Orestes Martí / Artículos de opinión.- Más presto se coge al mentiroso que al cojo. Anónimo. Aún bajo la impresión de la denominada "desclasificación", de una pequeñísima parte de sus documentos secretos -693 páginas- que ha llevado a cabo la CIA, donde se recogen además de un sin numero de actos ilegales perpetrados por la principal agencia de espionaje yanqui, que en muchos especialistas, observadores y opinión pública en general, ha creado gran escepticismo pues, aducen, tienen demasiados espacios en blanco y censuras que ponen en tela de juicio no solo su declarada intención de una mayor transparencia de su actividad, sino que brindan una información bastante parcial de las manipulaciones y de las mentiras de la "Agencia" durante muchísimo tiempo, llega a mi mesa de trabajo un cable de una agencia de noticias que aparentemente ha pasado inadvertido para muchas personas: "Lee Harvey Oswald, autor del atentado contra el presidente norteamericano John F. Kennedy, no pudo haber actuado solo, según nuevos estudios realizados en la fábrica donde se produjo el arma con que presuntamente se cometió el delito".
Algunos intelectuales norteamericanos habían llamado la atención sobre lo paradójico de la situación (el escritor Ted Gup, autor de "Nación de Secretos", habló de la existencia de "un exceso de ocultismo informativo en el gobierno federal y el sector privado estadounidense" y recordó que mientras la Agencia "descubre unas pocas faltas del pasado y ninguna del presente, un millar de empleados del Departamento de Defensa continúan la diaria clasificación de archivos como secretos", mientras que más de 14 millones de papeles del Pentágono permanecían invisibles para la prensa. El profesor de la Universidad Villanova, en Pensilvania, David Barrett, dijo a The New York Times: "no sabemos todo lo que pasa hoy -en la CIA-... Pero parece que ya hay suficientes pruebas como para afirmar que actualmente las cosas no son diferentes").
En nuestro patio tampoco han faltado valiosos análisis sobre la situación; así el periodista Rafael Morales en su leída columna de Canarias Ahora señaló "La desclasificación de unas 700 páginas de documentos reveladores de crímenes de Estado maquinados por la CIA afecta a los más lejanos en el tiempo (1953/1973), pero no a todos ni de manera alguna a los actuales. Los de Irak, por ejemplo. Se trata de una política de relaciones públicas para cambiar de imagen, presumir de transparencia, dados los índices de impopularidad de George Walker Bush dentro y fuera de Estados Unidos. El director de la CIA, Michael V. Hayden lo explicó así: "La CIA entiende que tiene una obligación de proteger los secretos de la nación, pero también tiene la responsabilidad de estar tan abierta como sea posible".
Una prueba fehaciente de que la "Agencia" -y otros "servicios especiales" norteamericanos- continúan organizando sus mentirillas, manipulaciones y acciones encubiertas, utilizando para ello a periodistas, intelectuales y a los "medios", fue la operación diversionista montada en vísperas de la liberación del terrorista Luis Posada Carriles, por parte del gobierno Bush, con el lanzamiento por la televisión alemana, del documental «Cita con la muerte», del realizador alemán Wilfried Huismann, tratando de involucrar a los servicios de inteligencia cubanos en el asesinato de Kennedy. No importa que en su momento, la norteamericana Comisión Warren desestimara cualquier responsabilidad cubana, el problema es mentir, mentir y mentir y tratar de ocultar lo que para muchos es una verdad no tan oculta oculta.
En este sentido, el intelectual cubano Lisando Otero, en un artículo aparecido en Red Voltaire, escribió:
"el magnicidio fue obra de los propios organismos de inteligencia norteamericanos en un golpe de estado estilo yanqui ... La técnica del golpe de estado ha sido perfeccionada en América Latina: un general se suma el apoyo de una parte del ejército y depone al Presidente en turno... En Estados Unidos la técnica del golpe de Estado ha sido afinada con sutiles entresijos. La deposición de Richard Nixon fue un golpe de Estado, de la misma manera que fue el asesinato de Kennedy, sólo que nadie lo registra de esa manera. Después de recibir del Presidente Eisenhower un plan de ataque contra Cuba, el nuevo mandatario, John Fitzgerald Kennedy, lo aprobó reticente. Se trataba de invadir la isla por Playa Girón con una fuerza mercenaria que se entrenaba en Honduras. El proyecto se llevó a cabo y terminó en un estrepitoso fracaso. Kennedy encomendó a sus asesores, entre ellos a McGeorge Bundy, la posibilidad de cambiar de posición y estudiar la alternativa de abandonar la agresividad anticubana e intentar un acercamiento... Tras el fiasco el Presidente desmanteló la antigua estructura de la CIA responsable de la catástrofe, entre ellos a su director, el artero Allen Dulles... De otra parte estudió la posibilidad de detener el creciente compromiso de Estados Unidos en Indochina, que amenazaba con convertirse en un conflicto mayor, como después lo fue... Esto perjudicaba al complejo militar industrial que veía las posibilidades de ganancias mayúsculas por una guerra abierta en Vietnam... La mafia ítalo norteamericana, que había tenido negocios con el padre de Kennedy en la época de la prohibición alcohólica y le había ayudado a ganar las elecciones presidenciales, estaba siendo hostigada por su hermano Bobby, Fiscal General que no cesaba de perseguir al cabecilla obrero Jimmy Hoffa, muy ligado a los gángster... Bobby (Robert Kennedy) sostenía fuertes discrepancias con el jefe del FBI, el legendario J.Edgar Hoover, quien protegía a los mafiosos, que tenían pruebas de su homosexualismo y su afición de acudir a orgías de travestís, donde solía vestirse de mujer... Esta política le creó al Presidente Kennedy un conjunto de enemigos letales: la mafia ítala, la mafia cubana, la CIA, los empresarios de la industria de guerra, el FBI, los petroleros texanos.. Fueron estos quienes planearon y llevaron a cabo el magnicidio en Dallas.... Lee Harvey Oswald, fue uno de los peones que la CIA empleó en la fachada del asesinato... En el grupo cubano que intervino en el atentado en Dallas están involucrados Luis Posada Carriles, Guillermo Novo Sampoll, Félix Rodríguez, Tony Cuesta y Orlando Bosch entre algunos notorios verdugos y matones....
Otro periodista, István Ojeda Bello, cuenta en su blog algunos entresijos de la "conspiración":
"...Varias investigaciones, tanto las gubernamentales como desde la prensa, han demostrado fehacientemente que el asesinato del presiente John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, fue el resultado de una conspiración entre la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la mafia y los exiliados contrarrevolucionarios cubanos. Las indagaciones del Senado mediante el Comité Especial, presidido por el congresista afroamericano Louis F. Stokes; las revelaciones hechas por los periodistas Drew Pearson y Jack Anderson y las investigaciones de los más reconocidos expertos de la inteligencia cubana, como el general Fabián Escalante; todas han demostrado que la muerte de Kenedy beneficiaba tanto a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos como a la derecha contrarrevolucionaria cubana, pero en modo alguno al gobierno cubano.... En primer lugar la CIA sabía que su prestigio ante el presidente había salido bien deteriorado tras los fracasos del desembarco en la Bahía de Cochinos en 1961 y la Crisis de los Misiles en 1962. De cierta forma JFK, antes de asumir la presidencia, había idealizado a la inteligencia de su país, al punto de considerarla infalible. No por gusto en la primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional tras la catástrofe de abril de 1961, había exclamado colérico: "cada uno de estos hijos de perra (y señaló a los oficiales de la CIA) me aseguró que la operación sería un éxito". Además poco después había dicho a su colaborador Clark Clifford: "algo muy malo ocurre dentro de la CIA y quiero saber qué es. Quiero hacer mil pedazos a la CIA y esparcirlos a los cuatro vientos".... Es perfectamente lógico entonces, encontrar a varios de los oficiales de la CIA encargados de la Operación Pluto (la invasión de 1961), involucrados en la muerte del mandatario entre ellos: David Atlee-Philips, Richard Helms, supervisor entonces de las operaciones anti cubanas, al general Cabell, ex vicejefe de la CIA, sin olvidar a Frank Sturgis, quien más tarde fuera jefe de los "plomeros" del Watergate.... Desde luego eran los exiliados cubanos los más molestos con Kennedy. Se consideraban "traicionados" tanto en Girón como en octubre de 1962. Además ellos y sus jefes de la CIA, estaban al tanto de los contactos que había iniciado el presiente Kennedy con el gobierno cubano para establecer un "modus vivendis" entre ambos países.... En este sentido se produjeron reuniones entre emisarios de Kennedy y Ernesto "Che" Guevara en Uruguay en 1963. En los previos a su muerte, el presidente encargó a William Atwood evaluar con representantes cubanos en Naciones Unidas la posibilidad de normalizar las relaciones. El delegado cubano en esas conversaciones fue Carlos Lechuga, entonces embajador en la ONU... El asesor de Seguridad de Kennedy, McGeorge Bundy, manifestó que el Presidente quería a su regreso de Dallas un informe sobre la marcha de esas pláticas. Por si todo esto fuera poco, justamente el día del magnicidio, el Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro, se entrevistaba en Varadero con un periodista francés, el cual tenía previsto luego tener una conversación similar con el inquilino de la Casa Blanca..... El ya mencionado Comité Especial del Senado, por ejemplo, estableció claramente los nexos existentes entre Lee Harvey Oswald, la organización Alpha 66 y la llamada Junta Revolucionaria Cubana (JURE) que integraban, entre otros: Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampol, Eladio del Valle, Jorge Mas Canosa, a quienes se les vio en Dallas antes y después del 22 de noviembre de 1963.... Los hilos de la industria de la contrarrevolución nos conducen a otros de los interesados en quitar del medio al primer presidente católico de Estados Unidos: la mafia. Santos Trafficante, Sam Giancana y John Roselli tenían estrechas relaciones con el exilio anticubano. Vínculos establecidos desde los años del dominio de las familias mafiosas en La Habana. Tal era el odio hacia la Revolución Cubana que cuando la CIA le propuso a Santos Trafficante, 250 mil dólares para asesinar a Fidel Castro, el capo contestó. "A Castro lo matamos gratis". Poco antes de ser asesinado, John Roselli, dijo al columnista Jack Anderson, que cubanos de la banda de Trafficante habían participado en el magnicidio en Dallas....."
Con la aparición del mencionado cable de la Agencia ANSA, sería de esperar que la teoría de la conspiración interna para el magnicidio cobre nuevas fuerzas y lógicamente eso no conviene a mucha gente ni a los "esfuerzos de la CIA" por blanquearse un poco; es posible entonces que a ello se deba la falta del "eco" mediático de la misma.
El texto completo de la noticia dice:
2007- 07- 02
Comentarios