Debate ideológico / Socialista icodense.- Reproducimos a continuación parte del debate que se produjo en el foro de Icod Libre entre agosto de 2003 y finales de 2004 entre varios participantes -iniciado y firmado por uno de sus miembros bajo el nick de Socialista icodense- sobre el significado y alcance del término socialismo, bajo el encabezado "Discutamos seriamente sobre socialismo". Aunque reproducimos sólo la aportación de Socialista icodense también se puede acceder a las opiniones y réplicas de otros participantes, para entender en toda su extensión el contexto que dio lugar a este debate virtual.
Discutamos seriamente sobre socialismo. Ante la situación que atraviesa el socialismo en Canarias y concretamente en Icod de los Vinos.
[...] una de las premisas básicas para seguir con este debate, es la distinción entre socialismo y los grupos o personas que dicen defender esta manera de entender la relación entre las personas, que en definitiva es lo que significa el término politica.
Profundizando más en la definición del término politica, es la relación entre las personas, pero además las distintas concepciones ideologicas que permiten interactuar entre las personas o grupos.
Llevo un tiempo leyendo las aportaciones a este foro, unas (las más) razonadas, otras (las menos) faltas de argumentos serios.
En estas relaciones sociales, existen en la actualidad diferentes concepciones ideológicas, que se decantan en dos grandes corrientes tradicionales, la izquierda y la derecha. Por izquierda se entiende una corriente ideológica que defiende los principios de igualdad y libertad. Por derecha, el conservadurismo basado en intereses particulares.
Pero dejando las etiquetas que han perdurando durante mucho tiempo, entremos en el meollo de la cuestión. El socialismo como ideología progresista, y los grupos que dicen serlo. El ejemplo lo tenemos en nuestro municipio, donde existe la reprersentación del socialismo en uno de los partidos que dice defender sus principios, y por otro las personas que integran a esta organización en Icod.
No confundamos los términos, una cosa es la ideología, la concepción socialista, y otra muy distinta las personas que dicen representarlo. Si nos fijamos con detenimiento en el PSOE icodense, obviamente esto queda harto demostrado.
Quiero decir con esta exposición, que una cosa es la ideología socialista y sus principios, y otra muy distinta los interes personales de los integrantes de este partido en Icod de los Vinos.
¿Por qué digo esto? Creo que no es necesario en estos momentos que ponga ejemplos de los desaguisados (por decirlo suavemente) cometidos por aquellos que dicen ser socialista, como mínimo en estos últimos 12 años. Ejemplos que expondré más adelante, argumentados.
No dejo de reconocer como socialista, que el PSOE en Icod ha jugado un papel muy importante desde la caída de la dictadura franquista hasta hace una decada.
No olvidemos (no deberíamos) que el poder corroe la ética, el poder pone en manos de quienes lo detentan, lo peor del ser humano, su lado oscuro como ya ha expuesto latigonegro, y coíncido plenamente con él. El poder es sinónimo de corrupción.
Agradecer a icodneutral su bienvenida a este foro, que conozco desde hace 3 meses, aunque solo leía y no participaba. Pero como dice latigonegro, también es corrupción permanecer indiferente.
Icodneutral me acusa de simplismo al hablar de los términos de izquierda y derecha en política. No era mi intención hacer un estudio histórico sobre este tema, pero con su llamada de atención a mi exposición anterior no me queda otra salida que entrar de lleno en el tema.
Los conceptos de izquierda y derecha -nacidos con la Revolución Francesa- como analizadores de la posición política, luego de dos siglos han caído en una franca confusión de sus referentes. Tanto la izquierda tradicional, que pretende moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos del electorado, como la derecha histórica que ha lavado sus textos en una suerte de populismo para lograr adeptos entre los trabajadores. La contemporaneidad puede observar de qué manera se están intercambiando los discursos y se hace muy difícil poder discernir quien está a la diestra de quien, a la par que la clásica siniestra se ha mimetizado con los discursos de la derecha.
La derecha y la izquierda, generalmente referidas a la orientación de la mano, son términos anatómicos de gran precisión, puesto que el punto de referencia, que es el cuerpo, permanece en una posición determinada. Cuando afirmamos de alguien que es diestro o zurdo no hay duda alguna acerca del significado. Cuando la acepción es trasladada a otros ámbitos significativos, la derecha y la izquierda pierden su valor absoluto, se convierten en nociones relativas al observador. Así se produce la clásica tergiversación del viandante que pregunta por una dirección, y su interlocutor frontal califica como derecha lo que para el demandante es todo lo contrario, porque es un lugar situado a su izquierda. La geografía desecha una terminología tan confusa y la sustituye por la más precisa de los puntos cardinales.
La distinción entre izquierdas y derechas se aplicó, por primera vez a la política, en la Francia revolucionaria. La Asamblea Constituyente, inició sus trabajos en 1792. Los diputados se hallaban divididos en dos grupos enfrentados: el de la Gironda, que se situó a la derecha del Presidente, y el de la Montaña, que se situó a la izquierda. En el centro tomó asiento una masa indiferenciada a la que se designó como el Llano -o la Marisma-. Los girondinos deseaban restaurar la legalidad y el orden monárquico, mientras que La Montaña propugnaba un estado revolucionario, el cual, después de anular a los girondinos, desembocaría en lo que se conoció -lamentablemente, aunque con justicia- como el Terror. Así se produjo una identificación de la izquierda con la radicalización revolucionaria que, al grito de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", desencadenaría una etapa de utopías y ferocidad que sólo lograría detener el golpe de Estado de Bonaparte.
Los implacables Robespierre, Danton y Marat fueron los caudillos y los definidores del primer partido político francés que se situó a la izquierda.
La historia política muestra que los programas de la derecha y de la izquierda evolucionan de manera rotunda y, a veces, errática. Quizás el caso más elocuente sea la actual adhesión a la economía de mercado por parte de los contemporáneos comunismos reciclados, antes prototipos del intervencionismo estatal absoluto hasta llegar a convertirse en un capitalismo de Estado en la ex Unión Soviética.
En suma, la distinción entre derechas e izquierdas políticas es más histórica que lógica y, consecuentemente, tiene un valor nominal, un contenido cambiante, una significación ocasional, y no es una terminología inmutable e invariable para exponer la historia de la teoría y de la praxis políticas, ni siquiera en la edad contemporánea.
Un ejemplo claro de esto último lo podemos ver en el Partido Popular con una política peligrosamente cercana en su propaganda a la socialdemocracia, o en el caso del Partido Socialista Obreo Español defendiendo una politíca neoliberal y desprendiendose de su bagaje de política cercana a las clases más desfavorecidas.
Espero amigo/a icodneutral que tu preocupación purista (que comprendo) sobre el significado político de los términos derecha e izquierda hayan quedado claros.
Desde la izquierda no podemos olvidar que con ser graves los errores cometidos por el PSOE en Icod de los Vinos en el campo social, laboral y económico de nuestro municipio, han sido sobre todo en el campo de los valores culturales de la izquierda donde los estragos han sido profundos. Corregir los errores en el campo de la economía municipal, la política social y laboral llevará su tiempo, costará, necesitará que todos los sectores de nuestro municipio se impliquen. Pero donde los daños pueden llegar a ser irreversibles es el campo de la cultura de izquierda.
De lo que podía haber sido una participación activa, enriquecedora, abriendo los socialistas icodenses el debate y la discusión sobre las luces y las sombras de estos últimos 20 años en el partido, hemos pasado a la defensa a ultranza de la gestión realizada sin reconocer los errores del pasado. El partido sigue sin hacer una autocrítica seria, tanto interna, como de cara a sus simpatizantes, y cómo no, a todas aquellas personas que han depositado su confianza votando al partido en las urnas. En las últimas elecciones municipales ha ganado de nuevo el PSOE icodense, pero observando a sus responsables políticos, es evidente que se sienten derrotados vistas sus expectativas.
No olvidemos que la democracia formal en la que vivimos (democracia burguesa) es un sistema de agresión al debil y de protección al fuerte. Una verdadera democracia, en justicia, debería invertir los términos. Esto lo ha olvidado el Partido Socialista en España, y por supuesto en Icod de los Vinos, que ha permitido durante todo este tiempo esta situación y no ha hecho nada por invertir los términos.
Amigo/a icodneutral para responder a las interrogantes que sabiamente planteas es necesario que empecemos a desarrollar una nueva actitud ante nuestra comunidad y sus problemas, esta actitud significa de entrada la disposición al diálogo abierto y respetuoso con otros, el reconocimiento de la diversidad social y de su complejo funcionamiento, y sobre todo, desarrollar la capacidad de búsqueda de información, de interpretación de la misma y finalmente, la formación propia de opiniones que integren las diferentes clases de información recopilada a través de nuestra vida.
En pocas palabras, es imperioso el desarrollo de una actitud y un pensamiento críticos. En la medida en que logremos ejercitar la práctica crítica del pensamiento en todas las áreas de nuestra vida cotidiana, podremos encontrar los mecanismos más apropiados de solución a los problemas personales, locales, regionales e incluso nacionales que aquejan a nuestra sociedad.
Solamente mediante la metodología del pensamiento crítico podremos tender puentes de entendimiento y diálogo efectivos que permitan resolver la difícil situación que sufre nuestro archipiélago y lograr también el equilibrio entre los avances del sistema económico y las necesidades sociales de nuestra comunidad.
Es grato, a pesar que no sea personalmente, el intercambio de ideas y opiniones como en este caso. No tienes que disculparte, estás en tu derecho de opinar e interpelar libremente. Es más, reitero que me es muy grato poder leerte de nuevo.
Sobre la neutralidad, creo humildemente pero convencido que no se puede ser neutral...
Gabriel Celaya
Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse... La poesía es un arma cargada de futuro, nuestra conciencia también.
Amigo icodneutral, ahondando un poco más, en el desarrollo histórico de la emancipación del hombre del oscurantismo, de la esclavitud... El nacimiento del Socialismo, de su ideario, o al menos sus primeros origenes, surgieron a partir de la Revolución Francesa.
Desde aquel tiempo, cuando la Revolución Francesa hizo llegar a las masas su Evangelio, no el místico sino el racional, no el celestial sino el terrenal, no el divino sino el Evangelio humano, el Evangelio de los Derechos del Hombre- desde entonces proclamó que todos los hombres son iguales, que todos los hombres tienen derecho a la libertad y la igualdad; las gentes de todos los países europeos, despertaron entonces, gradualmente, del sueño que los había mantenido en la esclavitud desde que la Cristiandad los drogó con su opio, y comenzaron a preguntarse si ellos también tenían el derecho a la igualdad, a la libertad, y a la humanidad.
Desde que esta pregunta se planteó, la gente, guiada por su admirable sentido común, así como por sus instintos, se dio cuenta de que la primera condición para su emancipación verdadera, o humanizacion, era, sobre todo, un cambio radical en su situación económica.
La primera pregunta, justamente, estaba relacionada con el pan de cada día, pues como ya fue expuesto por Aristóteles, el hombre, para pensar, para sentirse libre, para hacerse hombre, debe ser liberado de las necesidades materiales de la vida diaria. En realidad, es el burgués, quien está implicado en sus críticas contra el materialismo de la gente y son ellos los que propugnan la abstinencia del idealismo, lo saben muy bien, ya que ellos ellos mismos lo predican sólo de la palabra pero no con el ejemplo.
La segunda pregunta que surge entre las personas, la del ocio luego del trabajo, es también condición indispensable de humanidad. Pero pan y ocio nunca pueden obtenerse independientes de una transformación radical de la sociedad existente, y eso explica por qué la Revolución, obligada por las implicaciones de sus propios principios, dió a luz al Socialismo.
El socialismo (con mayúsculas) es la Justicia... Cuando hablamos de justicia, entendemos por esta no la justicia contenida en los Códigos y en la jurisprudencia -los cuales se han basado, en gran medida, sobre las verdades de la violencia alcanzada por la fuerza, violencia consagrada por el tiempo y las bendiciones de alguna iglesia u otro (cristiano o pagano), y por lo cual se ha aceptado como principio absoluto, que toda ley debe ser deducida por un proceso de razonamiento lógico- no, hablamos de aquella justicia que está basada únicamente sobre la conciencia humana, la justicia que ha de emanar del conocimiento de cada hombre -hasta en los niños- y que puede ser expresada en una sola palabra: equidad.
Esta justicia universal que, debido a las conquistas por la fuerza y a las influencias religiosas, a pesar que nunca ha prevalecido en los ámbitos políticos, jurídicos o económicos, debería ser la base de una nueva sociedad. Sin ella no puede haber ni libertad, ni democracia real, ni prosperidad, ni paz.
Es ella entonces quien debe gobernar nuestras resoluciones para que trabajemos con eficacia en el establecimiento de la paz. Y es esta justicia, la que nos impulsa a asumir la defensa de los intereses de la gente terriblemente maltratada y a exigir su emancipación económica y social con libertad política.
En nuestra época se ha desvirtuado el ideario socialista, en nuestro, municipio, archipiélago, país tenemos múltiples ejemplos, como también en el resto del planeta.
Un cordial saludo amigo icodneutral, es refrescante el intercambio de opiniones contigo.
Desde la rebeldía contra todo tipo de injusticias.
El fin de la Utopía
Nuestra sociedad, la canaria, así como el resto de sociedades, está en crisis. Inmersa dentro de este aparente caos anda por ahí una ola de pesimismo del cual es difícil escapar y deriva un conformismo patético.
Una sociedad que forma personas carentes de espíritu crítico así como de motivación o voluntad política. Gente que se comporta como si su vida fuese ajena a todo y que a veces, hasta llegan a autodefinirse como individuos "apolíticos". Y mientras ellos son apolíticos, hay quién se beneficia de su poco interés sin escrúpulos, mientras a la vez sutilmente fomentan esa no-política para aumentar su libertad de acción. La represión de consume y calla.
Y quienes se arropan de progresismo, como los actuales partidos socialistas, o mejor dicho socialdemócratas, han abandonado la lucha de la defensa de la justicia social, la igualdad, la libertad...
Vivimos una época de desorientación por parte de los partidos de izquierda, o que se hacen llamar así, los que se encuentran dentro de un sistema económico contrario a sus ideas sin oponerse a él, más bien integrándose o algunos quedándose ajenos por la caducidad de sus ideas.
En el mejor de los casos se limitan a moderar tímidamente las políticas neoliberales. Por otra parte está la derecha, que absorbe y utiliza en sus discursos conceptos como la libertad dejando así todavía más en desconcierto a los de la otra tendencia. Y eso ha contribuido a fortalecer ese espíritu de indiferencia en la gente, que no ve una buena alternativa consolidada y fuerte, que ya no confía en los sueños.
Y gran parte de la sociedad se ha hundido en la informe masa del pesimismo, siguiendo un único modelo de vida, pensando que todo es lo mejor que puede ser, que no hay alternativa. Es eso lo que no cesan de repetirnos los misioneros del capitalismo, y es eso precisamente lo que no debemos creer.
Y así, dentro de este contexto, la Utopía ha sufrido una parcial desaparición. La gente ha dejado de creer en la ilusión, los sueños se han desvanecido y lo peor de todo, no se confía en una posible alternativa. Eso dificulta la creación de otro sistema. La utopía como algo inalcanzable, pero que nos abre un camino que seguir para ir construyendo sueños, que luego se convierten en realidad y dan lugar a otros sueños nuevos, para no dejar nunca de imaginar algo mejor, no dejar nunca de ser críticos ni perder la motivación.
Y es esa ola de pesimismo la que está aniquilando toda utopía, todas las ganas de luchar entre los grandes sectores de la población. Y es que si no hay utopía, no hay camino que seguir.
Podría ser este el fin de la historia de la que hemos oído hablar; el fin de la utopía, el fin del trayecto, un estancamiento social, intelectual e ideológico. Una sociedad que piensa que ya no hay dirección ninguna. Como leí en alguna parte, es el triunfo final del sistema, matar la utopía.
Debemos hacer renacer esa Utopía, nosotros que todavía creemos en ella.
¿Y por qué no? Icod es un buen lugar para que hagamos renacer la Utopía.
¿Izquierda o derecha?
Harto de las definiciones amañadas por unos y otros, desde mi posición de izquierda, la doble pregunta que he planteado anteriormente en este mismo lugar, que intentaré responder a continuación y que va a guiar mi razonamiento es: ¿por qué es deseable la igualdad social? ¿es realizable históricamente? ¿luchar por ella, sólo es una utopía? Buscar estas respuestas es lo mismo que intentar construir una teoria de la justicia de tipo socialista. El punto de partida ineludible de toda teoría de la justicia es la libertad: la consideración de la persona, como un ser dotado de libertad, el reconocimiento de la libertad como la esencia de la naturaleza humana. Es la premisa fundamental de toda teoría de la justicia. ¿Qué es la libertad, desde el punto de vista social y político?
La diferencia entre la izquierda y la derecha estriba, precisamente, en la relación que una y otra establecen entre libertad e igualdad.
La derecha considera que libertad e igualdad son incompatibles: a más de la una, menos de la otra. En cambio, la izquierda considera que libertad e igualdad son reconciliables: que la igualdad debe basarse en la libertad y la libertad puede y debe culminar en la igualdad. En el extremo, la derecha considera que un grado considerable de igualdad sólo puede conseguirse a costa del sacrificio de la libertad. Por eso la derecha tiende a identificar la idea de igualdad con la de dictadura. La igualdad, viene a decir la derecha, sería fantástica si fuera compatible con la libertad, pero como no es así, hay que renunciar a ella. La igualdad sólo puede imponerse mediante el sacrificio de la libertad y, en este caso, siempre será más justa la alternativa de una libertad sin igualdad que la de una igualdad sin libertad. No hay más para elegir, dice la derecha.
Debemos tener en cuenta que en este planteamiento de la derecha hay una escisión entre el mundo de lo posible y el mundo de lo deseable. Lo ideal, viene a reconocer, sería una libertad igualitaria, mejor todavía que una libertad anti-igualitaria. Pero esto es absolutamente imposible. Por eso, a la hora de comparar las dos alternativas posibles, la derecha elige la que ella cree mejor, y se bate contra la izquierda en clave ética, apelando a la justicia. Sin embargo, esta elección "ética" de la derecha paga cierto tributo al cinismo, en virtud de su pretendido realismo. Si comparáramos la justicia de la mejor alternativa real (libertad sin igualdad) con la justicia de la mejor alternativa ideal (igualdad con libertad), la derecha tendría que reconocer que la primera es menor que la segunda.
La derecha se queda con la mejor alternativa "posible", pero no la mejor imaginable. Siempre le queda fuera de su elección el ideal máximamente deseable desde el punto de vista moral. En su propio planteamiento de las relaciones entre igualdad y libertad siempre hay un ideal que queda totalmente excluido de la realidad. Y una escisión de este tipo entre lo ideal y lo real es la base de todo cinismo moral.
La izquierda parte de un planteamiento completamente distinto. Para ella, libertad e igualdad no son irreconciliables. Más aún: sin la una, la otra se degrada. Por un lado, la izquierda reconoce -o debería hacerlo- que una igualdad sin libertad es una caricatura insostenible de sí misma, que tarde o temprano acabará por derrumbarse. Por otro lado, sabe que una libertad sin igualdad acaba haciéndose totalitaria; cuando la libertad es incapaz de conducir progresivamente a la igualdad, se bloquea. Y entonces la propia libertad acaba por entregarse al principio social del orden jerárquico, que caracteriza a los fascismos, y que, como principio, es su propia negación, la abolición misma de la libertad. El liberalismo se entrega al totalitarismo de derechas. Por esto, la izquierda tiene tendencia a asociar las dictaduras políticas con la derecha, justo lo contrario de lo que hacía su adversaria.
El orden jerárquico, diría la izquierda, es la categoría propia de una derecha que quiere impedir que la libertad desemboque en su meta natural, que es la igualdad. Para ello, la derecha no tiene ningún reparo en anular la misma libertad, en nombre de la cual ella había declarado la supuesta ilegitimidad de la igualdad. La igualdad sin libertad no es legítima. De acuerdo. Pero, la pregunta que provocadoramente tendría que hacerle la izquierda a la derecha es ésta: entre una dictadura que sacrifica la libertad en nombre de la igualdad (el totalitarismo estalinista) y una dictadura que sacrifica la libertad en nombre de un orden anti igualitario (el totalitarismo nazi), ¿con cuál de los das te quedas?
Amigo Quixote, ante tu aportación a mis reflexiones sobre las relaciones sociales, vistas desde el punto de vista politico, me extraña y escalofría sobremanera tu panegirico sobre sobre ellas. Evidentemente no has leído con detenimiento y ecuanimidad, todo lo que anteriormente he expuesto.
Hoy, es legítimo alertar contra algunas falacias del presente y opiniones como la que expresas en tu escrito (ojalá esté equivocado sobre esto último) descalificando la lucha consciente, consecuente y comprometida, la lucha por la Utopía social, aminorando así el riesgo de sufrir frustraciones y desdichas análogas a las que nos depararon las propuestas de algunos de los "pensadores" del pasado.
En efecto, aunque los promotores de la fe neoliberal (sean de derechas o izquierdas, denominalos como quieras) sean contrarios por tradición doctrinal al pensamiento utópico, esto no es óbice para que como entes individuales o colectivos defendamos y luchemos por la utopía.
Te recuerdo, porque intuyo eres una persona culta, que la idea del ciudadano de la polis griega, el Zoon politikón, es la de un sujeto activo, comprometido, que encuentra en la participación de la vida de la comunidad una forma de realización del bien, una virtud y, por lo tanto, ha de realizarse. La participación ciudadana, en este caso, no es un derecho del individuo, sino una responsabilidad asumida como consustancial a la condición de hombre libre. Es ineludible, toda vez que la no-participación aparece como falta de virtud.
A partir de aquí debemos asumir la lucha por la Utopia, no como un derecho de todos los ciudadanos, debemos asumirla como un deber, de todos y cada uno de nosotros.
Tampoco debemos olvidar, seamos realistas, que la idea del ciudadano moderno es la del sujeto de derechos, un sujeto que tiene el derecho de participar en la vida colectiva, pero que no se ve forzado a la participación; y que aún cuando la considere valiosa, puede abstenerse de ella. Es decir, no cree que la participación activa sea un deber de inexcusable carácter.
Hecha esta aclaración (si hubieras leído mis aportaciones anteriores, no haría falta), me declaro un ferviente defensor de la Utopía.
Como puedes ver hemos acabado filosofando. Es decir razonando. ¿Si no para qué es útil la filosofía?
Estimado amigo Quixote, nuestras escaramuzas dialécticas, nuestros intercambios de opiniones, desde el respeto al interlocutor, han transcendido más allá de nuestro entorno local. Respondiendo a tu anterior mensaje, me hago varias preguntas y algunas reflexiones, sobre justicia, ética, igualdad, equidad y democracía..
¿Qué significa ser ciudadano en un mundo dominado por el poder y la insolaridad? ¿Hasta qué punto es realizable el ideal clásico, aristotélico y republicano, del zoon politikon en la época del neoliberalimo, de la indiferencia social? ¿Siguen sirviendo los viejos valores de la justicia y de la democracia, heredados de la cultura griega, del Renacimiento y de la Ilustración, en un mundo globalizado y mediático?
¿Qué quiere decir ser ciudadano en una plétora miserable en la que casi dos tercios de la población mundial vive en la pobreza, millones de personas siguen siendo tratados literalmente como esclavos y en muchísimos países de Asia, África, Latinoamérica y Europa el sufragio universal está restringido por hechos como la discriminación sociocultural de las mujeres y porque muchas veces se vota, cuando se vota, bajo las imposiciones de los ejércitos, o la intervención directa de éstos, y con la tolerancia de las grandes potencias económicas que se autodefinen como “democracias liberales”?
Es cierto, hablando con propiedad, que es como hay que intentar hablar, “democracia” en el sentido pleno de lo que dice literalmente esta palabra (“gobierno del pueblo”), no ha habido hasta ahora nunca en el mundo. La democracia, así entendida, sigue siendo un ideal. Es decir hoy es una utopía. Aún así me niego a no luchar por este ideal utopico.
Respecto al concepto de justicia, como sabes, hay varias acepciones del término. De las varias acepciones la que más motiva, es sobre todo la jurídico-política: o sea, la que ha dado origen a la controversia acerca del tipo de organización de que dispone (o puede disponer) el Estado para reprimir y castigar los delitos y dirimir las diferencias entre los ciudadanos de acuerdo con la ley y el derecho, ejemplos deprimentes tenemos muchos y variados, tanto en Canarias, como en el resto del Estado. No puedo, ni quiero prescindir del análisis, de otras acepciones de justicia vigentes en el lenguaje corriente. En particular es difícil prescindir de la acepción ética de la justicia. Pues, antes o después, toda discusión acerca del funcionamiento concreto del sistema politico, del mismo Estado, en un país determinado suele entrar (o por lo menos bordear) en el tema de las normas y de los supuestos morales.
En la democracia “realmente existente” son muchas las personas que tienen la impresión real, pragmatica, de que “no hay justicia”, de que se aplica la justicia con diferentes raseros e incluso que hay personas que, por su posición económica, social o política se sitúan y son situadas “más allá de la justicia”. La controversia pública sobre la corrupción vinculada al dominio político (el uso y aprovechamamiento privado de lo público) tiene mucho que ver con eso. Pues no pocas veces se da por supuesto (o se actúa como si se diera por supuesto) que los amigos (“los nuestros”, en el sentido moral y político) quedan o deben quedar, efectivamente, más allá de la justicia.
Esto es significativo en el caso concreto de Icod. Detengamonos en un interesante supuesto, que aparece ya en la ética aristotélica; un supuesto en el cual no hace falta justicia: cuando los hombres son amigos. Esto quiere decir que la philía o la fraternidad está en cierto modo, como virtud moral propia de la persona humana, por encima de la justicia, más allá de la justicia. Se podría añadir, para precisar esta idea, que la comunidad de los amigos fraternos tiene su base en la benevolencia, en la caridad, en la piedad, en la compasión, mientras que, en cambio, la justicia, en particular la justicia conmutativa, es elemento fundamental o sustancial para la organización de una sociedad en la que se ha rebasado ya el marco psicosocial de la fraternidad, de la amistad entre iguales.
Los socialistas en Icod, sorpresa, siguen a pie juntillas este supuesto aristotélico, al actuar en sus responsabilidades políticas guiados por el amiguísmo, olvidando la ética como partido político, así como la ética personal.
Con todo lo expuesto anteriormente, denuncio publicamente desde aquí, al “socialista” que medra, delinque, engaña... (en Icod tenemos ejemplos de esto) Del socialista que no cree en la utopía.
Amigo Quixote, no creo haber expresado en mi última aportación, nada que contradiga mis anteriores opiniones.
Es grato ver como suscribes esta última. En todas mis intervenciones, he dejado claro lo que defiendo y como lo hago.
- Creo consecuentemente en la utopía social.
- Creo en mi corresponsabilidad en la lucha social, por conseguir mayores cotas de libertad, justicia, equidad y democracia.
- Reniego rotundamente de la falsa visión dada por los poderes fácticos de que ellos son nuestros salvadores.
- Creo equivocada, la posición de neutralidad de aquí no pasa nada, de cada vez más personas.
- Condeno las políticas empresariales de la búsqueda de beneficios a corto plazo que generan políticas económicas que entre otras cosas desdeñan las planificaciones a largo plazo, principalmente la mano de obra, creando en los asalariados una sensación permanente de inseguridad e incertidumbre.
- Condeno a la clase política, que aprovecha su posición de poder para medrar. Condeno el amiguismo político, el enchufismo, la prevaricación, el coecho, el enriquecimiento personal de estos a costa de las arcas públicas.
- Dejar claro que la historia nos enseña que no hay política social sin un movimiento social para imponerla.
- Creo en un estado aconfesional.
- Condeno la falacia de que la libertad, como principio supremo de la humanidad, genera desigualdades que son inevitables. De que cualquier intento de hacernos “iguales” nos hace menos “libres”.
- Creo que la libertad es un eufemismo y una entelequia si no está relacionada con las condiciones reales de existencia. Sin el reconocimiento efectivo de los Derechos Sociales no es posible hablar realmente de libertad.
- Creo que la libertad, como principio genérico, se utiliza descaradamente para legitimar normas, conductas y procedimientos que crean mayores desigualdades sociales.
Así es como pienso, amigo Quixote. Un saludo.
Estimado Quixote, me es muy grato e instructivo, intercambiar opiniones contigo, y como no podría ser de otra forma, me encantaría seguir conversando virtualmente contigo, sin más preámbulos, sigo con mis críticas, que creo sinceramente razonadas y argumentadas, sobre los socialistas de nueva hornada:
Los socialistas no han hecho otra cosa en Icod desde que llegaron al poder. Que seguir la corriente, es decir aplicar la política ultraliberal de moda. No son políticos, sino politicastros en el sentido de políticos insignificantes. Gentes que sólo buscan votos no importa por qué medio. No tienen ningún programa, real, o si lo tienen se desentienden de él. Su objetivo es mantenerse en el poder o si lo pierden regresar al poder y para eso son capaces de todo.
Como ya he expuesto en este mismo foro vivimos en un Estado “pseudodemocrático” porque siempre he pensado que la democracia llamada representativa no es una verdadera democracia. Jean-Jacques Rousseau lo decía ya: los ingleses creen que son libres porque eligen representantes cada cinco años, pero son libres sólo un día durante los cinco años, el día de la elección, eso es todo. No es que la elección esté amañada, ni que se haga trampa en las urnas. Está amañada porque las opciones están definidas de antemano. Nadie ha preguntado al pueblo sobre lo que quiere votar.
La libertad es muy difícil. Porque es muy fácil dejarse llevar. El hombre es un animal perezoso. Hay una frase maravillosa de Tucídides: “Hay que escoger: o descansar o ser libre”. Y Pericles dice a los atenienses: “Si queréis ser libres, hay que trabajar”. No se puede reposar. No podemos permanecer sentados, dando patente de corso para que los políticos de turno decidan por ti, usurpen tu derecho a influir en los cambios sociales. La libertad es la actividad. Y la libertad es una actividad que al mismo tiempo se autolimita, es decir, sabe que puede hacer todo, pero que no debe hacer todo. Es el gran problema de la democracia y del individualismo, debemos ser críticos y combativos socialmente.
Se empieza a comprender, por supuesto en Icod también, y esto me congratula, que a pesar de todo la “crisis de ideas” no es una fatalidad de la modernidad a la que hubiera que someterse, “adaptarse” so pena de arcaísmo. Se siente y se presiente un renacer de la actividad cívica, contestataria. Mientras se plantea el problema del papel de los ciudadanos y de la competencia de cada uno para ejercer los derechos y los deberes democráticos con el fin -dulce y hermosa utopía- de salir del conformismo generalizado.
Respecto al tema económico no creamos lo que los liberales de siempre, o los de nueva hornada como el PSOE nos dicen: “Es necesario tener confianza en el mercado”. Sin embargo, los propios economistas académicos refutaron ya en los años treinta, esto que hoy nos “venden” como la panacea . Aquellos economistas no eran revolucionarios, ¡ni marxistas! Mostraron que todo lo que cuentan los liberales sobre las virtudes del mercado, que garantizaría la mejor asignación posible de los recursos, la distribución más equitativa de las rentas, no son más que tonterías.
Amigo Quixote, tienes razón, qué duda cabe que estamos viviendo en una época de pragmatismo. En nuestros días prima la figura de lo práctico, del materialismo a ultranza, pero me pregunto ¿Dónde están los poetas? ¿Dónde los pensadores?
Sólo los soñadores, ilusos como yo, fueron, son capaces de cambiar el rumbo de la historia. El soñador no se adapta a "la realidad", a lo que existe, a lo políticamente correcto. Los soñadores somos rebeldes frente a la realidad porque siempre deseamos más, pero un más que se entiende en términos de igualdad, justicia, democracia. No nos dejamos impresionar por la cantidad.
Los grandes sueños son el verdadero motor de la historia porque traen la pasión del esfuerzo, el entusiasmo del desafío, el coraje de no hundirse frente a las dificultades. Los sueños nacen de la necesidad de la justicia social, porque no se contentan con lo actual.
Pero hoy las utopías están en extinción, tienes razón, y se proclama la era del desencanto. Y este desencanto ha dado lugar a una sociedad depresiva y aburrida, mediocre, porque cada día es igual al otro que nos convierten en autómatas del sistema. Pero aún así la utopía renacerá cual ave Fenix de las cenizas de la indiferencia.
Soñar no es negar las deficiencias del presente, sino asumirlas como un desafío para superarlas. Se requiere creatividad mancomunada. Se necesita ganas para trabajar juntos. ¿Cuánto tiempo se pierde -y cuántas personas se desgastan- en pequeñeces, cuando lo importante no es quién tiene la razón o mantener discusiones bizantinas, y perdernos, sino mejorar las condiciones de vida, dando oportunidad para todos? ¿Qué importa quién lo dijo? Lo realmente necesario es qué y cuándo lo haremos.
Como Diógenes a Alejandro, sólo pido a la vida, al presente y al futuro, que no nos quiten el sol, el futuro. Me preocupo en entender cómo es que otra gente "roba" la vida de milones de personas, se "alimentan" de sus más elementales derechos. La conclusión es que existen seres igual que los vampiros, que deben matar para vivir. Matar la ilusión, el trabajo, la vida de millones de seres que sobreviven en este enorme océano de desigualdad e injusticia.
Un saludo amistoso para el amigo Quixote y cómo no para Eftini, por supuesto he leído tu portación al tema que venimos debatiendo Quixote y el que suscribe.
Respecto a tu alusión a Ernst Jünger, no queda mucho más que decir, a parte de recomendar encarecidamente el estudio de su prolija obra (en su acepción de cuidada y esmerada) y recomendar la lectura de "Las puertas de la percepción", sumamente instructiva, así como su obra maestra "Acercamientos. Drogas y ebriedad", dicho esto, intentaré responder a la exposición del amigo Eftini.
Debo hacer una aclaración, antes de entrar de lleno en el desarrollo de planteamiento.
Comentas, y no lo niego, que las amigables opiniones, no siempre coincidentes, entre Quixote y yo, aunque en el fondo tenemos muchos puntos en común, han tomado un cariz, digamos "intelectual".
Como podrás comprender no intento adoctrinar, ni convencer a nadie, y supongo que Quixote tampoco, solo son intercambios de opiniones entre dos personas que utilizan el maravilloso instrumento del lenguaje escrito para expresarse, cada uno según su bagaje cultural, y el devenir de su existencia.
Entrando de lleno en tu exposición, decir que la praxis y la teoría, son dos conceptos interdependientes, e inexorablemente unidos. En política, debe ser, tiene que ser así. En la situación actual, cuando digo inexorablemente unidos, no doy por entendido, equitativamente, solo que van íntimamente unidos entre si. ¿Qué sucede en la actualidad? Que se infravalora lo ideológico, y se sube a un altar a la praxis como oposición frontal a la teoría de las ideas.
Soy de los que piensa que las ideas, son el gran motor social, que permite mayores índices de igualdad, justicia y democracia. Y la praxis debe ser la encargada de encarnar estas ideas en la sociedad.
Comentas: "He ido leyendo vuestra charla sobre socialismo, no siempre con el detenimiento que el asunto requiere: creo que habéis alcanzado cotas estratosféricas, pero para nada",es una afirmación categórica la tuya, con la que no puedo estar de acuerdo. Quixote, está aportando su opinión, al igual que yo, sobre un tema espinoso, el estado y la sociedad. Aunque el motivo de este debate sea: "Discutamos seriamente sobre socialismo", en realidad opinamos sobre la relación estado y sociedad (Quixote me rectificas si me equivoco). El socialismo, como cualquier otra ideología política solo es un instrumento, que permite articular esta relación. Cada opción política la articula según los intereses que dice defender, nacionalismo, capitalismo, liberalismo, socialismo...
¿Cómo se plantean estas ideologías, la toma del poder?. Que es al fin y al cabo la expresión política práctica, de la relación estado - sociedad.
Se plantean la toma del poder a toda costa, potenciando un sistema bipartidista en nuestro país que les proporcione grandes mayorías, a ser posible absolutas, a pesar que no debemos olvidar que la democracia española ya ha mostrado en el pasado y en el presente que las mayorías absolutas pueden propiciar y de facto lo hacen, en el actual marco político e institucional, el abuso de poder y la corrupción.
Respecto a lo que dices: "Me gustaría que el tono de la charla bajara a los adoquines de la Calle Derecha", los ciudadanos de Icod, parece mentira que no lo sepas, tienen miedo a expresarse libremente, por miedo a las represalias, del partido de turno que tenga el poder en Icod. Personalmente no tendría ningún problema en seguir este debate personalmente.
Un afectuoso saludo para ambos, Quixote, Eftini. Espero veros de nuevo por aquí. ¿Qué sería de mí, si no fuera así?. Saludos para MC_lautentica, recién incorporada a esta sección del foro.
SOCIALISTAICODENSE, transcribo aquí una nota de prensa que leí hoy en el periódico. A ver que te parece.
- El escritor peruano Mario Vargas Llosa se manifestó ayer contra las utopías políticas, al señalar que "todas las del siglo XX, del signo que sean, han llevado al precipicio". Vargas Llosa, premio Cervantes, dijo que los intentos de sociedades utópicas han generado grandes hecatombes, "como demuestra el nazismo y el comunismo". El literato latinoamericano explicó que su rechazó se dirige contra las utopías colectivas, ya que "en el campo individual la búsqueda de la utopía ha generado vidas ejemplares, como las que han desarrollado artistas, santos o exploradores".
Estimado Quixote, antes de contestar a tu breve reseña sobre lo que piensa Mario Vargas LLosa, hacer un inciso sobre algo muy importante, y por lo que he debatido contigo, intuyo que lo dominas, el lenguaje.
Hemos caído en una "trampa" monstruosa, desvirtuar las ideas mediante un lenguaje manido y arcaico.
Me explico: Este nuevo lenguaje, que potencia la expresión limitada, así como su universalidad folclórica, concatena ideas preconcebidas, que de tanto oír y leerlas, se han convertido en dogmas de fe.
Cuando me refiero a Socialismo, utilizo este término de forma coloquial (no como etiqueta), cosa que creo no has entendido, haciendo un guiño, esperando que personas mínimamente inteligentes, obvien los ismos y su significado históricamente nefasto.
Efectivamente, el totalitarismo, sea este cual sea, asesina las ideas, y a las personas. Cuando cito el término socialismo, me estoy refiriendo y lo sabes, a una corriente ideológica, a una forma de plantearse la vida, y cómo no, la muerte. Es triste ver como en estos temas los arboles no dejan ver el bosque, a algunas personas.
Qué no te gusta la palabra socialismo, llamémosla de otra manera, ¿qué tal si la denominamos comunidad, o tal vez responsabilidad, qué más da?, si así te encuentras más tranquilo. Para mí significa una sociedad que esté regida, por la igualdad, donde se respeten las diferencias, donde exista la justicia, donde impere la solidaridad, donde exista la imaginación...
Como ya comenté, en una aportación anterior: Soñar no es negar las deficiencias del presente, sino asumirlas como un desafío para superarlas. Se requiere creatividad mancomunada. Se necesita ganas para trabajar juntos. ¿Cuánto tiempo se pierde -y cuántas personas se desgastan - en pequeñeces, cuando lo importante no es quién tiene la razón o mantener discusiones bizantinas, y perdernos, sino mejorar las condiciones de vida, dando oportunidad para todos? ¿Qué importa quién lo dijo? Lo realmente necesario es qué y cuándo lo haremos.
Una aclaración, aunque no es el caso de Mario Vargas Llosa, los premios muchas veces solo pagan favores prestados o intereses comerciales (editoriales). No es oro todo lo que reluce. Muchas veces, la mayoria solo oropeles. Y lo sabes.
Como siempre, un cordial y respetuoso saludo.
Estimado Quixote, respecto a tu concepto anquilosado de socialismo, sin pararte a analizar su transformación en el devenir diacrónico de la historia, decirte que hablamos de dos socialismos distintos. El tuyo hermético, el que defiendo, adaptado a las distintas transformaciones de nuestras sociedades.
La lucha de clases ha perdido su esquematismo del siglo pasado. El patrono ha dejado paso al accionista y a los grandes monopolios; o al funcionario del Estado totalitario. El proletariado se divide en aristocracia obrera y en subproletariado de obreros parados y de obreros no cualificados.
Las viejas clases medias disgregadas han dado lugar a una capa social cuya importancia en la producción aumenta diariamente: la de los administradores y de los técnicos. Las profesiones liberales del pasado siglo pierden gran parte de su importancia mientras que una nueva “inteligencia” se desarrolla; ha pasado el tiempo de los abogados y de los periodistas, pero el economista, el psicólogo, el pedagogo, adquieren una nueva importancia.
Burocracias gobernantes han irrumpido en la sociedad rompiendo los moldes de las viejas clases y reclutándose entre todas ellas. Las clases sociales han cambiado de composición, de función, de estructura; y la relación de fuerzas entre ellas ha sido profundamente modificada.
La alternativa de ayer: capitalismo o comunismo, están superada. Soluciones imaginativas, no previstas por nadie, se han impuesto.
La concepción tradicional según la cual la burguesía y el proletariado eran las únicas clases de una importancia decisiva, debiendo las clases medias seguir a la una o a la otra, ha sido desmentida por la historia. Las clases medias han tenido en la formación de los regímenes totalitarios un papel de primera importancia; y han ejercido sobre los frentes populares por lo menos igual sino superior a la de la clase obrera.
La ideología socialista de ayer y de anteayer concebía al colectivismo como algo incompatible con la explotación del trabajo. Y como se ha podido constatar con amargura que la propiedad colectiva de los medios de producción puede ser la base de nuevos regímenes de explotación por no decir de una nueva esclavitud.
Colectivismo y socialismo han dejado de ser dos palabras sinónimas.
Actualmente la definición del socialismo tiende a poner el acento más que sobre la organización económica, sobre la organización política y jurídica, es decir sobre los derechos de los hombres (problema de la libertad).
El peligro es grande para el movimiento socialista que representa la conciencia más clara de las necesidades históricas y de las necesidades del hombre moderno. El peligro está en permanecer esclavo de las viejas palabras en una época en que la realidad impone brutalmente, por el pensamiento y la acción eficaz, el reconocimiento de hechos nuevos y la necesidad de un impulso creador, pero ante todo la honradez, el compromiso, la igualdad...
Debemos tomar partido ante las actuales aves de rapiña (entre ellas la clase política), que se nutre con la vida de milones de seres humanos. A estas solo les interesa el poder y el dinero.
Esta nueva plutocracia, que negocia con el hambre y la miseria, con el cañón y el fusil, con la esclavitud y el totalitarismo... Es la que se arroga el poder de decidir sobre la vida y la muerte de millones de personas, y lo que es peor de su dignidad.
Una aclaración, por supuesto que socialismo no es, por ejemplo, el PSOE en Icod, o en el resto del Estado. A esto me refería cuando aludía a los plutocratas.
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