Foros ciudadanos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Hace ya unos años, casi ocho, que un amigo me llamó por teléfono en plena efervescencia del conflicto de las torres de Unelco por los montes de Vilaflor, para decirme que Ricardo Melchior había salido en la prensa asegurando que enterraría el tendido. Sin saber de qué iba el tema, evidentemente, le dije que eso era mentira o una mala interpretación antes de ver periódico alguno.
Trascurridos los años, y la evidencia está ahí para quién quiera verla, resulta que lamentablemente acerté en las dos cosas lamentablemente. Era una mala interpretación del amigo, aunque el titular justificaba el error, pero también era mentira. Y es que evidentemente Melchior no se refería al tendido de 220 Kv que ahora se sienten orgullosos de haber pasado junto a la autopista, sino que había aprobado una partida para el soterramiento de los cables en el casco del municipio chasnero.
Pero el caso es que, si bien estas obras se ejecutaron allá por el año 2000, procediéndose a rehabilitar las aceras y a preparar las canalizaciones subterráneas, el caso es que el espectáculo de cablerío que aún hoy se observa en Vilaflor es de auténtico escándalo, y nunca se procedió a concluir una obra que pareciera totalmente fundamental para cualquier persona sensata, o que considere en algo lo más valioso y genuino que tenemos.
Nadie ha movido un dedo nunca, ni por lo visto lo piensan mover, para darle al municipio de Vilaflor la importancia que tiene por su historia, su singularidad y por el valor patrimonial que atesora. Al contrario. Miles de turístas pasan por ese municipio todos los días camino del Teide pero pocos, muy pocos, son los que hacen otra parada que no sea la de bajarse a tomar, como mucho, un café con leche en algún bar de carretera donde guaguas enteras, en ocasiones, sólo hacen la parada respectiva hacer uso de los baños.
Pero lo del anuncio de Ricardo Melchior, hace casi ocho años, de que soterraría los cables -una verdadera patraña- tiene su intríngulis que va mucho más allá. El tipo pretendía meter unas baldosas cutres de cemento, de esas donde se encajan lo chicles y no hay forma de sacarlos, y el Ayuntamiento les propuso cambiarlo por un adoquinadito de piedra natural más aparente. El Cabildo no sólo no aceptó el cambio, sino que descontó de la subvención al Ayuntamiento los costes del material y la mano de obra, con lo que los vecinos de Vilaflor se tuvieron que hacer cargo de unos ocho millones extra que costó la broma. Chiquita diferencia con la generosidad del Melchior hacia el Zerolo o la Oramas que ponen y quitan adoquinados como si tal cosa casi semanalmente.
Y yo no sé si es una venganza del Melchior y la Unelco, que es lo mismo, hacia este municipio olvidado y abandonado por el hecho de que unos vecinos, o todo el pueblo, les plantaran cara en su día por la pretendida cacicada de las torres. El caso es que los años pasan, con un alcalde nuevo y socialista hacia el que el Melchior y el Wladimiro se deshacen en elogios habitualmente -acaso porque es de los de la cultura del hormigón- pero no hay manera de que soterren un jodido cable pese a disponer de las canalizaciones subterráneas -seguramente ya muchas deterioradas- desde hace un montón de años.
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