Foros ciudadanos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Carnaval de Santa Cruz, entre los de "ATI-Coalición Canaria" lo mataron y él solito está a punto de palmarla. Ya no viene gente famosa de otras partes a disfrutar del carnaval de Santa Cruz. Los que vienen, que prácticamente llenaron el hotel Mencey la semana pasada, vienen todo-gasto-pago y los tuvieron que llevar a los actos en coches de la policía o escoltados porque siempre se les hacía tarde. Pasan, no se integran en la fiesta, vienen a vivir a cuerpo de rey con el dinero de todos nosotros unos días y punto. A tal extremo llega este descaro que el equipo completo de una televisión estatal, a la que se le pagó para que viniera a hacer sus programas desde aquí, cuando llegó al aeropuerto de Los Rodeos, para largarse, se encontraron que su avión llevaba tres horas de retraso y, ni cortos ni perezosos, se metieron en tres taxis para volver al hotel a cenar, eso sí, antes pasaron por la Comisión de Fiestas para que les pagaran los taxis y la cena de lujo. Y es que los señoritos no podían esperar en el aeropuerto con un bocadillo como hacemos todos. Claro que la culpa no es de ellos, sino de los impresentables que les pagaron el capricho con nuestros impuestos.
Muy felices se las prometía el Ayuntamiento de Santa Cruz este año con los carnavales que ATI le ha robado al pueblo para hacer política, para dirigirnos diciéndole a la gente hasta de lo que se tiene que disfrazar, dado que al criminalizar, insultar y linchar públicamente a los vecinos que se habían quejado de las molestias y la violación de derechos básicos, esperaban que la gente, masivamente, saliera a la calle a reivindicar algo que ya nadie sabe lo que es. Y es que los carnavales, lejos de la fiesta de la trasgresión, del divertimiento, se ha convertido en la fiesta en la que hasta en el Círculo de Amistad XII de Enero se dispensa masivamente alcohol a menores sin control alguno, según han denunciado decenas de personas en las emisoras de radio que se han atrevido a abrir los teléfonos. Porque no es políticamente correcto criticar algo del Carnaval.
Se han convertido en la fiesta en la que la policía ya no pegunta nada, cuando ven un pequeño altercado entran con los pies por delante, dando patadas y porrazos a diestro y siniestro. Es, fundamentalmente, una fiesta para menores, las calles están llenas de madrugada de adolescentes a los que, cínicamente, los políticos dicen que los padres deben tenerlos controlados en su casa a ciertas horas, cuando alguien critica las masivas intoxicaciones etílicas o el abuso de pastillas. Lo que no hacen es explicarle a la gente -que no tiene perras para enviar a sus hijos menores a esquiar a Andorra como hacen ellos por estas fechas- cómo tener a sus hijos en las casas cuando los carnavales empiezan a las dos de la mañana y los políticos llevan meses antes lanzando el mensaje de que el que no se echa a la calle en carnavales es que no quiere a Tenerife, es un traidor o está vendido a Las Palmas. Ni un solo mensaje a los jóvenes para que no beban, ni un solo control en los supermercados para que no se les venda el botellón, ni un solo control en las calles a donde llegan con el carrito de la compra a rebosar... Sólo dicen que llaman a la casa cuando el adolescente va parar al hospital de campaña, por lo que la mayoría intenta no ir a parar allí jugándose la vida.
¿Qué carajo quieren que le digamos los padres a nuestros hijos si lo único que se les ofrece para divertirse son estos horarios y estos ambientes? ¿Quieren que les prohibamos que bajen cuando desde la administración les dicen lo contrario, que si no van es que son unos bichos raros? ¿Y si bajan quieren que les obliguemos a estar en casa a las dos o tres de la mañana, cuando a esa hora es cuando empieza a llegar la gente? ¡Cómo se puede ser tan cínico si es que, hoy por hoy, sin menores borrachos prácticamente no existiría este tipo de carnaval que han montado!
Pero casi nada de eso es nuevo, desde que ATI ha tomado las riendas del carnaval, para beneficio político, las cosas han ido caminando en esta línea. Pero por lo que este año el carnaval de Santa Cruz va a pasar a la historia no es por eso que ya está más que visto, es por la criminalización que, desde el Ayuntamiento se ha hecho de unos vecinos que pidieron defender sus derechos en los tribunales. Los han atemorizado hasta tal punto que muchos se han echado atrás en la denuncia mientras los jueces y fiscales contemplan esta actitud matona del Ayuntamiento como si tal cosa. Esta semana, cuando se dieron cuenta que la gente está hasta las narices de este tipo de carnaval, el concejal de festejos se ha lanzado a los medios de comunicación a decirle a la gente que hay que recuperar la calle, que los carnavales estaban allí antes que los vecinos y que al que no le guste que se largue.
No sabemos cuál ha sido realmente el efecto, el hecho cierto sí es que una carroza, que se suponía tenían prohibido situarse con la música a todo trapo bajo los edificios de viviendas, se encontraba a pasadas las siete de la mañana, con media docena de personas, dando caña en la puerta del edifico de uno de los vecinos que más ha sido insultado, vilipendiado y amenazado por reclamar sus derechos, como si esto fuera una democracia, vamos. Mientras la justicia, que ha crucificado a la alcaldesa de Las Palmas por despreciar a los vecinos, mira respetuosamente para otro lado en un asunto en el que lo que sobra es jurisprudencia y sentencias que, como es lógico, siempre defienden los derechos fundamentales de la gente por encima de cualquier otra cuestión.
La actitud hostil del Ayuntamiento hacia los vecinos ha dado lugar a que se hayan forzado puertas en algunas comunidades, donde han entrado en tropel decenas de personas a romper buzones, a mear, a cagar y practicar sus cosas escaleras arriba de los edificios ante la impotencia de los vecinos. Se han roto cristaleras y muchos vecinos del centro de la capital han pasado momentos de auténtico terror sintiéndose totalmente desprotegidos. Producía asombro oír los testimonios de la gente en Radio Club Tenerife este miércoles, cuando a Willy García se le ocurrió -suponemos se encontrará arrepentido- abrir los micrófonos y mandar a un reportero a la zona a recoger testimonios. Lo del Círculo de Amistad -al que nadie lógicamente va a sancionar- fue más terrorífico todavía, y a algunos padres que se encontraban allí con sus hijos no les faltaba sino llorar.
Entre los de ATI se apropiaron de él -como están haciendo con el "Tete"- y él solito está a punto de palmarla como no tomen medidas algo más sensatas que las de criminalizar al que reclama sus derechos, que se los reconoce la Constitución. Otra cosa es que la cambien y que, como dice Guillermo Núñez, introduzcan un artículo que diga que el que vive en zona de carnavales tiene que regalar su casa e irse a vivir a otro sitio porque las limitaciones de sonido dependen del avance tecnológico en los equipos y no de la racionalidad y la responsabilidad de las autoridades a las que se les supone en el deber de conciliar los intereses de todos.
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