Manuel de la Rosa Hernández / Artículos de opinión.- El pasado 18 de noviembre hemos salido decenas de miles de personas a la calle en oposición al puerto de Granadilla pero también en contra de la Autopista Exterior. No debemos bajar la guardia, las obras de movimientos de tierras ya empezaron en un pequeño tramo de la misma, la que va desde la Autopista del Sur (la TF-1) hasta la carretera general del Sur.
Esta obra supondría el cierre del anillo insular de autopistas, en este caso por el área metropolitana y el otro como se sabe iría por los aledaños del macizo de Teno. La obra aunque la ejecuta el gobierno central a través del Ministerio de Fomento es en realidad una de las obras emblemáticas del consorcio político-empresarial canario, al frente del cual se encuentra el ejecutivo de Adán Martín.
Los promotores la venden como una alternativa necesaria al tráfico. Una vía que ha sido considerada de dudosa utilidad social por organismos como el Colegio de Arquitectos y que va a salir a menos de un kilómetro de la actual autovía de enlace que une la autopistas Norte y Sur. Solamente este tramo costara la friolera de 19 millones de euros y tardará casi dos años en ejecutarse. Esta autopista es parte del Plan Territorial Especial por el que se construirán en el área metropolitana varias autopistas más. Esta autopista además según el Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT) tiene una relación directa con el Puerto de Granadilla al que le serviría de complemento en el tráfico de mercancías desde el Sur al Norte y viceversa y en el almacenamiento para el área metropolitana de las mismas, incluido el almacenaje de las empresas de importadores de automóviles.
Fue un acierto de Asamblea por Tenerife desde un principio el relacionar ambas luchas, no solo por lo de sumar esfuerzos sino por las relaciones estrechas entre ambos proyectos.
En cuanto al resto de la Autopista Exterior le quedan muchos trámites por superar, las numerosas expropiaciones entre ellas, pero sobre todo porque va a tener enfrente a un movimiento vecinal que no se lo va a permitir. Probablemente estén esperando a volver a colocarse en las instituciones tras las elecciones de mayo para volver al ataque. Por ello que la iniciativa social debe ponerse de nuevo en marcha. Es necesaria la información, reparto de hojillas, la realización de charlas, etc. No solo entre los barrios y pueblos afectados. La lucha contra la autopista exterior dio también lugar en gran medida al nacimiento de la Coordinadora de Pueblos y Barrios del área metropolitana.
La Autopista exterior, también conocida como vía exterior o autovía del Suroeste partirá desde el enlace de Guamasa y discurrirá paralela al aeropuerto de Los Rodeos hasta los Baldios-Centenero, cruzando la carretera de La Esperanza, donde se desviará hacia el sur atravesando Llano del Moro, El Sobradillo, El Tablero, El Humilladero hasta alcanzar la conexión con la autopista del Sur. Una barrera de 14 kilómetros que cercenara barrios y pueblos a su paso, arrasará valioso suelo agrícola, eliminará numerosas viviendas,.. En el fondo del asunto nuevamente la especulación como el verdadero motivo de tanto interés por llevar adelante esta nueva infraestructura.
El Plan General de La Laguna ya incluyó en su planificación esta vía. El PGOU de Santa Cruz ya recibió el rechazo ciudadano, entre otros por este motivo. El Plan General de Santa Cruz considera estas obras como ejes estructurantes del municipio por lo que el consistorio capitalino alega que no contemplará ninguna alegación que suponga la no ejecución de esta obra. Aunque fue precisamente el periodo de información pública del PGOU de Santa Cruz que llevó a los vecinos de El Tablero, Llano del Moro, El Sobradillo,... a oponerse a la ejecución de esta autopista.
Ahora, como hace tres años se hace necesario poner nuevamente la lucha contra esta Autopista en un primer plano, arropando a los familias afectadas. La manifestación del 18 de noviembre ha sido un primer paso fundamental pero se debe profundizar ese rechazo social intentando implicar a fondo a los pueblos y barrios, en primer lugar, pero también a otros sectores y organizaciones sociales de la isla (Universidad, sindicatos, AA.VV., etc). La comprensión de cada vez más amplios sectores sociales de que más allá de la oposición a tal o cual obra de infraestructura, es que nos oponemos a un modelo económico determinado que nos vienen imponiendo, es fundamental para el devenir de esas luchas.
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