José Antonio Linares Moleiro / Artículos de opinión.- El pasado 13 de febrero de 2006, falleció el artista y gran persona Guillermo Sureda Arbelo. Triunfó como pintor, como compositor musical, como deportista, pero donde más triunfó fue como persona. Lo recordamos como una persona solidaria, afable, sencilla y, sobre todo con cariño al pueblo de su madre, y suyo: Chío.
Este ilustre personaje, fue campeón de Canarias en la modalidad de natación, pintor de reconocida fama internacional, compositor de música, llegando a fundar, en Puerto Rico, una rondalla denominada “Islas Canarias”, componiendo para ella canciones tales como “Arucas”, “Teide”, “Tinguaro”, “Chío”, entre otras.
Guillermo Sureda fue nombrado Doctor Honoris Causa de diversas universidades nacionales e internacionales, mayoritariamente americanas, ostenta el reconocimiento de hijo predilecto de la ciudad de Arucas, hijo adoptivo de Icod de los Vinos y Santa Cruz de Tenerife, y diversas ciudades nacionales e internacionales.
Hablar de Guillermo Sureda, como artista sería una osadía, por los profanos en la materia, pero los que tuvimos la suerte de conocerlo, podemos hablar de la persona. Persona que nunca hizo ostentación de sus reconocimientos, pero hemos echado de menos un reconocimiento institucional del municipio isorano, al que tanto ha dado y, que desde el ayuntamiento de Guía de Isora nunca se le ha reconocido.
El movimiento vecinal de Chío, siempre orgullosos de su pueblo y de su historia, llevó a cabo, el dos de noviembre de 1997, un sencillo pero sentido homenaje, a esta persona, por su calidad humana y aprecio al pueblo materno de su madre (Doña Eulalia Arbelo), donde, por iniciativa vecinal, la casa cultural lleva su nombre.
Chío cuenta con un legado de Don Guillermo, que se recuerda con el orgullo y la dignidad de un pueblo, que siempre ha sabido arropar a los suyos, ha sabido reconocer la labor comunitaria de su gente, ha sabido defender los bienes comunes y, como es de bien nacido ha sabido ser agradecido. Agradeciendo el legado de esta persona, que manifestó tanto con sus donaciones, como con su cariño al pueblo materno y, en que él recorrió sus calles de adolescente.
La imagen de Santa Eulalia, como reconocimiento al pueblo y a su madre, se encuentra en la Iglesia de Chío, la aportación económica para la restauración del piso del templo y, la donación en, nombre de la familia Sureda de la campaña mayor de la torre, son donaciones que hizo al pueblo, añadiendo, dos composiciones musicales que llevan el nombre de Chío por todo el mundo, así como el orgullo de ser hijo del pueblo de Chío.
Los que conocimos a Don Guillermo, sabemos que no hecha de menos el reconocimiento institucional, ni una placa en una calle, parque, plaza..., ni siquiera que se hubiesen creado premios municipales por su aportación a la cultura y que sirviese de fomento a la misma, o hacer un museo con su nombre. Porque cuando repiquen las campanas de Chío, entre sus sonidos característicos, siempre se oirá el nombre de Guillermo Sureda Arbelo.
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