Orestes Martí (Las Palmas de Gran Canaria) / Artículos de opinión.- El título del presente trabajo, nada tiene que ver con aquella estrategia norteamericana que desde el año 1980 ha sido una constante y que se hizo explícita en las leyes Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996), que han concebido un denominado "segundo carril" de operaciones que se dirigen a la cooptación de sectores sociales y políticos específicos, incluyendo a los componentes de la llamada sociedad civil cubana. No.
El título tiene que ver con la ya descarada política de doble rasero que emplean los norteamericanos en su mal llamada "política antiterrorista"; a su increíble desvergüenza para medir los hechos terroristas y "clasificar" a los "terroristas" (resulta que hay terroristas malos y terroristas buenos); a la continuidad del comportamiento histórico del Gobierno de los USA, en política internacional, definido por Franklin D. Roosevelt -el "Buen Vecino"- en su histórica respuesta a los periodistas que le reclamaban por haber recibido con gran pompa a un "hijo de puta": el dictador nicaragüense "Tacho" Somoza: "sí, es un hijo de puta, pero es NUESTRO hijo de puta".
Y a este comportamiento descarado de las autoridades norteamericanas hay que agregarle el más que manipulado tratamiento informativo que hacen los medios globalizados de información, al servicio de los poderosos.
La noticia
¿Es preciso identificar a la prensa española y por supuesto canaria que brinda ese tratamiento informativo y aplica conscientemente el doble rasero en el tema del "terrorismo"? No lo creo necesario; todos los que aquí vivimos sabemos perfectamente cómo se mueven, cómo actúan y cuáles son sus "fuentes de información"
La desinformación y la manipulación de la opinión pública no se produce solamente mediante los llamados "ruidos informativos"; también se llevan a cabo mediante los "blancos" o lo que es lo mismo, obviando información, no ofreciéndosela a los lectores, birlándoles uno de sus derechos fundamentales: el de "comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión".
En tal sentido ¿por qué no es veraz la información brindada? Porque actuar de esa forma implicaría "hablar o actuar de acuerdo con la verdad" y no mediante la emisión de mensajes contradictorios –verdades y medias verdades, ruidos y blancos informativos- que tienden a confundir a los lectores, a manipularlos a partir de una matriz de opinión previamente elaborada por los tanques pensantes y establecida a través de tales "medios".
Y ¿Qué es lo que se trata de ocultar a los lectores? Pues, en principio, nada más y nada menos que la condición de terrorista confeso de Luis Posada Carriles. Aunque también hay más.
Información no mostrada a los lectores canarios en el caso de la "liberación del anticastrista" (terrorista).
Un dato que la prensa globalizada ha "olvidado" recordar
- En la XV Cumbre Iberoamericana que se celebró en Salamanca, con la presencia de los jefes de Estado o Gobierno, se aprobó una resolución en la que se pidió la extradición a Venezuela del terrorista Luis Posada Carriles, ya bajo arresto en EE UU en aquel momento y acusado –por varios países- de atentar contra un avión de Cubana de Aviación, causando la muerte de 73 personas.
Del expediente de Carriles
Para finalizar permítanme hablarles del "Bin Laden de América Latina". Pero no lo haré con mis palabras, me remitiré a cómo lo expresó, hace ya algún tiempo, mi amigo y periodista Luis Sexto en un formidable artículo del año 2005, titulado Posada Carriles, el "heroe de la contrarrevolución". Decía Luis:
No necesito presentar a Luis Posada Carriles. La prensa mundial lo conserva hace años en sus archivos. Y entre sus faenas más reconocibles nadie duda de su participación –como autor intelectual y suministrador de medios- en la voladura de una nave de Cubana de Aviación, en 1976, que estalló unos 20 minutos después de alzar vuelo de Brigetown, Barbados, en su habitual ruta comercial. A bordo transportaba los tiradores del equipo juvenil cubano de esgrima y otros viajeros de diversas nacionalidades. Recientemente, en el 2000, fue acusado en Panamá de preparar un atentado contra la vida de Fidel Castro en la universidad de la capital del istmo. Condenado, la presidenta Mireya Moscoso lo amnistió antes de abandonar la presidencia, como regalo a la millonaria "confederación terrorista" llamada Fundación Nacional Cubano Americana, y en acatamiento al gobierno invisible de los Estados Unidos. Mucho antes, en 1985, convicto del acto terrorista de Barbados, Posada Carriles se fugó espectacularmente de su prisión en Venezuela: por la puerta de salida y diciendo adiós a los carceleros. Tengo en mis manos una autobiografía de Luis Posada Carriles. Después de repasar cada una de las habitaciones de su currículo, he sentido los estremecimientos del horror. No intento ser patético. Pero cualquiera que se sienta incapaz de asumir los encargos del represor, del que come y echa pasto a su cuenta corriente a costa de los quejidos ajenos, se espanta ante los datos primordiales de un verdugo. Nuestra sensibilidad prefiere la posición de la víctima antes que la del torturador. Pero en Miami prefieren proteger a los torturadores como una forma de pagarles los servicios, que no pueden enmascarar, y mucho menos en el expediente de Posada Carriles. Porque este jamás ha negado su historia...... El propio victimario lo admite en un libro publicado en Miami en 1994, titulado Los caminos del guerrero. Posada Carriles, a quien sus amigos llaman Bambi, nació en Cuba en 1928. Los créditos básicos de su existencia comienzan al registrarlo como empleado de la empresa transnacional norteamericana Firestone, en La Habana Y continúa describiéndolo como colaborador de la policía del dictador Fulgencio Batista; entrenador de la Brigada 2506 que desembarcó y fue derrotada en Playa Girón; ranger con grados de segundo teniente, en Fort Benning, Georgia; agente de la CIA y colaborador del FBI; profesor de manipulación de explosivos; organizador de teams de infiltración en operaciones comandos contra objetivos cubanos; jefe de departamento de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), en Venezuela; jefe del departamento de "ayuda humanitaria" del Departamento de Estado de los Estados Unidos en Ilopango, Honduras, y director de agencias de seguridad en Guatemala. Más. Mucho más. Y les ahorro el tiempo. El propio Posada va confirmar ese palmarés. Oigámoslo. Y si no bastara, abramos en Internet la dirección www.latinamericanstudies.org/caminos-guerrero.htm. Está ahí el texto completo. "En una época, nuestros "amigos" norteamericanos nos entrenaron y adiestraron en el uso y manejo de armas, explosivos y técnicas incendiarias. (…) La Agencia Central de Inteligencia (CIA), enviaba explosivos (C3), lapiceros de tiempo, mecha, cordón detonante, detonadores y todo lo necesario para actos de sabotaje. En aquel tiempo (1960), este tipo de actividades eran conocidas con el nombre de "Acción y Sabotaje". El cubano que desafiaba al régimen, poniendo en peligro su vida, el que se infiltraba en la Isla procedente de Miami para organizar los cuadros de la Resistencia y traer armas y explosivos, era admirado y considerado un soldado de la patria y un héroe de la contrarrevolución. "(...) Los guerreros han realizado ataques comandos a instalaciones dentro de Cuba, desembarcos, sabotajes a embajadas y misiones diplomáticas, hostigamiento a la flota pesquera por comandos navales y hundimiento de barcos cubanos y de sus aliados. Años atrás, la pregonada neutralidad del país (de los Estados Unidos, nota de L.S.) no era violada cuando nos entrenaban para invadir Cuba; tampoco cuando la Agencia Central de Inteligencia infiltraba comandos y saboteadores a Cuba, llevando armas y explosivos para sus acciones. "Al regreso de la frustrada invasión (Playa Girón, Cuba, nota de L.S.), me incorporé a los Comandos L, el grupo de Tony Cuesta y Ramón Font, donde tratamos de hacer operaciones comandos. El gobierno americano, como parte de un nuevo plan, ofrecía a los miembros de la Brigada recientemente regresados de Cuba la incorporación al ejército americano. Otra vez los entrenamientos, las esperanzas y las frustraciones. Me gradué de segundo teniente y me asignaron al mando de un pelotón compuesto por soldados americanos. Después de dos años de estar en el ejército (…), renuncié a mi comisión y comencé a trabajar para la CIA. "El campo de batalla, entonces, lo mismo estaba en el territorio cubano, que en cualquier punto de la tierra. Sin saberlo ni proponérmelo, me convertí en soldado universal (…) recomendados a diferentes gobiernos, para actuar como instructores de personal en el campo de la lucha antisubversiva o como asesores en materia de seguridad nacional y métodos modernos de investigación criminal. "En el desarrollo de este propósito y estas luchas, mi vida se consumía entre una operación y otra, con largos intermedios de inacción, aburrimiento y frustración, hasta que me llegó la oportunidad histórica de trasladarme a Venezuela, país amado en el que pasé la mayor parte de mi vida adulta. Inicialmente fui contratado como instructor de la Dirección General de Policía (DIGEPOL) venezolana y asesor especial en asuntos de Seguridad Pública (...) Por las demandas imperativas de esa lucha, la DIGEPOL se convirtió de cuerpo represivo del delito político para el que estaba originalmente diseñada, en la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP). Dentro del esquema, llegué a ocupar el cargo de Comisario Jefe de la División General de Seguridad, con la responsabilidad directa sobre las Divisiones de Armas y Explosivos, Seguimiento y Vigilancia, Protección de Personalidades y Medios Técnicos. Desde mi posición, combatí sin tregua a los enemigos de la democracia venezolana (...) La policía, cuya fuerza principal estaba en los delatores, detenía, allanaba e interrogaba utilizando los métodos más duros de persuasión. Como dice el dicho: "Se estaba jugando al duro y sin careta". Pero Luis Posada Carriles está descontento. Se siente mal pagado por la humanidad después de mojarse las manos y el alma en tanta sangre. Lamenta en su libro que "Lo que ayer era considerado como un acto de valor y patriotismo, llamado "acción y sabotaje", hoy se llama "terrorismo" y se nos persigue y encarcela por los mismos actos". Vista, pues, la muestra, el desenfado, incluso la satisfacción del hombre que cree haber cumplido con su deber, este articulista ha de escribir una nota al pie. Toda esa confesa cadena de actos de violencia, de violación de la soberanía de varios países y de la integridad humana, siempre ha recibido el nombre de terrorismo. Sin embargo, como en los Estados Unidos clasifican el terrorismo en "malo y bueno", puede comprenderse que Posada Carriles ejerció el "bueno", es decir, el que sirve a la geopolítica del imperialismo norteamericano"... Por lo tanto, lo dicho: "Si, es un hijo de puta, pero es SU hijo de puta"
10 de abril de 2007
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