Txanba Payés / Artículos de opinión.- Se esta por celebrar en el Salvador los 15 años de la firma de los acuerdos de Paz. Van a celebrarlo como si realmente después de finalizada la guerra haya mejorado la situación de pobreza de miles de salvadoreños. Los acuerdos de paz se firmaron - lo dice la derecha y la izquierda del país - para acabar con el conflicto armado. Si el pueblo organizado, tomó las armas, lo hizo para cambiar las estructuras injustas que reprimían -reprimen- a los movimientos sociales de izquierdas. ¿Valió la pena la firma de los acuerdos de paz?. ¿Valió la pena que el frente y sus combatientes entregaran las armas? y si las entregaron ¿a cambio de qué?.
El gobierno salvadoreño presionado por los norteamericanos aceptaron -a regañadientes -entrar en la firma de los acuerdos de paz. Mientras que en la dirigencia del FMLN de entonces había un cansancio militar... influenciados por los acontecimientos mundiales, especialmente por la caída de los gobiernos "comunistas" de los países del Este.
Mucho antes de los acuerdos de paz, dentro del mismo FMLN se vivió uno de los episodios mas oscuros del movimiento guerrillero, asesinaron a dos de sus máximos dirigentes del FMLN en Nicaragua. Esos asesinatos se producen en un momento crucial para la guerrilla. Crucial porque ese año preparaban para finales de 1983 una nueva ofensiva en todo el territorio, que iba hacer, la definitiva. Estaba en discusión, pues, si la vía, era la lucha armada o la negociación. Con esas muertes se determinaba la política a seguir por la dirigencia que se instalaría en la dirección del frente. A partir de ahí la lucha coge otro rumbo, se plantea como única salida del conflicto armado, la negociación. Se primó desde entonces, el diálogo, y por medio de este negociar nimias reformas estructurales para que el FMLN pudiese participar en un gobierno de amplia participación... ese era el fin primario del diálogo y la negociación, solo querían -así lo reconocerán sus nuevos dirigentes- participar de las elecciones políticas del país.
Este discurso siempre estuvo en boca del partido comunista salvadoreño, y es este el que va a fortalecerse después de los sucesos en Nicaragua. Además es un elemento clave para entender el giro a la socialdemocracia del FMLN. Téngase en cuenta que, pasado un tiempo se ha sabido, que el dirigente de entonces Joaquín Villalobos ya había sido reclutado por la CIA. Elemento importante para entender el porqué de las divisiones internas que va a vivir el FMLN a mediados de los años noventa.
Con la firma de los acuerdos de paz hace quince años no se pretendía acabar con las causas institucionales represivas e injustas, que fueron el origen del conflicto armado. Se quería poner fin a la guerra, el gobierno gringo financiaba con mas de un millón de dólares diarios en armamento y no veía los objetivos cumplidos, que era la derrotar a una de las guerrillas del continente mejor organizadas y disciplinadas.
Las causas del conflicto, fueron esencialmente dos, económicas y represivas, siguen intactas. La situación social y política no ha mejorado en nada para las amplias mayorías de el Salvador. Medró, y nadie lo niega, la apertura democrática a partidos de izquierda. El FMLN participa hoy en las elecciones. Medró la economía que sigue beneficiando a las corporaciones internacionales y a la minoría oligárquica salvadoreña. La burguesía y las fuerzas armadas en connivencia -y al amparo- de los norteamericanos, se valieron de los escuadrones de la muerte para aterrorizar, asesinar y desaparecer a miles de salvadoreños. Los responsables nunca fueron investigados ni juzgados, quienes los financiaron tampoco. La estructuras represivas siguen potencialmente activas hoy con Joaquín Villalobos de asesor. El Estado Salvadoreño nunca impulsó investigaciones serias respecto a los asesinatos y a las desapariciones que se cuentan por miles. En el informe de naciones unidas sobre las violaciones de los derechos humanos el gobierno y la fuerza armada salen mal paradas.
La ley de Amnistía decretada por la Asamblea Legislativa para 1993 dejó en libertad a los responsables de la muerte de los jesuitas. Mientras dejaban en la cárcel a petición de la embajada gringa, a miembros del FMLN, que habían dado muerte en combate -y por ende en legítima defensa- a marines gringos.
Cuerpos represivos que se llamaban de seguridad como la Guardia Nacional, Policía de Hacienda eran, a voz populi, los cuerpos mas represivos que tenía el estado salvadoreño y con ese fin fueron creados. Esto cuerpos represivos no desaparecieron como tampoco se investigaron las miles de denuncias de tortura que se le hicieron. Al día de hoy se mantienen impunes. Es mas, en vez de desaparecer sólo cambiaron de nombre, los miembros de la guardia nacional pasaron a formar parte de las fuerzas armadas. Y al segundo sólo le cambiaron el nombre, "Policía militar".
Tal vez esa se una de las razones que la inseguridad social se ha venido instalando en el país... en 1994 y 1995, morían acribillados una alarmante cifra de 150 y 160 homicidios por cada 100 mil habitantes, se convirtió así en el país mas violento de América latina. Un estudio llevado a cabo por la UCA, sobre muertes violentas en el país decía que desde 1995 a 1998, habían muerto, en tiempos de "paz y democracia", unas 10. 000 personas. Y en 2005 la cifra era de 3.761 por cada 100 mil habitantes y se convirtió, otra vez, en el país mas violento del continente latinoamericano. Hay en este momento un escenario de impunidad casi absoluto que prevalece desde los años setenta, se mantuvo durante la guerra, después de ésta y continúa. Siguen asesinando a personas vinculadas a los movimientos sociales y sindicales. Asesinatos políticos que muchas veces los encubren como "delitos comunes". Siguen matando a personas que en su tiempo fueron influyentes en lo político y militar dentro del FMLN. Hoy, hay mas inseguridad que en tiempos de guerra.
Se aprueban leyes que benefician a las empresas extranjeras y los diputados en el parlamento imponen como moneda oficial, el dólar norteamericano. En el año 2001 se dolariza el país. En un estudio reciente llevado a cabo por la UCA (la universidad de jesuitas) denunciaba que las multinacionales son las que mandan en el país, son ellas las que dictan las leyes y los partidos políticos en el parlamento, las acatan.
Quince años después de la firma de los acuerdos de paz, siguen abiertas las heridas que dieron origen al conflicto armado salvadoreño ¿La firma de los acuerdos de paz era el único camino?, ¿A cambio de qué entregaron las armas y por qué? Las respuestas a estas preguntas las tienen que dar los dirigentes del FMLN. En este momento decir que en el salvador se ha fortalecido la democracia, es mentir, y decir que las cosas han cambiado también es mentir, a los datos nos remitimos.
Finalizada la guerra y con la firma de los acuerdos de paz quien se ha beneficiado, ha sido la oligarquía salvadoreña y las transnacionales. Mientras la impunidad de los escuadrones de la muerte deambulan como león rugiente buscando a quien devorar, la miseria sigue siendo el pan de cada día de millones de personas en el país mas pequeño de América Latina.
Comentarios