Agapito de Cruz Franco / Artículos de opinión.- Sucede en los días de junio previos al solsticio de verano y la noche de San Juan. Es el continuo retorno de lo idéntico que decía el filósofo que anunciara la muerte de dios. Un ciclo vital que retorna implacable. Eterna espiral. Como la propia vida. Círculos sin fin. Arte efímero sobre la nada, para ser nada y todo al mismo tiempo. La imaginaria popular amasa en un mismo rito: religiosidad, misticismo, turismo, leyendas patrias, alcurnias perdidas, donde se unen el bien y el mal de la historia una y otra vez.
La Orotava. Como si fuera ayer, del suelo de la Plaza del Ayuntamiento comienzan a aparecer rostros y formas inconclusas. Cada año tiene su misterio. La religión, una de las creaciones de la humanidad, se recrea sobre sí misma. A veces explora símbolos y creencias. O da paso a la vida, y la humanidad, como creación religiosa, surge del vacío y de la mente del artista, del gran hacedor, que, de la tierra, forma cuerpos, crea firmamentos, manda mensajes y códigos secretos a los mortales. Al redactar esta alfombra, se vislumbra –emergiendo de la muerte-, la mirada perdida y la piel negra de un ser vomitado por el océano y luchando por llegar al mundo del color. Del dorado Corpus donde entre lo que se espera y lo que se encuentra, busca ser redimido para confundirse con miles de pasos negros, blancos, negros, blancos. No sabe aún, que antes del amanecer desaparecerá bruscamente devorado por un círculo migrante. Sin apenas sentir el perfume del brezo. Extraditado. Devuelto a la nada. El rito de la alfombra de arenas del Teide comienza en mayo. Tiene nombres propios: Domingo Glez Expósito y la Escuela de Alfombristas, Jesús Bautista, Miguel de León, Eladio Luis…. Se funden en el tiempo desde 1905 con Pedro Hernández Méndez, Ezequiel de León, José González, Tomás Machado, Ambrosio Díaz, José Mª Perdigón, Norberto Perera, Manuel Fernández, Felipe Machado… Ofrecen sus manos para que la historia no se detenga.
Es casi imposible obra tan perfecta. Pero tiene explicación. Más allá de la media noche, cuando sólo se escucha el silencio, si uno se esconde bajo los adoquines, de los colores de las arenas se ven brotar sombras que transformadas en rostros y palabras tejen animadas el tapiz: Leonor del Castillo, Antonio de Monteverde, la Familia Salazar, José Miguel de Salamanca… Sorprendidos por el sol, han dejado a veces sus huellas al retornar deprisa a la tierra mientras sonríen inmóviles las siluetas. La maravilla empieza en El Farrobo donde el alma de sus gentes, hecha de alfombras, viste del color de la convivencia vecinal y las relaciones humanas las calles en el Corpus de San Juan. Desde 1777 se decidió que no coincidieran las procesiones de esta Parroquia y la de Ntra. Sra. De La Concepción que iniciaría así su Octava, continuación de la del desaparecido Convento de San Nicolás. Los ríos de flores comienzan en la década de 1840 con la familia Monteverde en la Calle Colegio hasta llegar hoy a los 35 alfombristas establecidos. En la Villa de Arriba, se alfombraba en 1920 la Pza. de San Juan, que continuarían los hijos de Juan Bautista. Los chicos de la Venta Matilde, los vecinos de la calle Nueva con artistas como Jesús Expósito, y otros, precederían a las más de 40 familias alfombristas actuales. Desde la fundación de la Parroquia de Ntra. Sra. De La Concepción y luego la de San Juan del Farrobo (1681) ya se engalanaban las calles con flores y con arcos enramados. Recuerdo de los césares romanos, y asumido por la liturgia religiosa, forma parte de la memoria colectiva y refleja la sociología – a caballo de la nobleza y el trabajo- de cada época social que la protagoniza: poder, humildad, amor, marquesas, campesinas, religión, arte, política. En definitiva, un libro de historia universal abierto sobre la lava del volcán, que a su vez bebe y se inspira en mundos mediterráneos, atlánticos e incluso de las altas montañas del Tíbet. Esencial el equilibrio ecológico respecto a un espacio natural como las Cañadas del Teide, donde la tradición artesana no puede ser sustituida por la política depredadora de extracción de arenas sin ton ni son para celebrar con alfombras, eventos más allá de la magia.
Agapito de Cruz Franco. Artículo de opinión sobre las alfombras de La Orotava, publicado el domingo 3 de junio de 2007 en LA GACETA DE CANARIAS (Pág. 5, Tribuna Libre).
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