas de grupo y uno de los artífices del desaguisado que se cometió con las Universidades Canarias en la pasada legislatura. Al profesorado canario se nos plantea un grave problema: ¿en qué porcentajes debemos situar el nivel de aprobados y suspensos para percibir nuestros nuevos sueldos? ¿O tal vez se está lanzando, de forma perversa, el dedo acusador señalando al profesorado como responsable del fracaso escolar y que, por tanto, hay que incentivarlo para incrementar el número de aprobados?
No habían pasado 24 horas de esta entrevista cuando la Sra. Consejera se descuelga con las declaraciones de que el problema de la enseñanza en Canarias es que hay demasiado peso de la enseñanza pública... ¿En qué quedamos? ¿O es que ha decidido emitir en cada foro el mensaje que piensa que sus interlocutores quieren oírle?
Ante la oferta de diálogo de la Consejería ya se han comenzado a oír voces de que hay que “explorar” todas las posibilidades para llegar a un acuerdo, cual si se tratara de intrépidos seguidores de Sir Baden-Powell, en pantalón corto, con perdón para los escultistas.
El profesorado canario, que participó masivamente en las huelgas convocadas a finales del curso pasado tiene claro lo que está reivindicando: homologación económica, sin contrapartidas, con el resto del funcionariado de igual categoría y titulación. Y esta reivindicación se hace sobre la base de un desfase retributivo que se ha ido incrementando a partir del año 95 en que terminó el último pago de la anterior homologación. Doce años, en que el resto del funcionariado canario ha visto cómo se han ido incrementando sus salarios sin exigencia de contrapartida alguna a cambio, mientras el profesorado no ha recibido un céntimo por ese concepto.
La reivindicación está cuantificada: como mínimo, unos 120 millones de euros, que pudieran abonarse al profesorado a lo largo de la legislatura, a razón de 30 millones de euros cada año. Por tanto los presupuestos de 2008 debieran contemplar ya ese primer plazo.
Así pues, para comenzar a hablar, la única exigencia será qué cantidad va a colocar sobre la mesa el Gobierno para negociar. Si lo que pretende es una metodología de trabajo similar a la que llevó a cabo el anterior Viceconsejero, Sr. Guarch, para entretener, dilatar la respuesta y llegar a la semana de las elecciones dando la sensación de que negociaba, mientras lo que resultó fue una tremenda burla hacia las reivindicaciones del profesorado, eso es inaceptable.
Así pues, no se puede admitir el hablar de conceptos sin antes hablar de cantidades. No se puede hablar de “explorar soluciones”, porque en definitiva lo que se está enmascarando es ocultar la contradicción de que en Madrid se está negociando un sistema retributivo ligado a la meritocracia mientras en Canarias esas negociaciones resultan inaceptables y el profesorado, mayoritariamente, las rechaza; pues de lo que hablamos es de satisfacer una deuda que se tiene con el profesorado. Por tanto, nada de síndrome del boy scout. No hay nada que explorar. Sólo hay que exigir una respuesta clara al Gobierno sobre con qué cantidades y en qué conceptos piensa solucionar la crisis abierta con el asunto de la homologación, término al que no renunciamos a pesar de que no guste al Gobierno.
Y mientras tanto, seguiremos impulsando la convocatoria de Huelga para el 19 de octubre y el 9 de noviembre, porque este Gobierno sólo accede a negociar cuando no le queda otro remedio porque la situación se ha desbordado y nos hemos cansado de esperar respuestas a nuestras justas demandas.
(*) Miembro del STEC-IC y del Comité de Huelga
Comentarios