Francisco Javier González / Artículos de opinión.- Ahul fell-ak amigo Guayadeque, y sabes que también en mi caso lo de amigo es algo más que un decir, que mantenemos una deuda como la de la copla "Risco de San Nicolás..." pero para cobrarla con buen género de la zona del Lentiscal.
El disenso siempre es sano, aclara ideas, aunque desgraciadamente no lo practicamos bastante con esa intención. He leído con interés tu discrepancia -sabiendo que, desde luego, no eres el único- con mi planteamiento de que a las elecciones, los nacionalistas hemos de ir con la pretensión de crear un partido de clase, fuerte y con capacidad de dirección, como arma de lucha hacia la liberación nacional y social, lo que resumía en las tres palabras de "CANARIAS LIBRE Y SOCIALISTA" como leitmotiv de esa organización, ya que, a mi criterio, nunca habrá Patria Libre sin Hombres Libres y dignos.
Iré por partes. En primer lugar, no he negado la existencia -además y junto a la lumpenburguesía- de un lumpenproletariado sin conciencia de clase ni voluntad de lucha. Al contrario, desgraciadamente, en situaciones como la de Canarias, de doble dependencia, con la cuarta parte de nuestra población en situación de pobreza, con 133.000 parados -cifra que se estima que para fin de este año alcance la cota del 12%- y en la que, de los que tienen trabajo, 300.000 son con contratos en precario y de los nuevos contratos más del 70% son temporales, es evidente que las ETTs, los pseudosindicalistas que amarillean convertidos en gestores de intermediación, los contratos basura y un largo etcétera de fracaso escolar, sueldos de supervivencia, listas de espera, falta de viviendas……son los productos reales de esta angustiosa situación para muchos trabajadores y sus familias, y eso, indudablemente, crea frustraciones y miedos, pero ¿arregla esa situación el “interclasismo” que propones o, más bien, la agrava? ¿cabe, en este momento y esta situación, una “alianza nacional” con aquellos que han sustraído, mediante la evasión de impuestos legal que es la RIC, unos 23.000 MILLONES de euros propiedad de nuestro pueblo? ¿emplearían, una parte al menos, de esos casi CUATRO BILLONES de las fenecidas pesetas –que tocarían a unas 800.000 pesetillas a cada canario de ese medio millón en situación de pobreza- en la lucha por la independencia?. Es más, ¿no estarán objetivamente interesados en no romper la dependencia colonial que les proporciona tan sustanciosas migajas?.
Un partido de clase, que hay que construir fuerte y con capacidad de dirigir la lucha emancipadora, puede señalar a los trabajadores, que son el grueso de nuestra población, las causas reales de esa situación y las formas de lucha para superarla, para romper esa doble dependencia que sufren, la económica y la política, la que causa y mantiene el canario de servicio y la que causa el amo colonial. Esa, al menos, es mi creencia y mi apuesta de futuro.
Te matizaré ahora mi criterio acerca del FREPIC. No achaco su fracaso a la no implicación de la pequeña y mediana burguesía isleña. Si así se entendió es que me expresé mal. Lo que digo es que fue un fracaso político para los que intentamos crear un Frente Popular solo con trabajadores y esperar –más bien, desear- que la pequeña y mediana burguesía se sumara al proyecto, teniendo claro que nunca lo hará la escasa gran burguesía existente en Canarias, objetivamente española y/o españolista. Una mirada a los intereses de esa pequeña y mediana burguesía canaria, portadora además de un cierto sentimiento nacional más o menos folklórico, parecería indicar que esa confluencia sería posible y deseable, pero, tenemos que tener en cuenta que todo proceso revolucionario –y la independencia nacional de Canarias lo es, y mucho- tiene unos tempos y unos ritmos determinados y el del Frente Popular no había llegado. Se intentó con el corazón, pero con un análisis temporal y de oportunidad incorrecto, y sin la necesaria acumulación de fuerzas de las clases trabajadoras.
Lo que planteo a los compañeros que mantienen la posición del interclasismo es que nuestro trabajo ahora debe ser la construcción y el refortalecimiento del partido que aglutine a los trabajadores patriotas, lo que incluye a los pequeños empresarios que, en esta nación no pasan de ser asalariados de si mismos sin conciencia de tales, y que ese partido vaya logrando posiciones en las instituciones -por muy coloniales que sean- cada vez con mayor capacidad de influencia. No se trata solo de tener un "altavoz" para nuestras reivindicaciones, que también, sino de poseer un arma de transformación de la sociedad. Ese es un horizonte SOCIALISTA para que, cuando las condiciones objetivas estén dadas, la pequeña y mediana burguesía criolla, con su propio proyecto político, se una al proceso emancipador para construir la independencia. Ese será el momento del Frente Popular. El FREPIC quería serlo, pero faltaban la mitad de los mimbres y la otra mitad, los trabajadores, fuimos paulatinamente renunciando a nuestra propia esencia de clase en un intento imposible de incorporar la parte que faltaba. No había llegado el momento y ese fue el fracaso político. El fracaso orgánico es otra historia en la que, como apuntas, además del error de partida de un planteamiento táctico inviable, han intervenido desde los personalismos - Tomás Chávez decía que nuestro problema es que teníamos muchos Ghandis y muy pocos indios- hasta la falta de disciplina orgánica, pero muchos de sus males eran consecuencia de la falta de cohesión ideológica interna.
Resumiendo, compañero Guayadeque, lo de “SOCIALISTA” por si solo no nos va a llevar a la independencia, pero sin esa premisa no construiremos ese partido de clase necesario para vertebrar y dirigir esa lucha porque Independencia y Socialismo son dos caras inseparables de la misma moneda, facetas paralelas de la lucha por transformar esta sociedad nuestra en una mejor, más libre y más igualitaria. No espero –y nunca he esperado- ayuda del PCE o de otros partidos europeos para nuestra emancipación, aunque se intitulen “socialistas” o “comunistas”, pero tampoco la espero, parafraseando a Secundino, de los isleños de librea que van a la corte a hacerle la venia al amo. No niego la necesidad de una alianza de clases con el horizonte de la independencia, lo que niego es que haya llegado su hora. Estamos, se quiera o no, en un proceso de acumulación de fuerzas y por ello me reitero en mi seguridad de que para esta lucha y en este momento, solo nos vale una propuesta política, resumida en esas tres palabras: ¡CANARIAS LIBRE Y SOCIALISTA¡
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