Corrupción / Redacción.- El haber transcendido a la opinión pública la avalancha de casos de corrupción urbanística -entre ellos, el "presunto" pelotazo de las Teresitas- relacionado con el saqueo de las arcas públicas, blanqueo de dinero, cohechos, sobornos, prevaricación, nepotismo... en donde están implicados alcaldes, ediles y funcionarios municipales, además de empresarios y algunos directores de bancos, ratifica la percepción ciudadana de que la corrupción es una práctica habitual en muchos ayuntamientos de Canarias.
No hay nada misterioso en administrar bien un municipio. Que los administradores públicos sean honrados, responsables y eficientes está en la mano de cualquiera que se tome un poco de tiempo para leerse las normas, los reglamentos, los procedimientos, los deberes y funciones de su cargo. Máxime cuando los representantes políticos en los ayuntamientos tienen asesoramiento legal de funcionarios de carrera: secretarios, interventores, tesoreros...
En los ayuntamientos canarios hay dinero (a veces mucho dinero) municipal, autonómico, estatal y europeo, hay recursos materiales, equipos, infraestructuras y recursos humanos, y todo eso es para darle servicios a los ciudadanos no para que se llenen los bolsillos los cuatro chorizos de turno. El dinero y los bienes públicos sólo son patrimonio de los ciudadanos. No propiedad privada del político, empresario o funcionario corrupto -alcaldes, concejales, especuladores...-, de sus familias, amigos, compadres...
En los ayuntamientos, urbanismo se ha convertido en la "gallina de los huevos de oro", en auténticas fábricas de dinero fácil. En muchos casos los concejales de "urbanismo" sólo son marionetas en manos de los alcaldes, que los "utilizan" para quedar ellos en segundo plano.
Ante las últimas noticias sobre corrupción en Canarias, desde Canarias Insurgente advertimos ante ciertos discursos victimistas y auto exculpatorios que en ocasiones pueden servir como coartada para ofrecer una falsa imagen de limpieza que oculta la corrupción, ya sea por acción o permitida por omisión. En este tipo de "mensaje sensiblero", el discurso moral es falso, cínico e hipócrita.
El pueblo canario ha demostrado con sus movilizaciones que no está dispuesto a dejarse manipular, ni engañar. Los canarios han dicho: ¡Ya está bien! ¡Basta ya! de políticos corruptos, de que estos chorizos esquilmen nuestros recursos, ya está bien de que nos manipulen con propagandas engañosas y/o demagógicas.
De ahí la necesidad de la existencia en Canarias de una sociedad civil activa, articulada, bien informada y comprometida, para exigir a quienes nos gobiernan la responsabilidad de sus actuaciones así como la exigencia ante los tribunales de justicia el castigo de los corruptos.
Desde Canarias Insurgente nos preguntamos: ¿Quiénes son realmente los terroristas sociales?
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