Asfalto y cemento / Apestando por lo Nuestro.- No debería sorprendernos la noticia de que se quiera construir un complejo turístico de 7000 camas en La Aldea. Es evidente que el interés por la obra de la carretera desde Agaete por el Andén Verde no se debe a la necesidad de comunicar a los pobres vecinos aislados en La Aldea, sino que tenía que haber “algo más”. A los políticos nunca les ha importado nada lo que está de Agaete hacia el sur (¿o deberíamos decir de Bañaderos al oeste?)
Mario Romero Mur declaraba en Canarias Ahora que tienen en mente un proyecto turístico de “no más” de 7000 camas, campo de golf (como no) y marina, además de hoteles y apartamentos. No sabemos si los hoteles y apartamentos son esas 7000 camas o si se añadirán a las mismas.
Total, que el resultado de la carretera es todo lo nefasto que sospechábamos y más. No sólo destruirá gran parte del paisaje que le queda a la isla, no sólo comunicará demasiado rápido a los velillos de Las Palmas y alrededores con La Aldea, sino que, por si esto no fuera suficiente, también servirá para destruir definitivamente el valle.
Y siempre son los mismos, los empresarios de la construcción, los que salen ganando. Ahora que se está planteando renovar la planta turística de San Agustín y Maspalomas, porque está más que obsoleta, ahora que el turismo ha caído un 3% en Tenerife, a pesar de tener infraestructuras turísticas más recientes, ahora es cuando quieren presentar otro proyecto absurdo más.
Un proyecto que recuerda a cosas tan aberrantes como lo que hizo el Marqués de La Oliva en el Majanicho, en el Norte de Fuerteventura. No les interesa que vengan o no los turistas, eso es un problema de otros. Lo único que quieren es construir, usar su maquinaria y hacer desmontes.
El mago de la construcción es una versión evolucionada del mago agrícola. El agrícola hacía lo posible por transformar todo el territorio en superficie aprovechable para la agricultura, y el constructor, para llenarlo de hormigón. Al final, el resultado es similar. Ambos terminan con los espacios naturales de la isla. La sutil diferencia es que una zona agrícola suele ser más fácil de recuperar que una autovía o un bloque de apartamentos.
Lo único que esperamos es que siga cayendo el turismo, para que se produzca un crac en la economía canaria, y al 50% de la población no le quede más remedio que emigrar. Esto estabilizaría el exceso de habitantes, y sería un primer paso para la salvación del archipiélago, si es que la hay.
Sigamos soñando…
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