Escándalo en Icod / El Digital de Canarias.- Curiosamente no ocupa ningún cargo de responsabilidad ejecutiva en la Insular del PSC. Es el secretario de política municipal de la Insular del PSC-PSOE de Tenerife, pero en poder e influencia es uno de los hombres que más decide, planea y gestiona dentro del equipo de Fraga. Todo pasa por sus manos y se ha convertido en los ojos y los oídos de Fraga, que está literalmente abducido por esta persona, de carácter y talante más bien gris, pero que ha conseguido escalar los máximos puestos en la corte del alcalde adejero y convertirse en su hombre gris particular. Su desaforado apetito por el poder, su vocación empresarial y su estilo de hacer política no cuenta con el agrado de muchos sectores del partido, que lo consideran en parte responsable de la debacle electoral del 27 M.
Sin embargo Fraga no puede vivir sin él. Lo necesita y lo considera una pieza clave en su complicada y tortuosa manera de llevar la gestión del partido desde que accedió a la secretaría general. Ha sido uno de los que ha decidido las listas del partido al Cabildo, ha influido en las listas municipales y estuvo pendiente en la asamblea que derrotó a Tino Guzmán en Santa Cruz para ver si éste aguantaba el tipo, pero cuando la plancha de Corrales y su gente ganó, se le cambió el rostro, porque allí comenzaba la caída y el declive del sistema que tanto le había costado forjar en estos últimos años, esos que Juan Carlos Alemán señaló como decadentes, con alcaldías que se pierden, con innumerables criterios y en permanente crisis, pero en la que el por ahora secretario general regional, máximo responsable de todo esto, se muestra como si todo lo que ha pasado, nada tuviera que ver con él.
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José Luis Delgado, es además consejero insular del Cabildo de Tenerife, pero por encima de todo es empresario y dedica gran parte de su tiempo a sus negocios y la otra parte a llamar a Fraga y la que le sobra a conspirar y asegurarse un puesto en el partido, tanto si sigue su mentor o si se va, que ya habrá manera de pactar con la gente de Juans Fernando. Es tal su poder, que en la crisis de Icod ha sido, es y será, mientras su jefe así lo considere el que mueva todos los hilos en este asunto. Delgado ha sido el que no atendió las llamadas, las súplicas y los ruegos de Moncho para reunirse y atajar la crisis antes, durante y después de las elecciones. Sencillamente no se puso y pasó olímpicamente del secretario general, que luego se la devolvió en el comité insular cuando se pudo analizar lo que había pasado el 27 M. Y esa batalla la está perdiendo José Ramón León por ahora, cuya única esperanza es el congreso de octubre, cuando Juan Fernando acceda al poder de la secretaría regional e inicie el cambio en cascada...
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