Antonio Agudo Rodríguez * / Artículos de opinión.- El 2 de mayo de 1991, hace más de quince años, se publicó la ley de homologación, producto de una hermosa lucha del profesorado y de gran parte de la sociedad canaria.
Quisiéramos partir de algunos aspectos de la ley meritada; así en el preámbulo de la Ley 4/1991 de 29 de Abril dice: “Uno de los objetivos principales del programa de Gobierno ha sido mejorar el servicio público de la Educación en el Archipiélago, dentro de los principios de eficacia, economía y máxima proximidad al ciudadano que impone el Estatuto”.
De otra parte en su artículo primero establecía “Que tenía por objeto homologar, en un plazo de cinco años, las retribuciones de los funcionarios docentes que prestan servicios en la comunidad Autónoma, con los que actualmente correspondan a los puestos base de la Administración.
Después del tiempo transcurrido, el profesorado se encuentra con una enorme perdida de su poder adquisitivo situándose hoy igual al que tenía en el año 1995, con unos salarios estancados sin actualizarse cada año, conforme al espíritu de la Ley mencionada. Como contraste sí se ha actualizado el salario de otros sectores del funcionariado, lo cual nos parece justo.
Una sociedad que no cuida a uno de los sectores claves implicado en la educación de nuestros niños y jóvenes, no solo enseñándoles los distintos contenidos, sino educándolos como personas, es una sociedad condenada al fracaso social.
¿Cuál es la razón que impulsa a los gestores de la administración para tener una actitud insensible ante un derecho fundamental, como es tener salario digno?
El profesorado esta totalmente entregado a la tarea educativa, esforzándose por encima de sus posibilidades para sacar adelante a sus alumnos y lograr los mejores resultados. Está atendiendo aulas masificadas, intenta solucionar los conflictos provenientes de ambientes sociales negativos producto de la explotación capitalista, marginación, abandono, alienación.
El profesorado atiende la diversidad cultural, étnica, lingüística, etc. En algunas zonas atendiendo a alumnos y alumnas de más de veinte nacionalidades.
La desmotivación de parte del alumnado en relación con los estudios, la falta de hábitos, disciplina, concentración constituye otro factor adverso para la tarea educativa. De otra parte vinculado a lo dicho los problemas conductuales, generan un ambiente realmente complicado de solucionar. A pesar de este conjunto de inconvenientes el profesorado ya está aportando y ofreciendo una gran contrapartida: redoblando sus esfuerzos para sacar la escuela pública adelante.
¿Qué recibe a cambio de la Administración? Una gran incomprensión, porque no le aporta los medios necesarios para abordar esta titánica tarea, ya que tiene que luchar contra los antivalores que determinados sectores de la sociedad intentan imponer, egoísmo, individualismo, superficialidad , en suma la alienación total y ello lo llevan a cabo de un modo sistemático, con unos medios muy potentes. Así los jóvenes son el producto de la sociedad capitalista en la que están inmersos y del lugar donde viven cotidianamente.
Sabemos que un elemento de consideración social y de respeto, es la retribución justa; esto se concreta en el derecho a cobrar igual que lo percibido por los otros compañeros, trabajadores de la administración pública de las distintas consejerías teniendo el mismo nivel, cobrando unos sueldos superiores con creces.
Por ello considero que el nuevo Gobierno, que hasta la fecha no ha mostrado ninguna sensibilidad al respecto, tiene la obligación moral de responder a esta reivindicación justa, es decir, abrir un proceso de negociación serio que culmine con la homologación del profesorado canario.
El profesorado sabe que las mejoras cuestan luchas; no obstante deseamos que la razón prevalezca y que el nuevo Gobierno sea capaz de responder a esta histórica demanda. El profesorado ya está dando a cambio una gran contrapartida: responder con profesionalidad, como siempre lo ha hecho, aunque hayan restricciones presupuestarias o recortes de recursos personales y materiales, lo que supone un esfuerzo ingente ante tanta adversidad.
Las Palmas de Gran Canaria 9 de septiembre de 2007
* Antonio Agudo Rodríguez es Miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC
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