Cae el turismo. ¿Por qué será?

Turismo (Monocultivos) / Apestando por lo Nuestro.- El turismo está volviendo a caer en las islas, y ya parece que no se recupera con el mercado peninsular, ni con el interno, ni con nada de nada. Ya no somos el segundo destino turístico del país, sino el tercero, y así seguiremos cayendo...

Lo más curioso es que los políticos y las personas se preguntan cómo es posible que esto pase, es decir, siguen estando ciegos ante el despropósito ambiental y social del archipiélago, así como la terrible vulnerabilidad del sector terciario en una región cercana a zonas conflictivas.

Ellos dicen que hay que mejorar la calidad y antigüedad de las instalaciones, y aumentar la oferta de ocio, especialmente en las zonas más antiguas, como el norte de Tenerife. También dicen que el poder adquisitivo de los españoles ha disminuido, otros hablan del deterioro ambiental de las islas, de las pocas ofertas de aerolíneas de bajo costo, el incremento del precio de los combustibles, etc.

Todos esos motivos serán ciertos, y nosotros no somos ningunos expertos en turismo, pero hay cosas que sí vemos, porque para eso tenemos ojos y sentido común. En primer lugar, los motivos ambientales están claros: ¿Qué pueden ver o buscar los turistas en las islas desde ese punto de vista? Veamos:

• Paisaje de casas grises sin pintar, apiladas en cualquier risco y al más puro estilo de los suburbios de Caracas.
• Carreteras y autovías por todas partes, atestadas de tráfico.
• Líneas de Unelco, BTS de telefonía móvil y todo tipo de cables aéreos colgando de todas las montañas y grapados a las fachadas de las casas de bloques.
• Fincas llenas de basura y mal cuidadas, o bien con invernaderos de aspecto terrible, o abandonados y rotos.
• Restos de obras mal acabadas, con acumulaciones de escombros, trozos de asfalto, jardines secos…
• Espacios protegidos sin información o invadidos por velillos.
• Parques nacionales cruzados por cuatro carreteras, y con millones de visitantes anuales.
• La costa destruída e invadida por zonas turísticas, obras públicas o casas grises...

Pero no creemos que muchos turistas de los que vienen a estas islas se preocupen demasiado por el medio ambiente. Esto sólo afectará a un porcentaje muy bajo, sobre todo teniendo en cuenta que somos un destino barato y de masas.

También hay motivos sociales, por supuesto:

• Modificación de los modos de vida tradicional y desplazamiento a las ciudades, lo que supone un abandono de las zonas agrícolas y rurales.
• Embrutecimiento generalizado de la juventud por influencias americanas en su estilo de vida.
• Población no arraigada de inmigrantes de todo tipo, especialmente sudamericanos y de otras regiones del país.
• Actitud antipática y maleducada de gran parte de los trabajadores que atienden al turista (TITSA, bares, policía, centros de salud…)
• Inseguridad ciudadana, que es como se llama en los medios a la invasión de "gorritas" y de todo tipo de ladrones de poca monta que roban en zonas turísticas.
• Ruido y escándalo generalizados.
• Nula oferta cultural. Sin ir más lejos, La Laguna es patrimonio de la humanidad, y no se sabe dónde conseguir información al respecto.
• Fiestas cada vez más forzadas y cutres, con gran cantidad de elementos externos que influyen negativamente en su carácter tradicional.

Las propias zonas turísticas tienen problemas por su obsolescencia, o bien porque se han diseñado rápido y mal, con graves problemas de abastecimiento o de urbanismo:

• Playas, parques temáticos e infraestructuras saturadas, no sólo por los propios turistas, sino por los residentes, que visitan esos lugares por la ausencia de una oferta cultural decente.
• Fallo en los sistemas de transporte público por la mala planificación y por el mal funcionamiento de TITSA.
• Mala calidad de la comida, en general.
• Falta de tranquilidad nocturna, por el exceso de población turística.
• Mala calidad en los locales de ocio, e inseguridad en los mismos.
• Instalaciones hoteleras y extrahoteleras obsoletas, viejas, sucias y atendidas de mala gana.
• Oportunismo de empresas cutres que venden todo tipo de chorradas de escasa calidad, a precios relativamente altos.

Y, por último, tenemos una serie de motivos indirectos o externos a las islas:

• Poca oferta de vuelos baratos.
• Demasiada distancia para quienes quieran gastar poco, y poca distancia para quienes buscan algo "diferente"
• Cercanía a países potencialmente conflictivos, como el Sáhara.
• Existencia de oferta similar en regiones más cercanas y seguras.
• Mala publicidad en la prensa por la inmigración ilegal africana (a pesar de que es una tontería, comparada con la sudamericana o europea), los incendios, las agresiones a mujeres, los mafiosos y espías… ¿Quién iría a veranear a un lugar donde mueren 6 personas en una cueva, aparentemente sin hacer nada malo, millones de negros invaden a diario las costas, unos incendios acaban con todo el monte, todos los días muere una mujer o secuestran a un niño y detienen a grandes mafiosos o espías? La prensa, con su sensacionalismo absurdo, no hace más que ayudar.
• Mala publicidad de los que ya han venido. Evidentemente, una persona con interés y curiosa, si ha venido aquí una vez, no querrá volver nunca más.
• Tendencia al alza del Euro, que afecta al mercado inglés, el más importante que tenemos ahora mismo.

Con todo este panorama, ¿realmente piensa alguien que el batacazo turístico tiene remedio? El turismo sólo podrá mantenerse aumentando lo que demandan nuestros visitantes habituales: drogas, alcohol y prostitución. Por lo tanto, o se asume que la oferta debe modificarse radicalmente y acabar con el turismo de masas, o bien se mejoran los bares de alterne, supermercados cutres y putiferios de diversa índole, para mantener el modelo.

Lo triste es que, en nuestra opinión, ya no hay marcha atrás. Además, estamos seguros de que la administración (léase Cabildo y Gobierno de Canarias) , mientras hablan de eso que denominan "turismo de calidad" y que no existe, lo que realmente están haciendo es fomentar la permanencia de la oferta cutre, porque, llegados a este punto, es la única manera de no caer en la miseria.