Aureliano Francisco Santiago Castellano * / Artículos de opinión.- Nunca he escondido mi condición de nacionalista canario. Ni ahora que se puede ejercer libremente el derecho de opinión gracias al marco jurídico y político que nos hemos dado entre todos, ni antes, cuando identificarse como tal era perseguido, entre otros, incluso por gobernadores y voceros editorialistas que ahora se confiesan poco menos que patriotas de toda la vida. Nunca he escondido ni renunciado a mis ideales, aquellos que siguen aspirando, hoy como ayer, a que los canarios podamos tener el mayor poder de decisión posible para avanzar como sociedad y ganar un presente y mejor futuro para nuestras próximas generaciones. Son otros los que, tal vez, han abrazado en las últimas décadas definiciones, consignas y conceptos, que no ideas, propuestas y principios del nacionalismo canario y lo que significa. Son otros los que, apoyándose siempre de encuestas que así se lo afirmaban, han aprovechado el sentimiento de defensa de lo canario para subirse al carro de la defensa del autogobierno, disfrazando su entreguismo y conservadurismo de siempre con un folclorismo insustancial y mercantilismo tricolor. Son otros los que probablemente han laminado la noble trayectoria de quienes han sido honestos nacionalistas siempre y han desacreditado con su eterno y ciego insularismo, con su maniqueísmo mercantilista, la noble aspiración de este pueblo de caminar unido y ganar su futuro.
Viene todo esto a cuenta de algunos editoriales del periódico El Día que, probablemente en el ocaso de su existencia, ha terminado haciendo llamados a la soberanía de Canarias. Viene, a los cantos de sirena de dirigentes apoltronados de Coalición Canaria sobre la necesidad de concurrir juntos a unas próximas elecciones por aquello de que, si no, Canarias perderá fuerza. Viene, por la extraña prestancia que un político como Antonio Cubillo ha dado a ese contubernio de intereses que se esconden tras ATI y que para nada tienen la intención de reivindicar el respetable, pero trasnochado enfoque independentista del dirigente del CNC, sino sacar más tajada del Estado y ponerla, eso sí, a las faldas del Teide.
El periódico El Día ha sido, es y será el brazo ejecutor del más recalcitrante y profundo insularismo tinerfeño. Nunca ha sido nacionalista, ni lo será. Se ha caracterizado históricamente por abogar por el separatismo sí, pero entre canarios, enfrentando a hermanos contra hermanos, sembrando dudas y enconamientos. No ha abrazado nunca, ni antes, ni ahora, ni en breve, ni en el futuro, reivindicación alguna que no sea la hegemonía de un minoritario grupo de poder ultraconservador tinerfeño que odia toda idea que merme sus intereses, dentro pero sobre todo fuera de Tenerife. Va siendo hora, de que efectivamente los nacionalistas de verdad que, me consta, también existen en el seno de CC, suelten de una vez el lastre que significa ATI. Va siéndolo porque, por lo que se ve, la dirigencia de Tenerife sigue más pendiente de lanzar cortinas de humo, de jugar al isloteñismo más ramplón con el Estado y de rezar para que en Marzo gane Rajoy, que de poner cimientos serios para un proyecto de país. Con Nueva Canarias que no cuenten para seguir por la senda de confundir a los canarios, de dividirlos y sólo hablar de unidad cuando se hace necesario para colmar los intereses y negocios de cuatro. El día que renuncien a ser pasado, seguro que podremos hablar de futuro. Sólo ese día seguro que será posible otro editorial y otra Canarias. El nacionalismo que nosotros representamos, al menos, no estará nunca en las faltas de nadie.
* Presidente de la Ejecutiva Local de Nueva Canarias en Telde.
Tú tienes de nacionalista y honesto lo que tengo yo de Japonés, Finés o Paraguayo. Yo sé a que te dedicas, que no se te olvide. Por cierto, a ver si vamos al colegio a aprender a escribir. En referencia a: "El nacionalismo que nosotros representamos, al menos, no estará nunca en las ¿faltas? de nadie.".
Publicado por: Aday Quintero León | 13/10/2007 en 08:36 p.m.