José Antonio Linares Moleiro / Artículos de opinión.- Con el argumento discutible de la necesidad de garantizar el suministro eléctrico en el sur de Tenerife, se ha iniciado la vorágine tarea de instalación de turbinas de generación eléctrica, que proliferan como setas en el campo, sin que los argumentos esgrimidos se sostengan.
Cuando triunfó la defensa de Vilaflor por su territorio, se instaló la primera en Oroteanda (Arona) y, a partir de ahí se dio el pistoletazo de salida para invadirnos de turbinas y mentiras que cada día se hacen menos creíbles, ya que el tiempo siempre es el mejor juez, y está demostrando que su finalidad es discutible y sus daños gravísimos.
Cuando se propuso la instalación de las turbinas en Oroteanda, se firmó que dichas instalaciones tendrían una vida temporal, para subsanar las carencias de energía eléctrica de la zona, cuya finalización era verano del 2005. Este periodo ha pasado y no sólo no se han quitado sino que se han reparado para que puedan continuar más tiempo. Luego llegaron las instaladas en Chío y, juraron y perjuraron que sólo era una, que generaría sólo 23 Mw, que solo podrían estar operativas 500 horas al año, pero la verdad es otra: funcionan las dos, generan 45 Mw. y las quinientas horas quizás las hayan superado el primer mes de funcionamiento. Los daños han sido visibles y tangibles: agricultura afectada, personas con tratamiento médico y hospitalizadas, actividades rurales en ruina, altos niveles de contaminación...
Ahora quieren poner otras en Los Vallitos (Adeje) y, aquí viene la mayor de las dudas: Siempre han argumentado que las turbinas son temporales por la falta de la línea de alta tensión de sur. Estando ésta aprobada y, según la Consejera de Industria, será operativa en marzo o abril del 2007, ¿Para qué quieren instalar más turbinas, reparar las de Orotenada y, demandar más tiempo de funcionamiento para las instaladas en Chío?, ¿Tendrá esto que ver con las subvenciones que perciben las compañías eléctricas por su generación y distribución extrapeninsular? ¿A qué se debe que las administraciones públicas no den explicaciones, sino sumisión? ¿Por qué el Ayuntamiento de Guía de Isora no precinta las instaladas en Los Pajales, cuando han incumplido lo estipulado en la Licencia Municipal? Muchas preguntas, ninguna respuesta. Muchas dudas, ninguna explicación.
Los datos sobre la peligrosidad de estas instalaciones son de sobra conocidos, el propio Ministerio de Medio Ambiente en su informe anual de emanaciones, ha expuesto que este tipo de instalaciones son las cuartas del territorio nacional que más incumplen el protocolo de Kyoto, pero vemos a nuestros representantes políticos siguiendo adelante con la permisivilidad peligrosa, de otorgar licencias para este tipo de industrias.
El calentamiento global, el cambio climático, las enfermedades a las personas, los daños a la agricultura, son entre otros los efectos perjudiciales de este tipo de instalaciones. Hechos que tienen la finalidad de dar muerte a la vida, mientras los representantes políticos critican a los que luchamos contra las turbinas, escupiendo de sus bocas frases tan irresponsables e irrespetuosas, como que deseamos volver a la época de las cavernas, mientras que entre las empresas eléctricas y los políticos, están generando electricidad que nos llevaran a un objetivo en el que no haya nada que iluminar, como en la película de los hermanos Marx: ¡Más Madera!, Donde para hacer que la máquina circulase a mayor velocidad iban quemando la madera del tren. Cuando tenían locomotora a plena potencia, no había ya ningún tren que arrastrar. Pues aquí ocurrirá lo mismo, tendremos centrales generadoras de electricidad, pero a nadie a quien iluminar. De seguir así sólo iluminaremos a la muerte.
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