Partidarios de la Libertad de Comunicación / Loquesomos.- Hannah. Hoy voy a presentarles a ustedes, queridos lectores, algunos pueblos de los que, tal vez, nunca oyeron hablar. Pueblos ajenos y distintos a nosotros "blancos, caucasianos, celtas, judeo - greco - romano - cristianos, árabe - islámicos”. Pueblos ágrafos –pero con sus respectivas culturas-, a los que siempre hemos estado tentados de mirar cómo si fueran bichos raros, infrahumanos y primitivos, viéndolos como inferiores a nosotros –tan cultos y civilizados-, y, muy peyorativamente, como a sujetos a los que hay que “civilizar” y “domesticar” según nuestros sagrados y superiores cánones culturales occidentales; bueno, esto en el mejor de los casos; porque en algunos lugares, a estos “indígenas, analfabetos y cuasi bestias salvajes” se les dispara, aun hoy (que no hablo ya de la criminal "conquista de américa" de siglos pasados, que también), indiscriminadamente cómo si fueran eso de “cuasi bestias salvajes” pero sin el “cuasi”, y se les llama simplemente “salvajes”. Concretamente en Brasil, durante la construcción de la autovía panamericana así como durante la búsqueda de yacimientos petrolíferos, además de otros expolios y heridas practicadas a la amazonía, como verbigracia la tala de árboles para la obtención de madera; la “caza del salvaje” era algo cotidiano entre los trabajadores de las obras, quienes los abatían a tiros como si se tratara de conejos…
Estos pueblos, hoy en peligro de extinción gracias a “nuestros cuidados”, eran los poseedores de las tierras de América y de África, antes de que a nosotros, esto es al hombre blanco, se nos ocurriera –para mal de estos pueblos- poner nuestros destructivos pies por allí. Estos pueblos vivían según sus costumbres, culturas, hábitos, mitologías y ritos, siendo los amos de sus tierras y de sus vidas… Luego de que nosotros hoyáramos sus tierras, violáramos a sus mujeres, masacráramos a sus pueblos a cuchillo, a pólvora y a enfermedades propias nuestras, y robáramos sus tierras; la mayoría de estos pueblos –los que quedan aún-, sobreviven difícilmente, reducidos a un puñado de gentes que poseen cada vez menos tierras y menos pertenencias, a la vez que ven como sus raíces –sus orígenes- se contaminan por la imposición de nuestra civilización y cultura, o, simplemente, son exterminados por nuestras “necesidades” y por nuestra ambición y nuestra desmedida avaricia. Sí, ya sé que me dirán que algunos, o muchos, o todos estos pueblos, cuentan entre sus costumbres la de comerse a los pueblos vecinos, o reducirles las cabezas una vez asesinados, o cualquier bestialidad cavernaria más; al fin y al cabo, se trata de "pueblos salvajes y primitivos" ¿no? qué podía esperarse de alguien así cuando nosotros los civilizados jugamos al tiro al blanco con ellos, tenemos aún a la pena de muerte en nuestros códigos penales y otras sutilezas... En fin, que tal vez no seamos tan diferentes, pero ¿tenemos que masacrarlos por ello? Helos aquí:
Bosquimanos
Los bosquimanos son el pueblo indígena de África meridional. Han sufrido un genocidio que ha sido ignorado casi por completo; habiendo ocupado históricamente la totalidad del África meridional, hoy sólo quedan 100.000. La mayor parte han perdido su tierra a manos de los colonos blancos o bantúes.
Enawene nawe
Los enawene nawe son un pueblo relativamente aislado, cuyo primer contacto con los blancos se produjo en 1974. Su población actual supera los 420 individuos, que viven en grandes casas comunales o malocas. Los enawene nawe son famosos por sus técnicas de pesca. Durante la temporada de pesca, los hombres construyen grandes presas a través de los ríos y pasan muchos meses acampados en la selva, capturando y ahumando el pescado, que luego se transporta en canoas hasta su comunidad. Los enawene nawe plantan mandioca y maíz en huertos y recolectan productos de la selva. La recogida de la miel se celebra en el keteoko, la fiesta de la miel, durante la que los hombres reúnen grandes cantidades de miel silvestre y la esconden en el camino de vuelta al poblado, revelando sólo su paradero cuando las mujeres comienzan a bailar. A diferencia de la gran mayoría de los pueblos amazónicos, no cazan ni comen carne roja.
Mursi, Bodi Y Konso
Los mursi y bodi viven en el valle del río Omo. Sus cultivos (principalmente de sorgo) se abastecen del agua de lluvia y de las crecidas del río. Dependen en gran medida de la cría de ganado. Los hombres le componen canciones a su toro o vaca favoritos. Los konso suman unos 200.000 y viven en las montañas al sur del Lago Chamo. Son agricultores que emplean un sistema de terrazas, en las que plantan algodón y otras plantas. Hilan el algodón para fabricar telas que se exportan a otros lugares de Etiopía.
Nukak-Makú
Los indígenas nukak viven entre los ríos Guaviare e Inírida, al borde de la cuenca amazónica. Son solamente uno de seis grupos que juntos constituyen los pueblos makú. Todos ellos cazadores, reco lectores y nómadas, viven en los afluentes del Amazonas.
Yanomami
Los yanomami suman 27.000 personas y son una de las mayores tribus que viven en la selva tropical entre Brasil y Venezuela. Sus enormes casas comunales, llamadas yanos o shabonos, pueden albergar varios cientos de personas. Cultivan huertos, cazan y pescan. Los yanomami tienen una fuerte tradición chamánica. Los chamanes aspiran alucinógenos elaborados con la corteza del árbol de la virola, lo que les permite comunicarse con el mundo espiritual. Los yanomami usan 500 especies de plantas para alimentarse, curarse, fabricar utensilios o casas. Usan 9 para envenenar a los peces.
Yora
Los yora viven en los remotos nacimientos de los ríos amazónicos, donde se refugiaron de las atrocidades de la fiebre del caucho durante el siglo XIX. Hoy en día los no indígenas invaden sus tierras en busca de petróleo y maderas, forzándolos a huir aún más lejos.
Ya sé que también me argüirán ustedes, queridos lectores, que en Europa y en las riberas del Mediterráneo, desde que la historia se conoce, también pasó lo mismo; que nosotros mismos somos el fruto de numerosas invasiones y cruces de culturas milenarias que se fueron dominando y sometiendo unas a otras, imbricándose unas en otras, hasta lo que hoy somos: celtas - judeo - greco -romano - cristianos - árabe-islámicos; que ni siquiera entre nosotros, en la actualidad, nos llevamos bien, ya que llevamos más de 10.000 años –que sepamos-, ocupados en exterminarnos unos a otros…
¿Y qué? Acaso es esa una razón para seguir exportando ese rasgo de destrucción y muerte por todo el planeta?
¿No sería mejor sacar un aprendizaje humano de fraternidad, tolerancia y respeto de esos 10.000 años de historia, en lugar de ir repitiéndola hasta la saciedad?
Pues parece que no, parece que sólo nos gusta aprender los modos y maneras de someter, humillar y aniquilar al otro, a lo otro en tanto que diferente; y que ese “gusto” por el odio, por la muerte, por la aniquilación, por la soberbia, por el dominio y por el avasallamiento, es genético; y que lo vamos transmitiendo –el gen o los genes- de generación en generación, como si de un gen dominante se tratara; que si por lo menos fuera recesivo el maldito gen, pero no; hasta el gen es dominante; ¡hay que fastidiarse!...
En fin, puede que no esté todo perdido para esta condición humana nuestra, y puede que uno de estos siglos lleguemos a ver a cualquier ser humano, por muy distinto de nosotros que sea él mismo y sus creencias, como un igual a nosotros y con los mismos derechos fundamentales… La pregunta es: ¿No nos habremos cargado antes al planeta?
LQS. Hannah. Enero de 2007
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