Sindicatos / EA-Canarias.- En este 8 de Marzo nos hacemos eco de los pocos avances logrados encaminados a conseguir un mundo más igualitario, Este hecho no invita al optimismo, más bien nos hace pensar que en este día es necesario abrir debates y profundizar en el estancamiento e incluso retroceso de las reivindicaciones del movimiento feminista.
La institucionalización de la defensa de los derechos de las mujeres ha supuesto la subordinación de la lucha a lo admisible por el poder patriarcal-capitalista, por eso, más que nunca, es necesario buscar fórmulas que nos permitan recuperar el movimiento reivindicativo para la defensa de la igualdad, la lucha contra la discriminación y la explotación y por la erradicación de la violencia que se ejerce contra las mujeres. Hemos de favorecer que la sociedad asuma comportamientos, actitudes y valores liberadores frente a los que generan opresión.
La educación tiene la responsabilidad de hacer aportaciones para conseguir una sociedad más igualitaria, sin que signifique que la coeducación conseguirá ese amplio objetivo, pues la realidad nos ofrece datos de cómo se abordan estos temas desde los centros, y salvo raras excepciones, loables ciertamente, observamos que en la mayoría se tramita como una lección ocasional. Tampoco bastaría con introducirla en alguna nueva área, asignatura o materia educativa para conseguir avanzar en los derechos de las mujeres. Siempre por parte de las Administraciones se regatea los medios necesarios y sobre todo la formación del profesorado tan necesaria para realizar proyectos coeducativos de centro que impliquen a toda la comunidad educativa. Por tanto, la normativa deberá estar unida a un plan de formación en los centros de trabajo para que sea efectiva.
¡Y qué decir de las condiciones laborales de las trabajadoras! Con más paro, peores condiciones económicas, más despidos, parece que las leyes no consiguen sus objetivos y se quedan como declaración de intenciones que no logra resolver las desigualdades entre hombres y mujeres en el mundo laboral.
Tampoco, a nivel social, la posición de las mujeres ha mejorado. A pesar que se legisla la paridad de hombres y mujeres en los organismos de representación social, parece que cuesta lograrlo ya que la reivindicación de siempre para compartir las tareas familiares en toda su amplitud no se consigue alcanzar. No es tan fácil compaginar responsabilidad social y familiar y las leyes no apuestan por favorecer el relacionar la vida social y la familiar. Debemos recordar que el Estado español es el que destina un porcentaje más bajo de su presupuesto al apoyo a las familias: atención a mayores, enfermos, subvención por hijos,…
La violencia de género no se resuelve simplemente con el endurecimiento de las leyes. No parece que la ley erradique la muerte de mujeres, las violaciones. Hace falta algo más que leyes, es necesario que haya un movimiento reivindicativo fuerte que obligue a los organismos a tomar las medidas necesarias para prevenir la violencia y apoyar a las mujeres víctimas de ella. Es necesario luchar contra las desigualdades. No olvidemos que el mayor porcentaje de personas pobres y analfabetas en el mundo son mujeres, que en muchos países se las vende, se las lapida, se las mutila y se les niega todo derecho. Pero en nuestra sociedad debemos estar alerta ante la pérdida de derechos alcanzados por la lucha de un movimiento reivindicativo. Sin perder de vista dichos derechos hoy más que nunca debemos proponer debates para que la aplicación de las novedades normativas permita avanzar laboral y socialmente en la igualdad entre hombres y mujeres.
En este 8 de marzo debemos reivindicar una sociedad más justa e igualitaria, menos violenta. Para eso no basta con las leyes y las campañas, con lecciones ocasionales o fiestas para celebrar este día, hace falta reivindicar en la calle todos juntos esa sociedad en la que ser mujer no conlleve discriminación y violencia y no desfallecer en el día a día. Canarias, a 8 de marzo de 2007
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