Oreste Martí (Las Palmas de Gran Canaria) / Artículos de opinión.- Si usted accede al sitio de la Enciclopedia libre "Wikipedia" y busca "Radio Martí", encuentra la explicación siguiente: "es una emisora de radio creada y financiada por el gobierno estadounidense durante la administración de Ronald Reagan, que transmite en las bandas de onda corta y onda media hacia la isla de Cuba. Con el transmisor situado en Miami, Florida, utiliza una potencia de transmisión mucho mayor de la necesaria, para intentar contrarrestar las transmisiones del gobierno cubano en las mismas frecuencias, con el objetivo de neutralizarla. Mientras que la mayoría de los cubano-estadounidenses y críticos del gobierno de Fidel Castro en general la ven como una herramienta informativa gracias a la cual los cubanos pueden obtener información no oficial, el gobierno de Cuba y sus defensores, la ven como una mera herramienta propagandística al servicio de los intereses estadounidenses sobre la isla".
Si busca "Televisión Martí", entonces la definición sólo la encontrará en inglés, algo realmente sintomático que expresa lo que todo el mundo sabe: "TV Martí was created by the US government to provide news and current affairs programming to Cuba", es decir que al igual que la radio, este canal de televisión fue creado y es propiedad de los Estados Unidos.
Dice la información (en inglés, insisto) sobre el canal: "Viewership on the island is estimated to be a third of one percent. One study several years ago found that nine out of ten Cubans had never even heard of the channel" o lo que es lo mismo: que tanto la Radio como la TV "Martí", ni se oyen ni se ven en Cuba.
Cifras conservadoras estiman en más de 550 millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses lo invertido por su gobierno, en 22 años, para pagar las transmisiones ilegales contra Cuba. En el mes de junio del año 2006 la administración Bush destinó 80 millones de dólares al plan subversivo para buscar un cambio de sistema político económico y social en la mayor de las antillas. Para las transmisiones radiales y televisivas de ese año los gastos superaron los 37 millones de dólares (de los que, además, numerosos funcionarios y redactores vinculados a las comunicaciones y a la desinformación, se beneficiaron). Para el año fiscal 2007 el Congreso norteamericano aprobó un presupuesto de 36 millones 100 mil dólares para las citadas emisiones radiotelevisadas violatorias de acuerdos internacionales y del reglamento de la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Pero lo real y objetivo es que, a pesar del esfuerzo, ni se oyen ni se ven.
En mi reciente visita a Cuba, un periodista conocido con quién comenté el asunto. me aseguró que eso era rigurosamente cierto y me entregó una encuesta sobre TV Martí, que -según él- había sido realizada por un equipo que permaneció en el país como turistas y que con posterioridad proporcionó los datos a sus amigos y allegados.
Así que, con las reservas del caso, les brindo los resultados de la "encuesta*(se dice que fue realizada en una muestra de unas 650 personas a lo largo de la isla de Cuba -la mayor del archipiélago cubano- y sus resultados son evidentes)

- La emisora no se ve en la isla. Es casi desconocida y en la población excepto los "disidentes", los que poseen referencias de ellas las han adquirido a través de las críticas que realizan los medio oficiales cubanos.
- Las transmisiones no tienen ningún impacto sobre la población
- Solo muy escasos "disidentes" manifestaron excepcionalmente alguna manifestación positiva sobre la emisora.
19 de mayo de 2007
- El elemento más interesante se puso de manifiesto al preguntar a los encuestados que respondieron positivamente las preguntas en que horarios se transmitían los programas "Cuba hoy", "Por un mundo mejor" y "Miami por dentro"; prácticamente todos precisaron horarios diferentes lo que demuestra que la emisora no se ve pues tales espacios no existían en su programación.
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