Memoria histórica / La Guerra (Milagro Rodríguez).- El Rebelde Nº 10 (Las Palmas de Gran Canaria) 29/1/1903 . ¡Oh, fatídica palabra! Tú tienes por norma la muerte y la desolación, por ti lloran muchas madres, has derramado tanta sangre como agua tiene el mar. Eres el asesinato, el robo el incendio, la violación. En una palabra, la destrucción.
Para ti nada hay respetable, ni la tierna criatura ni la débil mujer. En torno a tí no se ve otra cosa que sangre, miembros mutilados, ayes de agonía; tu nombre es pronunciado con horror, y todo para encumbrar y enriquecer a los parásitos.
Pero desaparecerás guerra maldita.
Cuando las madres se capaciten de lo que eres y que fin es el tuyo; te negarán sus hijos y no tendrás víctimas que inmolar, tu fatal nombre no será más que un tenebroso recuerdo.
Yo te maldigo y maldigo a todos los que te promueven, y para vengarme te negaré mis hijos y aconsejaré a las demás madres imiten mi conducta.
- Juramento a la bandera (Mariana Benítez) Rebelde Nº2 (Las Palmas de Gran Canarias) 18/4/ 1903
He visto con los ojos arrasados de lagrimas, que aún me queman las pupilas, que el Diario de Las Palmas, el día 14 del corriente, dice que "el solemne acto de jurar la bandera, inunda el patriótico amor de todos los corazones" ¡Cuanto engaño! ¿Qué les parece a ustedes, mercaderes de oficio, que una madre a la cual le arrancan el hijo querido del regazo materno, tenga el corazón, henchido de jubilo? ¡Ah! Como se conoce que no tienen hijos, y si los tienen, se comprende que pertenecen a una clase privilegiada y que por lo tanto, pueden pagar el tributo de sangre y así, sus hijos no servirán de carne de cañón, pero en cambio los de nosotros, los obreros, no ven eso que ustedes dicen, "que la bandera contiene entre sus pliegues el interés y el bien común", al contrario; nuestros hijos ven que por "esa bandera, insignia" de la que los hombres han dado en llamar "patria", los secuestran del hogar de sus familias, les inculcan un odioso código militar y aterrorizados con sus leyes se convierten en autónomos, en maquinas de matar; les vemos salir de nuestras casas, tan cariñosos, tan dignos productores, para sepultarlos luego en esos palacios feudales, de horca y cuchillo, denominados "cuarteles", donde el individuo pierde su independencia y donde el hombre que es honrado se corrompe de tal modo, que solo al mandato de sus jefes, es lo suficiente para empuñar el máuser y exterminar a sus hermanos y hasta sus propios padres, matando de ese modo a la verdadera patria, al hogar de la familia.
Decidme ¿Es esto santo, noble o humano? ¿NO? Entonces, si no tiene nada de aquello de lo que el Mártir de Golgota dijo que "al prójimo, como a ti mismo" ¿No comprenden que al propagar esas exterminadoras doctrinas que tanto perjuicio causan a la humanidad, les convierten en criminales destrozando de este modo los corazones de la madres proletarias con sus horribles propagandas? No saben que su responsabilidad, ya que tienen conocimiento para ello, es decirles a nuestros hijos ¡levántate y lucha! como les digo a todas las madres del Universo cuando vienen a quitarnos nuestros hijos. ¡Abrazaos a ellos y defendámoles como la leona a sus cachorritos!
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