Medios alternativos / El Guanche.- Antonio Cubillo Ferreira*. Han pasado las elecciones y ahora están de actualidad los pactos. La Tripartita (dos partidos de la Metrópoli, PSOE y PP, uno canario, CC) ha vuelto a ganar como ya lo habíamos anunciado en anteriores artículos, por entrar en juego la Ley d'Hont y los Topes Electorales, así como el voto de los europeos residentes de la UE en Canarias. El resultado de las alianzas se está decidiendo, como siempre, en Madrid, que es quien controla los destinos de esta colonia.
Estos días, durante la campaña electoral, ha estado en boca de los políticos lo del Estatuto, estatuto que nadie conoce y en el cual el pueblo auténtico canario no ha participado y le han puesto el nombre de Estatuto de Autonomía, cuando lo que a estas alturas lo que el pueblo desea es un Estatuto de Autodeterminación que prepare la soberanía de este país.
Es bueno recordarle a la Metrópoli el Art. 1, del Pacto Internacional relativo a los derechos civiles y políticos, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, Resolución 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966, y que entró en vigor el 23 de marzo de 1976, conforme al art. 49 del Pacto y que dice así:
1. Todos los pueblos tienen derecho de disponer de sí mismos. En virtud de este derecho, determinan libremente su estatus político y aseguran libremente su desarrollo económico, social y cultural. 2. Para alcanzar estos fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y de sus recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que surjan de la cooperación económica internacional, fundada sobre el principio del interés mutuo y del derecho internacional. En ningún caso, un pueblo no podrá ser privado de sus propios medios de subsistencia. 3. Los estados parten del presente Pacto, comprendidos aquellos que han tenido la responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios bajo tutela, están obligados a facilitar la realización del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos y de respetar este derecho, conforme a las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.
Este es por ahora el papel y la responsabilidad histórica que tiene que llevar a cabo el gobierno español, firmante de este Pacto y de la Carta de las Naciones Unidas, es decir, preparar, de acuerdo con todos los partidos políticos canarios, un Estatuto de Autodeterminación de este territorio no autónomo y bajo tutela española desde hace cinco siglos. Y este debe hacerse por la vía pacífica y de acuerdo con el Comité de los 24 o Comité de Descolonización de las N.U. y sin recurrir a sucias maniobras como fue el intento de asesinato de 1978 en Argel, en vísperas de la salida de la Delegación Canaria del MPAIAC para Nueva York, sede de las N.U.
Ya he dicho muchas veces, que España y Portugal, así como Francia hasta 1962, no comprendieron la marcha de la Historia que tiende a la descolonización de las colonias. Francia lo hizo entre 1960 y 1962 con el general De Gaulle, y Portugal con el fin de la dictadura de Salazar en 1974, pero España falló a la cita con la Historia con la desastrosa solución del Sahara y con Canarias, donde se empeña en mantener su presencia colonial a través de una autonomía controlada desde Madrid para poder aprovecharse de nuestras riquezas naturales y de la riqueza que produce esta colonia y de su situación estratégica.
La época del miedo y del sometimiento a la Metrópoli ya ha pasado y en la prensa canaria -que no española en Canarias-, y amplios círculos y en reuniones, se habla de que somos una colonia y que entre todos debemos preparar la soberanía de este territorio. Se vislumbra un futuro como Nación e incluso como una república federal canaria y no como colonia, para evitar enfrentamientos ente las islas fomentados desde Madrid. España en tanto que estado colonial europeo, ha salido mal en todas las partes del mundo donde tuvo colonias y dejó un triste recuerdo por empeñarse con las armas en su actitud colonial. Ahora tiene la ocasión de aceptar un Estatuto de Autodeterminación, redactado en Canarias, por canarios, en una Asamblea Nacional Constituyente, a la sombra del Teide, el volcán que nos unifica a todos los canarios y donde se dieron las últimas batallas por la libertad e independencia de Canarias derrotando a las tropas invasoras y sus aliados, en la batalla de Acentejo, bajo el mando del gran Mencey Imoha Benkomo. Tenerife resistió casi un siglo a los invasores por su situación y condiciones geográficas. Los canarios somos ya mayores para ordenar nuestro futuro y nuestra soberanía y lo vamos a hacer contra viento y marea. Nuestra futura República Federal sabrá respetar todos los acuerdo internacionales y como Estado Archipielágico establecerá y defenderá su Zona Económica Exclusiva en el mar y en el aire para explotar nuestras riquezas naturales.
Este proceso debe ser llevado a cabo por los representantes de nuestro Pueblo y en él deben participar todas las fuerzas políticas y sociales componentes de la Nación, que ya han aceptado la bandera nacional de las Siete Estrellas Verdes, que forma actualmente el amplio espectro político que existe en todos los pueblos colonizados, sin exclusión ninguna, porque en estos momentos la única contradicción principal que tiene nuestro Pueblo es con la Metrópoli. Lo demás vendrá después y será la vida de toda Nación.
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* Abogado
Publicado en el periódico tinerfeño El Día, 10-06-2007
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